Como les prometí, ahora vi la película de Francois Ozon inmediatamente anterior a "Joven y Bonita" (2013): "En la Casa" (2012). Sería bueno para empezar recordar el concepto de Freud sobre lo siniestro: "la extraña familiaridad", alude a lo espantoso que se revela en lo que de siempre se creía conocer. Ampliando diríamos que es algo"desde siempre familiar para la vida psíquica y que sólo la represión ha vuelto extraño". Lo que crea el sentimiento de "extraña familiaridad" es el retorno de lo reprimido, como un cadáver que regresa a la vida. Hay algo de todo esto en "En la casa".
Pero preguntémonos, ¿hasta dónde puede llegar la curiosidad sin convertirse en un voyeur? ¿es necesario "espiar por la cerradura" para la creación artística, literaria en este caso? ¿puede un joven de 16 años ser tan manipulador que convierte a su profesor de literatura en un voyeur del voyeur? ¿puede un texto escrito alterar la vida cotidiana de tanta gente? ¿y si es así, cuáles pueden llegar a ser las funestas consecuencias? Estas son algunas de las preguntas que nos sugiere este film denso, abigarrado, claustrofóbico y perturbador. Como siempre, Ozon sabe muy bien dónde apuntar para provocar la subversión de nuestras conciencias.
La película está basada en el libro de Juan Mayorga "El chico de la última fila" y nos cuenta la relación que se establece entre un profesor de francés, Germain (excelente Fabrice Luchini) y un alumno, Claude García (exacto Ernst Unhauer), pichón de escritor. El maestro, cansado de dar clases a alumnos descerebrados que no pueden escribir más de dos líneas, encuentra en la redacción del chico un motivo de inquietud, de lo que hace también partícipe a su esposa Jeanne, una galerista de arte a la que le están por cerrar el negocio. Claude se hace amigo de Rafa, un compañero del mismo curso, para introducirse en su casa y ver como vive una familia normal de clase media, él al que la madre lo abandonó de chico y convive con un padre otrora obrero y ahora discapacitado en una silla de ruedas. Se introduce en la casa de Refa con el pretexto de ayudarlo con la matemática, y allí conoce a su madre, Esther (bellísima Emmanuelle Seigner) y el padre, otro Rafa. Poco a poco va inmiscuyéndose en las actividades de la familia y ya pasa a ser un integrante más, con el sólo propósito de plasmar en la escritura todo lo que allí vive. El profesor le advierte que tenga cuidado, que es mejor usar la imaginación en el oficio de escribir y no de tener que vivenciar las cosas para escribirlas. La palabra clave aquí es "exposición", tanto la que se somete la familia de Rafa como la que inaugura Jeanne en su galería. El profesor se vuelve adicto a cada nuevo capítulo de la historia de esa familia, que siempre finaliza con un (continuará...). Así es como Claude empieza a recorrer la casa con obscena curiosidad, explorando cada ambiente, habitaciones, baño y escritorio y revisando cada elemento que encuentra que le pertenece a la familia (¿es que el voyeur se ha vuelto fetichista?). Germain le presagia un mal final para sus actividades y le dice que se cuide, que lo deje (el final para Germain será el peor que podamos presagiar). Así es como, con la complicidad del profesor, Claude consigue una copia del examen de matemática para que Rafa lo apruebe, ya que su madre pensaba reemplazarlo a él por un profesor de verdad, ya que le trae mala espina la presencia de Claude en su casa. Por supuesto le va bien en el examen y el joven es nuevamente aceptado en la casa de "los Rafa". Incluso es una noche invitado a quedarse a dormir y sorpresivamente recibe un beso en la boca de parte de su amigo. Por supuesto, aprovecha la noche para husmear en cada uno de los rincones, además de meterse en el cuarto de los padres e imaginar una escena de sexo entre ellos que será agregada a su redacción.
Un sábado que padre e hijo van a jugar al bascket, logra encontrarse a solas con Esther, por quien siente un profundo deseo, y a través de un poema que le ha escrito consigue besarla, lo cual es sorprendido por su amigo. Lo cierto es que Germain, desde que ha conocido a ester chico no hace más el amor con su mujer, lo que le induce a esta a pensar que está enamorado de su alumno (se nota aquí un corrimiento del deseo hacia quien lo inspira y lo inhibe a la vez), presentándose también conductas paternales como a ese hijo que nunca tuvo. Desde acá se establece en la película una suerte de realismo mágico, ya que el profesor es visto en escenas donde no está, por ejemplo en diálogos entre Esther y Claude o entre Claude y Rafa. En el afán por dar un giro conflictivo al personaje de Rafa, decide que se ahorcará (en su redacción), lo que inmediatamente Germain comprueba que no es cierto. El profesor le pide que por favor deje de escribir ya que se está metiendo en un terreno espinoso y no les será fácil salir (a ninguno de los dos). Pero el punto final lo pone Rafa, cuando se enfrenta a su amigo golpeándolo rudamente por el beso con su madre. Allí decide que dejará de escribir. Y el final no se los voy a contar para que puedan ver la película.
"En la casa" es un perfecto ejercicio de estilo por parte de Ozon, siendo una de sus mejores películas y la que más significados tiene para desentrañar, además de estar preñada de simbolismos por todas partes. La recomiendo fervientemente, créanme que no se van a defraudar. Esta la pueden bajar de Internet ya que ya hace rato pasó por los cines.
Y gracias por leerme hasta acá nuevamente.
El Conde de Teberito (un crítico independiente).
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