sábado, 23 de febrero de 2019

Mi crítica de "Lutherías" (Teatro musical- Les Luthiers- 1981)

Hola, hoy con toda la alegría de haber descubierto este material inédito en el EMule y haber podido disfrutar del show completo, filmado en Colombia o tal vez en España. Lo primero que hay que decir es que acá está casi toda la formación integral de Les Luthiers (salvo el Flaco Masana, que murió allá por el 73), con Daniel Rabinovich, desgraciadamente muerto hace algunos años de un ataque al corazón, y Ernesto Acher, otro imprescindible del grupo, quien escribiera las mejores piezas de jazz para el conjunto, que debió abandonar el sexteto en el 86, por "desavenencias". Lo cierto es que Rabinovich hacía mucho tiempo que no se hablaba con Acher y quería que dejara el grupo, por "mala persona". Así las cosas, Ernesto Acher tuvo que retirarse. Y el tiempo confirmó su carácter conflictivo: habiendo formado "La Banda Elástica" a pocos años de haberla constituido también debió retirarse debido a su mal genio, lo que hizo que el nuevo grupo sobreviviera apenas un año para disolverse luego.
Los números que integran este recital, de 1981 son:
1)Marcha de la Conquista (marcha forzada);
2)Bolero de los Celos (trío pecaminoso);
3)Cuarteto Op. 44 (cuarteto para quinteto);
4)El Poeta y el Eco (canción... ón...ón...);
5)Papa Garland had a Hat and a Jazz Band and a Mat and a Black Fat Cat (Rag);
6)Las Majas del Bergantín (zarzuela náutica);
7)Añoralgias (zamba catástrofe);
8)Homenaje a Huesito Williams.
 La primer obra, estrena un instrumento nuevo, el "órgano de campaña" compuesto por los tubos de un órgano comandado por un teclado, que se pueden cargar en la espalda como mochila, mientras que el teclado es manipulado desde el frente, completa el extraño órgano unos fuelles que se impulsan con los pies al caminar. La "Marcha de la Conquista" es una singular pieza de Henry de la Pourcell, quien dado su mal desempeño en el cuartel de artillería fue nombrado músico del ejército y por esto volvió al cuartel de artillería. La "Marcha" expresa el amor de un adusto militar por una joven a quien le da órdenes castrenses para expresar su pasión.
El "Bolero de los Celos" se inicia con la lectura de un poema de un autor tan acaramelado como su libro "Atardecer de un Ocaso Crepuscular", que en sus versos más inspirados dice:
"Te seguí Helena,
arrobado por el color de tus ojos azabache.
Y vacilé al escribir tu nombre en la arena,
pues nunca supe bien si Helena es con hache".
Luego viene un bolero en la mejor tradición del grupo, con dos guitarras, bongós, guitarra eléctrica y una extraña maraca y una letra muy cómica en la que Rabinovich canta: "He instalado un micrófono en tu cuarto
y tus cartas reviso indiscreto...
Entre ella y yo, no hay secretos."
Acto más tarde, luego de una jugosa introducción de Johann Sebastian Mastropiero a cargo de Mundstock, en donde directamente "se va por las ramas" de la lectura anticipatoria del tema, asistimos a un cuarteto en el que lucharán Acher y Núñez Cortés por ocupar el definitivo cuarto lugar en la formación (dos latines y una violata). La pelea es sin cuartel, y cada luthier engaña al otro para sacarlo de su asiento luciendo un nuevo instrumento. Al final, Acher opta por ponerle pegamento en la partitura a Núñez para que cuando este dé vuelta la hoja se quede adherido. Pero se descuida y le da la mano y quedan los dos pegados. Acto seguido aparecerán vistiendo un mismo saco de smocking y portando un acordeón del cual cada uno toca un extremo y se incorporan al cuarteto, finalizando con música de chamamé. Un muy efectivo e imaginativo número sin palabras en el que se recurre mucho a la mímica y a la expresión, además del dominio de varios instrumentos.
Después viene "El Poeta y el Eco", un viaje a las montañas en donde Mundstock busca a Helmut Wüsengaitt, un ignoto compositor y lo encuentra en la persona de Rabinovich, con quien mantiene un diálogo desopilante. Ante cada llanto de Daniel, Marcos le pregunta qué le pasa y el otro le contesta: "es que me acordé de mi perro". Luego vendrá la auténtica canción del eco por Núñez Cortés en piano y Maronna en voz y López Puccio haciendo la resonancia del eco, en donde se entabla un diálogo picaresco y López Puccio termina cantando "culo, culo y culo", ante el asombro de los otros dos.
Le sigue un rag, la pieza de jazz obligada de cada recital, acá sólo con la letra "a" en su título: "Papa Garlanda had a Hat...", muy sincopada en su ritmo y con mucho cambio de instrumentos por parte de Les Luthiers, en pleno los cinco músicos. Muy hermoso es el rag y con muchas ganas nos quedamos de bailarlo.
A continuación la ya conocida zarzuela náutica "Las Majas del Bergantín", en donde Acher oficia de capitán, Nuñez Cortés al piano y los otro cuatro en el doble coro de marineros y prisioneras. En el cual las forajidas cantan ante la visión del cuerpo tatuado de Francisco "el Estampado" (Rabinovich):
"Qué maravilla su cuerpo tatuado,
anclas sirenas, gaviotas, anguilas,
tiene tatuajes, por todos lados,
tiene tatuajes hasta en las axilas".
Y él contesta:
"Vean tatuado en mi vientre
el continente europeo.
Y... no les muestro la Italia,
Porque quedaría feo..."
Finalmente tienen que liberar a las prisioneras asediados por el barco del pirata Raúl, y ante el llanto de Francisco, el capitán le dice, "Vamos, no llores más por ellas", a lo que él responde: "No lloro por ellas, es que me acordé de mi perro..."
El séptimo lugar es para "Añoralgias", una zamba que describe con ricas melodías salteñas todos los desastres ecológicos que puede sufrir un olvidado pueblito del interior de la Argentina, con resultados muy pero muy cómicos. Toda la introducción fue cambiada para agasajar al país anfitrión, ya que no se habla más del noruego Sven Kündesen (un hombre del norte) sino de un ¿español? de doble apellido que evidenciaba la duda metódica. Con igual efecto cómico.
Y la función concluye con un "Homenaje a Huesito Williams", disimuladamente a nuestro Palito Ortega, un hombre que hizo de la ignorancia su medio de vida. Y lo presenta en sus cómicas canciones como a un bruto compositor, dueño del más inusual estilo de composición, y que se adelantó en muchos años al éxito "Línea ocupada" de los Pimpinela, otros cultores del desastre criollo, en "El teléfono del amor", una canción cantada por teléfono que no lleva por buen camino.
Esto es lo que hay. Una hora veinte del más brillante humor, de la mano de esos genios ya autenticados de nuestra argentinidad como son Les Luthiers, unos brillantes pulidos que nos regalan su imaginación, ingenio, creatividad y buen humor a cada minuto. Qué más se puede pedir. Y este recuerdo a 38 años del estreno, que suena siempre fresco, siempre nuevo, siempre vigente e innovador. ¡¡¡Gracias amigos!!!
Y gracias por leerme nuevamente hasta acá.
El Conde de Teberito (un crítico independiente).



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