Ahora Teatrix importa obras de Broadway en inglés, subtituladas, para nuestro deleite. Acá nos encontramos con una versión modernizada de la obra más representada de Shakespeare (junto a "Hamlet"), la obra emblemática del amor adolescente, interceptado por el odio de dos familias enemigas (la "grieta" ya viene desde la época isabelina, parece), que bien podría representarse en nuestro país enfrentando radicales vs. peronistas... Pero acá se ha optado por enemistar a muerte a una familia de blancos contra otra de negros.
"Romeo y Julieta" ha dado para todo, desde el cine, con la versión más clásica de Franco Zeffirelli (con la música exquisita del mejor Nino Rota), hasta las adaptaciones más modernas de "Romeo+Julieta" por Leonardo Di Caprio y Clare Danes, pasando por la adaptación libérrima para uno de los primeros musicales dramáticos de Hollywood: "West Side Story" ("Amor sin Barreras"- R. Wise- 1961) con música de Leonard Bernstein y letras de Stephen Sondheim. La ópera no fue ajena a este drama y contamos con la versión de Charles Gounod y la "Capuletos y Montescos" de Vincenzo Bellini. Ni siquiera el ballet pudo evadirse, recordada es la obra de Serguei Prokofiev "Romeo y Julieta". El cine fue pródigo en adaptaciones de Shakespeare (Guillermo Sacude la pera, en su traducción), desde los experimentos informales del gran Orson Welles, pasando por las más tradicionales de Lawrence Olivier hasta el desaforado Kenneth Brannagh de la actualidad (ver su "Hamlet" de 4 hs con actores de todos los géneros es un gusto indescriptible).
Pero aboquémonos pues a esta versión que tenemos aquí. Está protagonizada por Orlando Bloom (un poquito grande para el papel de Romeo, y lo digo en edad no en grandeza) y la actriz de color... negro Condola Rashad. Todos ajustados bajo la gran batuta de David Levaux. Se representó en el Richard Rodgers Theatre y la amplia sala viene muy bien para tal despliegue. Están aquí los Capuleto (negros) y los Montesco (blancos), Julieta pertenece a la primer familia mientras Romeo es de la segunda. El texto que se representa es el original de Shakespeare pero las acciones difieren, acá la vestimenta es moderna, las cadenas han reemplazado a las espadas y los puñales siguen siendo puñales. Pero pasa como pasaba en "El Quijote, por Pierrre Menard", de Borges. Aunque el Quijote escrito por Pierre Menard no difería una coma del cervantino, el contexto en el que había sido escrito era otro, con lo cual su lectura resultaba diferente, modificaba toda la obra. Cuando el contexto es distinto toda la pieza se transforma. Y es por eso que aunque acá se respete la puntuación shakespeareana, si el hábitat es distinto, estamos presenciando una obra nueva.
Y acá asistimos a la pieza de amor, deseo, muerte (que para Freud eran las dos únicas cosas que debían preocupar al hombre: el sexo y la muerte), venganza, violencia, lucha por el poder, traiciones, fidelidades... todo junto en dos horas y cuarto de representación, algo que sólo el genio de William Shakespeare podía conjugar. Vamos al cuentito: Romeo está enamorado de Julieta y Julieta de él, les importa un pomo la rivalidad de sus familias, el amor de ellos está por sobre todo. Poco importa también que el padre de Julieta quiera casarla con Paris, un muy buen candidato para ella (blanco, en la historia). Romeo y Julieta son casados por fray Lorenzo, el cura que los cobija a escondidas, y en una gresca de las habituales Mercucio, el amigo de Romeo es asesinado por Teobaldo, primo de Julieta, y aquel asesina a este último. Por lo tanto se arma la de San Quintín y Romeo es desterrado a Mantua, pero logra ver por última vez a Julieta y le promete que antes de la noche de su casamiento irá a buscarla para llevársela con él. Fray Lorenzo se entera que Julieta va a casarse y le proporciona un falso veneno, el cual, al tomarlo, parecerá muerta por 24 hs, hasta que despierte en su tumba, rescatada por Romeo y los dos huyan. Ella lo hace y aparece "muerta" la mañana de su casamiento. Los padres y la ama la lloran y la depositan en una cama voladora que asciende hasta el techo del teatro. Pero la noticia no le llega a Romeo, quien va en busca de su amada y la encuentra... "muerta". Entonces decide suicidarse él también, con veneno, y abrazado a su Julieta. Se mata. En eso despierta Julieta, y al verlo muerto abrazado a ella, decide quitarse la vida con el puñal de él. Los familiares los encuentran poco después y deciden terminar con el odio entre Montescos y Capuletos. ¡No me digan si no es una tragedia! Para todos los tiempos y para todos los amores contrariados.
Ahora, a Orlando Bloom le queda grande el papel de héroe trágico, está muy bien para esas peliculitas que hace él pero no para Romeo, más preocupado por decir bien la letra que por desangrarse ante el cadáver de su amada. Condola lo hace un poco mejor (tal vez por no ser actriz tan conocida), llora con intensidad y fluidez y parece que lo ama y le importa enserio. Los efectos nuevos son muchos, desde esas varas de fuego que se izan hacia el cielo al principio del prólogo, la paloma amaestrada que vuela hacia el campanario, la pared con graffitis y agarraderas que utiliza Romeo y sus amigos para treparse, hasta la moto en la que hace su entrada triunfal Romeo. El planteo del balcón también está resuelto de manera ingeniosa y ambos amantes pueden jugar con él. Y les juro que acá no tuvo nada que ver aquel Pierre Menard...
El espectáculo es ágil y no aburre para nada, para aquellos que le tengan miedo a Shakespeare, les digo que pueden acercarse sin cuidado. Está muy bien planteado y hasta hay risas en la platea en determinados momentos (no entiendo por qué), ah, sí, porque la gente tiene que ir al teatro a "divertirse"... en fin...
Les recuerdo a los que entran a mi blog que pueden ver la obra apretando el ícono de "Ver obra" y para el subtitulado vayan al ángulo inferior derecho, donde dice CC, aprieten ahí que les van a aparecer los subtítulos.
Y gracias por leerme nuevamente hasta acá.
El Conde de Teberito (un crítico independiente).
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