"El Ángel" es cine argentino, y del mejor. "El Ángel" el la combinación exacta entre cine comercial y cine artístico y lo que esta mezcla puede ofrecer. "El Ángel" es la película que nos representó para los Oscars de Hollywood, aunque, lamentablemente no fuera seleccionada. "El Ángel" es Carlitos, un casi adolescente Carlos Eduardo Robledo Puch, también conocido como "Ángel Negro", el "Ángel de la Muerte" o "El Ángel Exterminador", un joven que transita con su cabellera rubia rulienta y su desparpajo erótico jugando entre la vida y la muerte. El retrato que ha dado Luis Ortega al personaje de Carlitos es muy acertada, basta ver las fotos de Robledo Puch en esa fase de su vida para comprobar la exactitud de la composición. Y está muy bien puesto el título de la película ya que Carlitos se maneja casi sin conciencia del mal, es un ángel que camina entre nubes sin tener, al parecer, la convicción de lo que está bien y lo que está mal. Su inocencia, su pureza, son absolutas, aunque sea un monstruo. Del mismo modo pasea su homosexualidad, de la que no se hace cargo, puede tener una novia, Marisol (Malena Villa), gemela con su hermana, que sirve como pantalla de sus verdaderos deseos sexuales. El chico es arrinconado por la madre de su amigo Ramón (el "Chino" Darín), Ana María (Mercedes Morán) para que "pruebe con ella", a lo que él le contesta lo más campante: "a mí me gusta tu marido". Y es que hay una energía erótica que fluye entre todos estos personajes aunque sin concretarse nunca, que crea el caldo de cultivo para poner a 100° la película. No hay escenas de desnudez, pero al ver pasear con slips al pequeño Carlitos es como si lo viésemos desnudo, y así observa él a su amigo Ramón cuando "Federica", el marchand de arte le hace una fellatio en su casa, que Ramón se la deja hacer con tal de venderle unos cuadros de su padre de mucho valor.
La estética es de los años 70, y para más datos a Robledo Puch le dieron a los 20 años prisión perpetua, en 1972, por diez homicidios calificados, un homicidio simple, una tentativa de homicidio, diecisiete robos, cómplice de una violación y de una tentativa de violación, un abuso deshonesto, dos raptos y dos hurtos. Poca cosa, ¿no? En la actualidad tiene 67 años y es el preso con condena más antiguo de la Argentina. Hay mucha música de los años 70 en la película, sobre todo rock argentino, pero también hay un homenaje para el padre del director: Palito Ortega, cuando Ramón canta en la televisión (porque quiere ser "famoso") la célebre "Corazón contento", con la voz de Ramón Ortega (no digamos "insalvable" música ya que Jairo la revitalizó e hizo una maravilla de canción manteniendo la letra y cambiando la orquestación, vale la pena escucharla).
Pasan cosas terribles en la película, pero por suerte hay un filtro estético que nos permite verlas sin bajar la mirada. desde José (Daniel Fanego), el padre de Ramón que se inyecta droga en la pierna, hasta los múltiples asesinatos cometidos por Carlitos, que lleva siempre dos pistolas en riestra, pasando por el robo a la armería, a la joyería o a la casa del "viejo". Todo comandado por José. Hasta que deciden hacerse independientes con Ramón. Claro, Carlitos gana mucho más dinero que su padre, y se lo echa en cara, pero éste es un trabajador honrado y se avergüenza de su hijo y ya no se pregunta de dónde sale toda la plata. Su madre, Aurora (humilde Cecilia Roth), es otra víctima de su hijo, a quien este no le tiembla el pulso al apuntarla a la cabeza con su pistola, aduciendo que es de juguete.
Con Ramón cometen grandes robos y grandes matanzas, se nota que Carlitos tiene el gatillo fácil y rápido, pero cuando los apresan sin documentos manejando un coche robado y Carlitos le dice al comisario que va a ir a casa de Ramón a buscar los documentos y lo abandona en la comisaría, éste último decide aliarse luego con Miguel (Peter Lanzani), otro preso que conoce ahí, para continuar sus fechorías, entre ellas la del robo al camión de transporte de leche, pergeñado por los tres, que acaba con la muerte del conductor de vehículo. Cuando le piden a Carlitos que se deshaga del auto quemándolo, éste va hasta un descampado cercado por una villa miseria y lo choca contra un árbol para prenderlo fuego poco después. Lo que no entiendo es por qué Ortega se regodeó tanto en esa escena, sin recurrir a la elipsis, y detalló plano por plano el rociamiento de nafta en el auto y su posterior quemazón.
Durante un viaje en auto, Carlitos y Ramón chocan de frente con otro auto, por ir manejando Ramón mientras el otro le practicaba juegos eróticos, con resultas de la muerte de Ramón. Ahora Carlitos pasará a delinquir en tándem con Miguel, pero después de robar una joyería y abrir su caja fuerte, que, según Carlitos estaba vacía, Miguel intenta disparar sobre él porque no le cree. Finalmente Carlos lo mata y le desfigura la cara con un soplete para que no sea reconocido. Esto no es ficción, es la pura verdad y está en el prontuario de Robledo Puch. Por supuesto que éste se va con el botín.
Logran apresarlo y lo mantienen bajo un régimen de alta seguridad, pero en un descuido de uno de los guardias, puede escapar, trepándose por los techos del penal. Se refugia en la casa abandonada del ya finado Ramón y desde allí llama a su madre. Ésta lo atiende y le pregunta dónde está y le dice que no puede seguir escapándose toda la vida. Aurora está hablando con Carlitos por teléfono. Vemos el primer plano de ella, pero cuando la cámara se aleja y vemos el plano general nos damos cuenta que alrededor de ella hay una cincuentena de policías, desde oficiales hasta simples cabos. Preparan el nuevo arresto y van a buscarlo a casa de Ramón...
Una película cruda y dinámica que no da un momento de respiro. Bien podría ser un policial o "una de robos", pero se trata de más que eso: es una historia de vida contada desde la marginalidad. Lo importante es que la película no baja línea, en ningún momento nos plantea que lo que hace Carlitos está mal, nos deja a nosotros juzgarla por voluntad propia. Y Carlitos está interpretado por un ya grande de la actuación, Lorenzo Ferro, de tan sólo 20 años cuando filmó la película, hijo de otro gran actor como es Rafael Ferro, con todo un enorme futuro por delante ya que la composición es exacta y minucioso su trabajo. Este chico tiene un gran talento, pero por desgracia va a ser muy difícil que logre sacarse el mote de "el ángel", ya que hizo propio el papel. Todos los demás actores dan muestra de su profesionalismo y se lucen en pequeños papeles, salvo el "Chino" Darín y Peter Lanzani en donde reposa todo el peso de la acción, de muy buen desempeño ambos.
Y qué podemos decir del director. Yo confieso no haber visto sus películas anteriores, pero después de ver esta me voy a animar, tal vez por prejuicio de saber de quien viene... Gran labor de Luis Ortega, un cineasta tan talentoso como audaz. Una película que, si bien no es apta para todo público, admite que la vean desde los adolescentes hasta gente de cualquier edad que puedan disfrutarla.
Y gracias por leerme nuevamente hasta acá.
El Conde de Teberito (un crítico independiente).
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