https://www.teatrix.com/obras/influencers/376/videos/obra
Acabo de ver por Teatrix la obra de y con Leo Maslíah y Daniel Hendler "Influencers", la cual me resultó verdaderamente desopilante y de una comicidad absoluta. Ambos-uruguayos y judíos los dos- conforman una dupla bárbara y son altamente conocidos y apreciadas por mí. El primero, cantautor humorístico y dueño de un estilo diccional inconfundible -el cual lo hace pasar siempre por un tonto de remate, para descerrajarnos de golpe las ideas más geniales y originales-, además de eximio ejecutante del piano, demostrándolo también acá. El segundo, reconocido actor del cine y el teatro quien desde muy joven se demostró cercano a Maslíah, creando un tono de decir que parecía copiado del anterior, con el tiempo ha ido adquiriendo un despegue más personal en su fraseo pero continuó en contacto con el músico de forma regular, ya sea en espectáculos de teatro o en colaboraciones mutuas, como es el caso que nos ocupa.
La obra es un sinsentido absurdo -característico de ambos, pero más sello de autor de Maslíah- con ribetes de juego informático constante. Los teléfonos celulares de ambos se convierten en el tercer protagonista imprescindible, los dos están conectados todo el tiempo volviéndose constante el bombardeo de mensajes que reciben, lo que es utilizado con maestría para lograr efectos cómicos inverosímiles. Manejan el lenguaje tecnológico a la perfección, llevándome a perderme de a momentos, y poseen un amplio repertorio de léxico computarizado. Entrar en el juego lleva unos escasos minutos, y de ahí en más... a reír sin parar. Yo les puedo confesar que me partí de la risa. Las recepciones de llamados son tan frecuentes que llegan a interrumpir el espectáculo sin cesar.
Los mensajes que reciben son tan disparatados como certeros, incluso hay una tal Patricia que llega a demandarlos por plagio de ideas, encontrándose ella en la sala, lo que los lleva a replantearse todo, desde la forma de proceder inescrupulosa de la demandante hasta teorías conspirativas entre ellos. En una interrupción de la acción por parte de Hendler, quien va al encuentro en un bar de la tal Patricia, Maslíah anuncia que va a tocar una pieza de aires románticos. Y se sienta a piano y efectivamente, toca una composición propia con la más pura influencia de la época romántica de la música, impregnada por Liszt, para finalizar su sonata con aires de rapsodia bien punteada. La otra composición que ejecuta es de estilo jazzístico y la toca mientras Hendler hace ejercicios de mimo (se dedica a hacer "la pared", primer ejemplo que se ofrece en cualquier clase de mímica), logrando el efecto humorístico de estirar la mano para conectarse con alguien del público y vaporizándosela con alcohol en spray momentos después -no olvidarse que venimos de la pandemia-.
El lenguaje utilizado por ambos es fluido y los gags se acumulan uno tras otro sin solución de continuidad. Maslíah por suerte rompe con el tono monocorde al que nos tiene acostumbrados y Hendler, ya despojado de su antiguo personaje le va en zaga. La escenografía despojada, sólo un termo y un mate -distinción uruguaya- y un piano, colabora en no distraer al espectador con lo superfluo, los cuales son usados sólo en los momentos exactos. Ambos intérpretes resultan ampliamente eficaces para dar rienda a un texto de por sí plagado de hallazgos humorísticos. No sabemos a quién corresponde la dirección pero creo que ha corrido por mano de ellos mismos.
Ya se los anticipé. "Influencers" no deja nada que desear y cumple las expectativas de quienes conocemos a Leo y a Daniel, y nos deja con el regusto amargo en la boca que vivimos demasiado pendientes de nuestros teléfonos y totalmente tecnologizados, crítica ácida que ambos despliegan sobre la sociedad de hoy en día.
Acá se las dejo para los que quieran disfrutarla.
Y gracias por seguir leyéndome y espero sus comentarios.
El Conde de Teberito (un crítico independiente).