Ayer, en uno de esos días cálidos que nos está dando el invierno porteño, fuimos con mi amiga teatrera Amalia a ver teatro off. Bueno, en realidad no era muy off porque era en "Timbre 4", la propiedad de Claudio Tolcachir que ya se popularizó tanto que dejó de ser off. Y además Tolcachir ya es director de teatro comercial en la calle Corrientes así que tampoco tiene mucho de off. Y su obra (de autoría y dirección) "La Omisión de la Familia Coleman" ya lleva tres temporadas en el complejo La Plaza y va por más. Así que, bueno, fuimos a ver algo de teatro que no está en la avenida Corrientes pero de muy alta calidad.
Y es teatro del bueno. No sólo porque es brillante la obra de Josep María Miró, sino porque también son brillantes sus actores y su directora, Corina Fiorillo de quien ya había visto "El Principio de Arquímedes" y "Tres". Y digo que la dupla actoral también es excelente porque ahí están el mismo Tolcachir acompañado de Paula Ransenberg, toda una revelación. Tolcacir es un gran actor. Lo hace todo con la naturalidad de quien está conversando, se mueve bien en escena, sabe decir un texto, es un gran intérprete. Pero sucede que a veces los grandes directores saben transmitir mejor que lo que ellos mismos saben hacer. No estoy diciendo que la actuación de Tolcachir sea mala (todo lo contrario), sólo que acá lo eclipsa la gran Paula Ransenberg. Ella tiene todos los matices y todas las posturas. Puede ir desde una escena de ternura, convertirla en erótica, ponerse los pelos de punta del terror (y a nosotros también), gritar de furia, llorar gritando o hacerlo muy despacito como lo hace al final de la obra. Estoy en condiciones de decir que hemos visto una de las grandes actuaciones femeninas de los últimos años en la cartelera porteña.
La directora también se movió con soltura. Supo construir un espacio al principio en tono de comedia hasta desembocar en un thriller del más puro espanto. Y digo esto porque la obra es "una de suspenso" pero no el suspenso exterior, sino el que viene de adentro, el psicológico, aquel que más miedo puede infundir. Fiorillo sabe crear situaciones y climas, es muy eficiente en todo lo que hace.
La obra, que parece comenzar en un tono liviano, va enmadejándose hasta convertirse en un verdadero thriller, que al principio empieza poniendo los motivos de pánico en el exterior para dar a lo último un volantazo y demostrarnos que todo el terror proviene de lo psíquico. De estos volantazos de trama sabía muy bien el "mago del suspenso", el gran Hitch cuando cambiaba de argumento a mitad de la trama, como el caso de "Psicosis", en donde mata a su estrella protagónica a los 45 minutos de película, y de ahí en más trueca el planteo hasta desembocar en algo totalmente inesperado. Era muy famoso por sus "MacGuffin" (Hitchcock definía un MacGuffin como el darle una pista falsa al espectador y hacerle creer que va por el camino correcto, hasta que se bifurquen esos caminos y le demuestre al final que fue durante toda la película sobre un rastro erróneo). Algo parecido sucede en esta obra, donde los espacios "fuera de campo" están utilizados a la manera de una película. Los actores pueden hablar detrás de puertas o paredes verdaderas con la misma naturalidad que lo hacen en escena.
Pero vamos a la trama. Una pareja de jóvenes que llevan nueve años de casados, Nacho y ¿? (nunca sabremos el nombre de ella) se mudan desde la ciudad a vivir a un complejo de edificios torre en un barrio cerrado cerca del bosque. El único edificio habitado es el de ellos, no han conseguido vender ninguna otra propiedad a nadie aunque a veces hay posibles compradores, ergo, no tienen ningún vecino. Ella es licenciada en recursos humanos, es decir, esas personas que pueden decidir sobre la homeostasis de una empresa: si sobra gente, se despide a los descartables, si se necesita personal, se contrata. Y por esas comedias del destino, él, excelente empleado de otra empresa, de pronto queda fuera del sistema, es despedido, por lo que pasará a estar todo el día metido en la casa. Ella tiene que despedir a un sujeto de nombre Sergio, quien la espera a la salida del trabajo y la ataca muy ferozmente, sacudiéndola de un brazo y le dice que si lo despide lo está matando, que tiene una ex esposa a quien pasarle dinero para su hija discapacitada, y que si se lo despide cometerá una locura. Hasta aquí esa historia. Pasados los meses se instala en la baulera del edificio un sujeto que hace en seguida buenas migas con Nacho. Su nombre es Sergio, está desocupado por eso tiene que tomar el lugar por asalto, que tiene una ex esposa que le reclama dinero para su hija discapacitada... ¿Les suena? Sí, es el mismo individuo que su mujer despidió. Ella empieza a entrar en pánico y manda a poner cámaras de seguridad en todo el predio, hasta que llegan los de la inmobiliaria y asustan al intruso, quien se va. Ahora, Paula (vamos a llamarla así) nunca los ha visto juntos a su marido y a Sergio, ni lo ha visto al extraño, ese es uno de los ganchos de la trama. Ella ha quedado embarazada, y sobre el final de su embarazo decide abandonar a su marido e irse a vivir con sus padres. El resto no se los voy a contar porque estaría traicionando la buena voluntad de quienes quieras verla. Señores, paguen su entrada y vean...
La obra estará en escena hasta el 31 de este mes (se da los jueves a las 17 hs y los domingos a las 19.15 hs) y vuelve el 2 de octubre hasta el 20 de noviembre, quien no tenga la posibilidad de verla ahora puede hacerlo más entrada la primavera. Y la entrada es realmente accesible: 200 $
Recomiendo furiosamente "Nerium Park" porque es de lo mejor que he visto en esta despoblada temporada.
Gracias por leerme nuevamente hasta acá.
El Conde de Teberito (un crítico independiente).
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