miércoles, 4 de mayo de 2016

Mi crítica de "La Habitación" (Cine)

"La Habitación" es una película sumamente dura pero a la vez muy esperanzadora. Plena de simbolismos, nos dice que todos tenemos la oportunidad de salir de ese cuarto en donde estamos encerrados, y, por un proceso de adaptación, conectarnos con el maravilloso mundo exterior, lleno de descubrimientos y listo para el asombro. El film parte de la historia original de una mujer que estuvo encerrada durante siete años en un cuarto (más bien un cobertizo de jardín) en dónde tuvo a su hijo de cinco años y convivió con él haciéndole lo más llevadero posible el cautiverio. Ellos dos son Joy (Ma) (Brie Larson) y el niño debutante de ocho años Jacob Triemblay (Jack). Jack vive pensando que fuera de "cuarto" no existe nada, que nada es real. Es su madre la encargada de explicarle lo que es el mundo y sus beneficios (claro, no se habla de lo malo). "El viejo Nick" es el hombre que los tiene encerrados y que visita periódicamente a Joy para entregarle pocas cosas para su supervivencia a cambio de sexo. Para ese momento encierran a Jack en el armario, desde donde espía  cómo sucede aquello "tan extraño", que a sus cinco años no logra comprender. Él vive pensando que todo lo que sucede en la televisión (su único vínculo con el mundo exterior) es falso. Es deber de su madre explicarle que el mundo está lleno de personas como las que aparecen allí, de perros, gatos, árboles y pasto.
La película se divide en dos partes perfectamente diferenciables, los primeros 50 minutos, de su cautiverio y la hora final en donde consiguen "vivir la vida". En el encierro se suceden las peleas entre madre e hijo tan rápido como lo son las reconciliaciones. Cuando Jack cumple cinco años, el padre (bueno, de alguna forma hay que llamarlo) le regala un auto a control remoto con el que el niño juega todo el día. Pronto comprenderá que es otro disfraz más de su maldad y lo destrozará. Por suerte todo se resuelve sin problemas en el interior, cuando hay una muela que le está molestando a Joy, de pronto se le cae y asunto solucionado... Es de destacar que Jack es un ser andrógino, tiene toda la morfología de una niña debido a su pelo largo aunque bien peinado, que "es donde reside su fuerza". Todas las mañanas cuando despierta Jack, saluda a cada uno de los muebles y utensillos que hay ahí, sorpresa que nos dará al final, cuando vuelvan al cobertizo para cerrar sus heridas y Jack cierre su ciclo despidiéndose de las cosas de la misma manera en que las saludaba. Para escaparse de allí, la madre hace pasar por muerto a su hijo y lo envuelve en una alfombra para pedirle al "viejo NIck" que lo lleve a un lugar con árboles para enterrarlo. La consigna es que cuando pare la camioneta, Jack se desoville y salga corriendo a pedir ayuda. Esto sucede así, sólo que NIck lo ve escaparse y lo corre (en el único ralenti que hay en la película, sabiamente puesto) para alcanzarlo, pero el chico logra gritar auxilio y Nick lo deja abandonado. Pronto es rescatado por la policía que, a través de la escueta información que consiguen sacarle a Jack, dan con el paradero de la madre, liberándola y atrapando a su captor.
Aquí empieza la segunda y tal vez más complicada parte del film ya que se trata de la adaptación. Luego de una corta estadía en el hospital y tras inmunizarlos contra todo lo que pueda contaminarlos, van a vivir a casa de su abuela (se ha separado de su marido y ahora vive con otro hombre) dónde todo -absolútamente todo- será nuevo para Jack. Y tiene que empezar a armar su vida como ese juego del Lego que le regalaron y debe construir, ladrillo por ladrillo cosas nuevas y tal vez nunca vistas. El vínculo con sus abuelos que al principio era nulo, va acercándose poco a poco y se va formando un buen vínculo. Joy es entrevistada para la televisión y muchas personas rodean la casa los primeros días. Una pregunta concreta que le hace la periodista la pone en estado de shock y empezará a deprimirse. De ahí al intento de suicidio hay un paso. Cuando Joy está en el hospital, Jack, que quiere tenerla pronto con él, se deja cortar el pelo "para enviarle su fuerza". Hay un runrun de abogados en contra del captor, que oficia como fondo y nunca sabremos a que sentencia se llegó. Logra acercarse a su nueva abuela y a la pareja de ésta de un modo natural, y cuando la madre regresa del hospital todo es alegría. Pero debe aprender a subir escaleras que nunca existieron, a usar el teléfono, a ver el cielo y contemplar las hojas. Hasta logra hacerse amigo del perro del marido de su abuela. Incluso puede tener una relación de amistad y jugar al fútbol con un vecinito. La película se cierra como empezó, volviendo a ese "cuarto" para hacer el balance definitivo y despedirse de cada cosa. La película se centra en las vivencias de Jack, para quien todo es nuevo y pivotea también en las alegrías y frustraciones de Joy, está muy bien narrada por un artesano como es Lenny Abrahamson e incluso lograr varias candidaturas al Oscar (Triemblay logró ganarlo, ya con aire de hombrecito). Es muy interesante de ver como se produce este "casi" Síndrome de Estocolmo, al ofrecer sexo abiertamente (la madre) a su captor para lograr sus favores en cuanto a lo indispensable para sobrevivir. Pero esto daría para otra disertación. Muy buena me resulta "La Habitación" y le auguro buen futuro en el cine a sus dos intérpretes principales.
Gracias por leerme nuevamente hasta acá.
El Conde de Teberito (un crítico independiente).

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