Hacia mediados de 1953, Hitchcock se encontraba sumergido en el rodaje de "La Llamada Fatal", un largometraje tridimensional producido por la Warner Bros. Debido al temor que había generado en los estudios cinematográficos hollywoodenses la nueva aparición de la televisión, estos empezaron a aplicar una fuerte inyección de renovaciones tecnológicas, a fin de intentar aplacar la marcada competencia que instauraba el inicio de la era televisiva.
El procedimiento tridimensional no seducía mucho la atención de Hitchcock, quien sólo deseaba terminar aquel rodaje lo más rápidamente posible. Sin embargo, será durante la filmación de aquel film cuando comience a pergeñar -debido a un contrato que había firmado con los estudios Paramount- los criterios de producción y rodaje de su próxima película "La Ventana Indiscreta".
Grace Kelly, quien debutó con Hitchcock en el papel protagónico de "La Llamada Fatal", se refirió en estos términos a las circunstancias de su primera actuación con él: "Durante todo el proceso del rodaje de 'La Llamada Fatal', la única razón de que permaneciera tranquilo era que estaba preparando su próxima película, 'La Ventana Indiscreta'. Se sentaba y hablaba conmigo durante todo el tiempo, incluso antes de que discutiéramos mi participación en el film. Se mostraba entusiasta describiéndome todos los detalles de un set fabuloso mientras aguardábamos que la cámara fuera trabajosamente situada en su lugar. Hablaba conmigo acerca de la gente que alcanzaba a ver en otros departamentos desde la ventana trasera del suyo, de sus pequeñas historias, de cómo podían emerger como personajes, y de lo que podían revelar. Podía ver cómo pensaba todo el tiempo, y cuando tenía un momento a solas salía a discutir la construcción de ese fantástico decorado. Estaba realmente encantado con la idea".
La base argumental para "La Ventana Indiscreta" se basaba en la narración breve "It Had to be Murder" (luego "Rear Window") del escritor norteamericano Cornel Woolrich (más conocido por su seudónimo William Irish). A partir de este texto, Hitchcock le pediría al escritor John Michael Hayes el trabajo de adaptación para el guión del film. El resultado final es una versión muy libre del texto literario original, al cual se han incorporado toda una serie de eventos e incidentes que hicieron de "La Ventana Indiscreta" uno de los títulos claves de la filmografía hitchcockiana.
Cornell Georges-Hopley Woolrich nace en Nueva York el 4 de diciembre de 1903. Ha empleado en varias de sus obras el seudónimo William Irish y también el de George Hopley.
La figura de este escritor se esgrime como paradigmática en lo que respecta a literatura de misterio y suspenso. Durante más de treinta años desarrolló toda una línea de relatos obsesionantes, cargados de mucha angustia, en donde el miedo, la culpa, la soledad, el fracaso o la desesperación se filtraban en la piel de sus personajes. La figura del inocente, acusado de un crimen que no cometió que inesperadamente se ve envuelto en una situación pesadillesca resultan emblemáticos en la obra de Woolrich.
Hacia mediados de la década del 20, teniendo como perspectiva convertirse en un escritor similar a F. Scott Fitzgerald, inicia una serie de novelas románticas referidas a la era del jazz y a las vicisitudes de la juventud. Su segunda novela ("Children of the Kitz", 1928) gana un concurso literario que le abre las puertas de los estudios First National Pictures, donde ingresará como escritor por un breve lapso. Luego de un matrimonio fallido huye junto a su madre de Manhattan. A partir de 1934 decide alejarse del mundillo "literario" y comienza a escribir relatos de misterio. Woolrich producirá más de cien relatos y novelas cortas, que serán gustosamente adquiridos para diversas revistas populares (pulps) dedicadas al género policial: "Black Masck", "Detective Fiction Weekly", "Dime Detective" y otras.
Recién en 1940, con "La Novia Vestía de Negro", se inició al desarrollo de las novelas largas, muchas de las cuales serán, casi de inmediato, adaptadas para la pantalla cinematográfica: "El Hombre Leopardo" (Jacques Tourneur, 1943), basada en la novela "Coartada Negra" ("Black Alibi", 1942); "La Dama Fantasma" (Robert Siodmak, 1944), basada en la novela "La Mujer Fantasma" ("Phantom Lady", 1942); "Pasión Diabólica" (Roy William Neill, 1946), basada en la novela "El Ángel Negro" ("Black Angel, 1943); "La Ventana" (Ted Tetzlaff, 1949), basada en la novela corta "Fire Escape" (1947), "La Novia Vestía de Negro" (Francois Truffaut, 1967), basada en la novela del mismo título, entre otras. "La Ventana Indiscreta" es el film más famoso y exitoso dentro de todas las historias que se han adaptado de Cornell Woolrich.
En la Argentina han tenido lugar varias adaptaciones cinematográficas de la obra de Wooldrich: "El Pendiente" (León Klimovsky, 1951), basado en el cuento homónimo; "Si Muero antes de Despertar" (Carlos Hugo Christensen, 1952), basado en el cuento del mismo nombre; "No Abras Nunca esa Puerta" (Carlos Hugo Christensen, 1952), film compuesto de dos historias basados en dos narraciones breves.
Finalizado el rodaje de "La Llamada Fatal", Grace Kelly regresó a Nueva York en octubre de 1953, sin que se hubiese sugerido la propuesta de que ella interpretase algún personaje en la próxima película de Hitchcock. Pocos días después, su agente le hizo una llamada telefónica que la dejó sorprendida: Hitchcock la esperaba para la prueba de vestuario de "La Ventana Indiscreta". Simultáneamente con ese ofrecimiento, los estudios Metro Goldwyn Meyer la convocaban para interpretar el papel que finalmente protagonizó Eva Marie-Saint en el film "Nido de Ratas" (1954), que dirigió Elia Kazán.
Según Donald Spoto, uno de los más importantes biógrafos de Hitchcock, Grace Kelly aunaba en su persona una "fría y elegante belleza" combinada con su "sugerencia de pasión interior", representando para Hitchcock "la respuesta de sus anhelos profesionales y su fantasía personal". Hitchcock pensó durante un tiempo que no necesitaría de otra actriz, ya que Grace Kelly complacía todos los requisitos que él solicitaba, ajustándose muy bien a la emblemática personalidad ambigua que el director imprimía a sus personajes femeninos de cabello rubio (en "Para Atrapar al Ladrón", su performance exuda sensualidad). Sin embargo, unos cuantos meses después, la actriz contraería matrimonio con el Príncipe Reiniero III de Mónaco.
En varias ocasiones Hitchcock rememoró en términos elogiosos la participación de Grace Kelly en sus films, declarando que había sido "la actriz más cooperativa que jamás había tenido".
"'La Ventana Indiscreta' es un film muy angustioso. Los espectadores americanos gritaban y no podían soportar su angustia. Todos los espectadores gritan y eso me hace muy feliz, me divierte mucho incluso ahora ese tipo de cosas me divierte enormemente. No soy en absoluto tan serio como el público en esa cuestión. Confieso que oírle gritar es algo que encuentro cómico". Con esas palabras se expresó Hitchcock en 1955, durante un reportaje realizado por Claude Chabrol y Francois Truffaut para la revista francesa "Cahiers du Cinema". La perversa ironía que desliza el director en sus palabras da directamente en el centro del corazón estructural de la película.
La simple anécdota del fotógrafo inmovilizado en su pequeño departamento, cuyo clandestino hobby es observar todo lo que sucede en el vecindario trasero de enfrente, le sirve a Hitchcock para trazar varias analogías entre la situación de ese personaje fotógrafo y la del espectador en la sala cinematográfica. La condición del sujeto inmovilizado, la selección y ampliación de imágenes que el personaje-fotógrafo realiza mediante el zoom de su cámara, y que en el caso del espectador se traduce en la manipulación de su mirada que se realiza al fragmentar la acción en distintos planos, convierten a "La Ventana Indiscreta" en un laboratorio experimental respecto de las reacciones del espectador ante un film clásico, luego de haberse producido su identificación convencional con el héroe de la película.
"Hago suspense -ha declarado Hitchcock- y trato de jugar con el espectador como el gato con el ratón. Por tanto, para que los espectadores sientan la ansiedad, el suspense, etc. hay que tener en la pantalla un héroe con el que puedan identificarse". Y en este sentido "La Ventana Indiscreta" apela a provocar el deseo voyeurista que anida en cada espectador. La condición de "mirón" es explotada y explicitada por este film hasta los últimos límites. "Lo importante -expresa Hitchcock en otro reportaje- es meter al público en las situaciones en lugar de decirles que las observe a la distancia. Y esto sólo se logra fragmentando la acción en detalles, y editando de uno a otro, de manera que cada detalle capte la atención del espectador y revele su sentido psicológico".
Para alcanzar su objetivo, Hitcchcock mandó a construir un set gigantesco, en donde se disponían tanto las dependencias del personaje de James Stewart, como las de otros treinta y un departamentos. En el año 1962, durante el transcurso de un reportaje concedido a Ian Cameron y V. E. Perkins, publicado por la revista "Movie" en enero de 1963, Hitchcock reveló parte de la clave de la construcción del film. "En 'La Ventana Indiscreta' el público está de parte de James Stewart. La identificación es directa, y por eso se tienen que sentir superiores a los demás personajes que están con él. Pero la frustración sigue presente de todos modos. Lo que me parece interesante de 'La Ventana Indiscreta' es que en ella hay más cine puro, aún cuando es estático, que en muchas de las películas que he hecho. En ella se ven los diferentes experimentos con que Pudovkin hizo sus experiencias cuando vemos a Stewart mirando, lo que ve y su reacción frente a ello. Y aquí está lo más poderoso del film. Tenemos tres trozos de película. Supongamos, por ejemplo que Stewart mira: vemos a una madre y a su hijo, volvemos entonces a Stewart, y vemos cómo se siente. Nos parece benévolo o benigno, llámelo como quiera. Si quitamos el trozo central y ponemos en su lugar a una joven desnuda, Stewart se nos convierte en un viejo verde".
Sin embargo, la afición del personaje interpretado por James Stewart a espiar la conducta e intimidad de sus vecinos por la ventana tendrá un precio al toparse con un asesinato. En ese punto, la homologación del personaje con el espectador de la sala logra ser perturbadora. El fotógrafo, al igual que el espectador, se siente seguro y fuera de peligro respecto de lo que sucede enfrente (la ventana para el fotógrafo, la pantalla para el espectador), ya que ambos se ubican desde el anonimato. No han sido detectados por el sujeto que opera en la pared de enfrente. Sin embargo, la pesadilla se desata cuando aquel a quien espiamos nos devuelve la mirada, y desde ese sencillo acto, nos descubre, nos deja expuestos. ¿Qué peor pesadilla para un espectador el de ser descubierto e identificado desde la pantalla por el asesino a quien estamos viendo/espiando? ¿Cuánta desesperación se desencadenaría en nosotros si aquel que nos descubrió espiando invade nuestro anonimato de espectadores? Esto es, ni más ni menos, algo que se metaforiza en el film. Y entonces, la pregunta clave, ¿cómo deshacerse de una figura fantasmática proveniente de un largometraje? La respuesta: la encontramos en el mismo largometraje. Un consejo:: no vaya a prender la luz antes de que finalice la película.
Una última humorada. En el marco de presentación del film, Alfrded Hitchcock comentó a los reporteros de la prensa: "La acción de la película se sitúa en el departamento de Greenwich Village de James Stewart. Pero, a fin de que pueda observar a sus vecinos, hemos tenido que construir un set conteniendo otros treinta y un departamentos que pueden ser vistos desde su ventana. De tal modo un evidente set de una sola habitación se ha convertido en casi el más grande construido nunca en la Paramount. Tenemos doce de esos departamentos completamente amueblados. Aunque creo que no vamos a conseguir alquilarlos nunca". Seguramente, algo similar debe haber ocurrido con los cuartos de Norman Bates en el motel del film "Psicosis".
Y gracias por leerme nuevamente hasta aquí.
El Conde de Teberito (un crítico independiente).
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