Alejándome un poco del mundanal ruido, mientras escucho la 9° de Mahler, excelente y exquisita sinfonía, dejo de lado por un rato los cuestionamientos sobre por qué no cuidaron mejor a Dieguito Armando, por qué tuvo que venir a morírsenos Dios y los desmanes cometidos en la Casa de Gobierno, como si los barrabravas se fueran a detener por tratarse de un velorio y en la mismísima Casa Rosada. En fin, todo a lo que nos tiene acostumbrados el circo de la Argentina. Y me encuentro con esta película, "Pies de acero", de un ignoto David Gow, de quien sólo conseguí saber que filmó esta única película como director (2006) y que su actuación más destacada fue en "Las Invasiones Bárbaras" -como actor, lo que en definitiva es- además de aparecer en 46 películas más, la mayoría de ellas para TV. La película que nos ocupa es muy rústica, casi, artesanal, esto se puede ver ya desde la tipografía que utiliza para los créditos, un film "indie" si queremos darle más prestigio. Los materiales con que cuenta este film son muy limitados, un guión del que hablaré más adelante, una escenografía compuesta por una celda en donde se desarrolla casi toda la acción y dos actores bastante talentosos: David Strathaim y Andrew W. Welker, entre los cuales se mantiene un "duelo actoral", o eso quieren hacernos creer.
sábado, 28 de noviembre de 2020
Mi crítica de "Pies de Acero" (Cine)
martes, 24 de noviembre de 2020
Mi crítica de "Sr. Mikozzi: Humor Acido" (Teatro-Unipersonal)
https://www.teatrix.com/ver/sr-mikozzi-especial-de-pandemia
Teatrix tuvo la ocurrencia de auspiciar proyectos organizados durante la pandemia, y así tenemos por lo menos cuatro exponentes de diversos géneros que trabajan en teatros solos o desde la pantalla de su computadora. El primero de ellos pertenece al "humorista, actor y guionista" Pablo Mikozzi (que parece más una infección por hongos que el nombre de un actor), que según se nos auspiciaba desde la plataforma de Teatrix "recorrió el país despertando las mejores críticas con su humor ácido, con un sólo propósito: reír pensando". A la flauta, me dije yo, ¿será una combinación de Les Luthiers, Woody Allen, Pinti, Quino, Fontanarrosa, Bernardo Koremblit, Dolina y Geretto? ¿Será el humor elegante y fino que tanto me gusta, habrá surgido alguien nuevo en el rubro? -No me crean, no soy tan ingenuo- El humor ácido que proponía me sonaba a algo transgresor e inteligente a la vez, algo así como la lluvia ácida de potente...
domingo, 22 de noviembre de 2020
Mi crítica de "Antes del Anochecer" (Cine)
Y me mandé tres al hilo. Esta es la tercera de las críticas de las "Antes de...", la menos idílica, la más desesperanzada y descorazonada, la que tiene más personajes secundarios aparte de ellos dos -ya viven dentro del mundo, se han casado, tienen hijas en común, amigos, lectores, etc.-. Ahora estamos en Grecia, pasando seis semanas en plan de vacaciones. El guión, como siempre ha sido compuesto por Linklater más Hawke y Delpy y por fin tiene música incidental propia, y hasta una canción de títulos cantada en griego. A pesar de que han pasado los años, el disfrute no deja de ser completo. Están más viejos y cansados -41 años, no es tanto, pero lucen agotados- sin dejar de ser hermosa Julie Delpy, se la ve más gordita y culona, y Ethan Hawkw ha perdido un poco de su magnetismo, además de lucir sucio y desprolijo, como buen yanqui, frente a la francesita pulcra.
jueves, 19 de noviembre de 2020
Mi crítica de "Antes del Atardecer" (Cine)
Carlos, sé que no estaba en tus planes que viera las dos secuelas de "Antes del Amanecer", pero vos sabés cómo son las adicciones, y yo soy adicto a estas películas, como puede haber otros que lo sean con Star Wars o El Padrino. Ante todo voy a decir que esta vez el film no me conmovió tanto como en anteriores visiones, por lo que pude verlo sin llorar (aunque algún moco derramé) pero igual me atraviesa de una forma impensada. Quiero decir que para aquellos que no crean en el amor, nada mejor que ver esta saga de películas donde queda demostrado que es posible no sólo el amor a primera vista sino la reelección después de muchos años juntos, como vamos a ver en el tercer film. Jesse y Celine. Celine y Jesse. Ya los incorporé como parte de mi familia o como esos amigos cercanos de quien uno siente envidia por esa relación sin fisuras que llevan. Han pasado 9 años y no se han vuelto a ver. Ahora Jesse Wallace está en Francia y se ha convertido en un escritor de éxito con su novela sobre el amor de una noche entre un joven norteamericano y una francesita. Está dando una charla para la presentación de su libro en París. Y ahí nomás se presenta Celine. No puedo decir que el tiempo haya hecho estragos pero sí que ahora están más distintos, tal vez más aplomados con la madurez, ella más flaca pero igual de linda y él un poco más asentado. Le pregunta a su editor a qué hora sale el avión y le dice que tiene una hora y media. Justo lo que dura la película. Parece filmada en tiempo real, aunque no en una sola toma, pero el tiempo que transcurre es el exacto que duran sus conversaciones y paseos. Jesse ha sublimado su pasión en arte: escribió un libro. La invita a tomar un café, le dice que todavía tiene tiempo. Celine se disculpa de que no pudo ir a la cita concretada porque justo ese día murió su abuela en Budapest; ni uno antes ni uno después, es así como el azar teje sus hilos. Ella tiene miedo de que su peor fantasía se haga realidad: saber si él fue.
lunes, 16 de noviembre de 2020
Mi crítica de "Antes del Amanecer" (Cine)
Conclusión: terminé descompuesto, después de haber llorado tanto viendo "Antes del Amanecer". Debo aclarar que la trilogía de Antes de... son mis películas favoritas por sobre todas las demás que existan en este mundo, y que me lloro la vida cada vez que las veo. Lloro de emoción, de envidia, de satisfecho. Cómo no conmoverse ante una historia de romance sin golpes bajos, tan bien narrada, con dos actores tan maravillosos y carismáticos. Porque Richard Linklater inventó el cine. Cuando no había nada, cuando nadie había contado nada todavía, en un universo en que no existían ni Bergman, ni Truffaut ni Tarkovski, él vino a crear la luz y lo hizo de la manera más auténtica posible, con una historia de amor entre dos jóvenes casi dejando la adolescencia y casi por entrar a la adultez. Cómo no conmoverse con Celine y Jesse si son jóvenes, hermosos, inteligentes, sensibles, auténticos, frescos, veraces, sensatos, sanos, espontáneos, ocurrentes y, lo más envidiable, tienen toda la vida por delante, y todo el amor también. Claro, cuando veamos que la segunda parte se filmó 9 años más tarde y la tercera otros 9 años después veremos que las cosas no son como soñamos -o soñaron- y que ya no tienen el mundo por delante sino que el mundo vino y se los comió a ellos. Pero no nos adelantemos... Cuando se filmó esta película, en 1995, yo tenía 26 años, casi la edad de los protagonistas, y no podía dejar de soñar con que eso me iba a pasar también a mí, que viviría un romance ideal, con la persona más perfecta del mundo, justa para mí... y el tiempo pasó y eso no ocurrió, cómo no llorar ahora, a mis 51 años y ver que ese horizonte que soñaba ya no se va a producir, que nunca tendré mis 26 años y estaré en Viena, en una noche de primavera con la chica perfecta. Porque todo es perfecto en este romance, las ocurrencias más locas, la atracción compartida, los mismos deseos, las mismas intenciones, hasta las disidencias entre ellos parecen las justas y necesarias. Después de todo, ¿no es así como empiezan todos los romances de la vida, con todo en el perfecto orden y con todas las sensaciones a flor de piel y pareciéndonos que todo es maravilloso, único e irrepetible? Yo también pasé por esas sensaciones, no me puedo quejar, he tenido mis romances y mis coincidencias, pero ¿cómo hacer para que ese estado dure 27 años y después de ese tiempo vuelvan a elegirse? Es casi alquimia, pero no es un milagro, mis padres duraron 60 años juntos y volvieron a elegirse, hasta llegar juntos al final, claro que sin la pasión ni el entusiasmo de Jesse y Celine.
sábado, 14 de noviembre de 2020
Mi crítica de "Por H o por B" (Teatro)
Ayer pude ver esta ingeniosa obra por streaming, escrita e interpretada por Diego Peretti, coescrita y dirigida por Sebastián Suñé. La H y la B del título corresponden a los nombres de Helena y Bárbara, las dos mujeres en la vida de Gerardo. Todos sabemos que el psicoanálisis sirve para empezar a comprenderse, sea, pero hasta qué punto puede solucionar problemas prácticos de índole amorosa, no está experimentado todavía... Hasta ese extremo lo llevará Gerardo (Peretti), quien utiliza su hora analítica para contar los problemas que le han ocasionado estas dos mujeres. "Conócete a tí mismo", repetía el filósofo, y lo que pretende este hombre es desentrañar las verdades que manejan a su corazón, un corazón que de tanto abarcar problemas y mujeres, acabará por estallar provocándole un infarto. Claro, todo se juega acá en el terreno de la comedia, y como tal es muy interesante el planteo que nos hace. ¿Es posible amar a dos mujeres al mismo tiempo, o, por lo menos, estar caliente con ambas? La respuesta más académica sería que no, pero ésto llevado a la práctica contradice cualquier academicismo, y muchos lo hemos comprobado: es totalmente posible, y hasta lógico sentir atracción por dos mujeres al mismo tiempo. Claro que eso conlleva problemas, siempre que no se ha actuado con la verdad desde el principio. Y como el análisis busca la verdad de la milanesa, allí va el pobre Gerardo a enfrentarse con su verdad, que es lo mismo que chocarse contra una pared.
viernes, 13 de noviembre de 2020
Mi crítica de "Como hace 3000 Años" (Teatro-Unipersonal)
https://www.teatrix.com/ver/como-hace-3000-anos
Teatrix tuvo la magnífica idea de editar este excelentísimo espectáculo, no me van a alcanzar los elogios para referirme a él y será poco en comparación con lo que en realidad es. Héctor Alterio, nuestro querido Alterio exilado en España desde hace 40 años, cumple sus 91 años sobre el escenario, haciendo eso que mejor sabe hacer: teatro. Y esta vez se lanza con un unipersonal en dónde recurre a la poesía del español León Felipe y a la del puntano Antonio Esteban Aguero para dar vida a las más variadas expresiones y pasando por toda una paleta de emociones. Alterio es grande, es enorme, se nota que no tiene Alzheimer ni nunca lo tendrá, porque se banca la hora que dura el espectáculo recitando de memoria los versos difíciles del maestro español. No hay el menor índice de titubeo en el decir, ni la menor equivocación en ese texto complicadísimo que son los retazos de vida de León Felipe. No lo ayuda la dicción, siempre un poco ceseosa de este viejo amigo y conocido, pero se le entiende perfectamente todo lo que dice. Y no tiene la voz cansina de un hombre de esa edad, sino que realiza la proeza de parecer joven: una labor escénica que para alguien menor hubiese sido reconocida como gigantesca, a su edad es mucho más que celebratoria. Lo acompaña otro genio, el maestro de la guitarra José Luis Merlín, que como el mago homónimo de la leyenda, produce embriaguez y embrujo con sus dedos sobre las cuerdas. Otro hombre de avanzada edad, que, desgranando compases argentinos, va desde Atahualpa Yupanqui hasta un carnavalito, pasando por melodías de honda perfección y sentimientos. Todo un concierto se manda este hombre que no deja de tocar la guitarra en ningún momento, ya acompañando la poesía de Alterio, ya dedicándose a hacer solos. Un verdadero lujo constituye ver a estos dos monstruos de la escena.
miércoles, 11 de noviembre de 2020
Mi crítica de "Pelle, el Conquistador" (Cine)
Con la visión de "Pelle, el Conquistador" asistimos a la primera película que le granjeó el prestigio internacional a Bille August, ésta es de 1987, y si bien comenzó su carrera como director en 1978, tuvo que esperar diez años para que el reconocimiento le llegara. La investigación biográfica sobre el director ya fue realizada en el momento de "La Casa de los Espíritus", sólo que August ya ha cumplido sus flamantes 72 años -los cumplió el 9 de noviembre-. August es adicto, parece a adaptar novelas extensas y fabricar relatos de igual duración. Asistimos a la vida de los inmigrantes que buscan un horizonte mejor para terminar sus días, acá lo hacen de Suecia a Dinamarca. Llegados al nuevo país, Lasse Karlsson y su hijo Pelle, de unos 10 años, venidos de Tomelilla, arriban en un barco de inmigrantes y están decididos a no aceptar el primer trabajo que se les ofrezca. Pelle viene esperanzado pues su padre le ha dicho que en esa nueva tierra los niños no tienen que trabajar. Pasan las horas, y tras haber despreciado trabajos, Lasse y Pelle quedan solos en la plaza, hasta que llega un capataz a ofrecerles 100 coronas anuales por el padre y el hijo para tareas agrarias. Lo primero que hace es darles su lugar en el establo, junto a las vacas y gallinas -el campesinado no difería mucho del ganado- . El primer amigo que se hace Pelle es Rud, un chico de la misma edad que él, desgarbado y algo deficitario. El patrón es el señor Kongstrup, un hombre que no respeta a su mujer, engañándola con cuanta jovencita se le cruza y obviando sus necesidades.
sábado, 7 de noviembre de 2020
Mi crítica de "La Gran Farándula" (Teatro-Musical)
https://www.teatrix.com/ver/la-gran-farandula
Esta es otra ocurrencia de Teatrix, traer a la pantalla una obra que no tuvo demasiada convocatoria en su momento. La idea es buena, lástima que se haya desperdiciado en un espectáculo dedicado a los chicos, con tan bajo nivel de efectividad. Las bromas son tontas, los juegos de palabras inútiles y los chistes no funcionan porque, claro, están pensados para gente subnormal, no para chicos. Es una obra que le queda chica a los actores: semejante nivel de talento se merecía una pieza con más peso escénico. Ellos son: Omar Calicchio (don Bravo), Anita Martínez (Isabella), Julián Pucheta (Mufa), María Rojí (Paloma) y Nicolás Scarpino (Leandro). Son todos muy eficaces en lo suyo y adoptan no sólo uno sino varios roles durante la función con perfiles muy disímiles. La idea es buena: un grupo de actores de primera línea, integrantes de la farándula, que están a punto de desaparecer por el cierre del teatro. Y se adapta a estos tiempos de pandemia, hay una canción que hace referencia a que el teatro no puede desaparecer, que un escenario sin actores en él no es tal, y que el motivo del espectáculo es tan necesario como el aire que respiramos. Justo para los tiempos que corren en dónde todavía se está discutiendo si van a abrirse los teatros, después de casi nueve meses de apagadas las marquesinas. El teatro es imprescindible, así como la ficción, o una buena historia narrada por esos cómicos de la legua de los que estamos tan necesitados. Que no se discuta más: hay que abrir los teatros -con el necesario protocolo de sanidad y el distanciamiento social- pero necesitamos volver a entusiasmarnos por la magia de las candilejas.