La película choronga del año. Disculpen que robé el término a los críticos de "El Amante/Cine" pero es que me iba justo para calificar este film, ya que definen (ellos) como película "choronga" a aquella que pretende explicar todo el funcionamiento del mundo y apenas pueden contar una historia endeble. Y lo que es más. Aburrida. El hilo rojo del título hace referencia a una vieja tradición que dice que aquellos que están predestinados a amarse por siempre volverán a encontrarse aunque el azar trate de separarlos (que no el destino). Y acá la cosa no termina bien. porque justo a punto de escaparse juntos, ella decide volver con su marido. Lo que funcionaba en una gran película como "Los Puentes de Madison", acá parece una estudiantina. Y les quiero decir que, para mi mal, no es verdad lo del hilo rojo...
Pero para algo sirvió la película y fue para consolidar la pareja de Eugenia "la China" Suárez y Benjamín Vicuña (hasta el día de hoy, no me hago responsable por lo que pase mañana). La ligó Vicuña, que acá se la da de macho recio, de galán experimentado (que le tiene miedo a los aviones y tiene que tomar dos somníferos antes de volar), se llevó el premio mayor que es la preciosa "China" Suárez.
La chispa del amor "adolescente", que no pasa de una atracción, un metejón puede consolidarse en el tiempo como "un amor más allá de todas las barreras". Ellos se conocen de muy jóvenes (ella tiene 23, él otros tantos) en un vuelo del que ella es la azafata y él el miedoso galán maduro. Se miran, se sonríen, se gustan y a los 13 minutos del film ya se están chuponeando aspaventosamente en la cabina de azafatas. El azar (ese temible enemigo de la seguridad) los separará a la bajada del vuelo, donde planeaban encontrarse.
Siete años más tarde, la vida los presenta casados, cada uno por su lado y con hijos. Ella, Abril Saguier está junto a un astro de rock, Reilly (Bruno para los íntimos, el actor Hugo Silva) con un hijo de dos años. Él, Manuel Cáceres, enólogo de prestigio, está casado con Laura (Guillermina Valdéz, la mujer de Tinelli, con su horrible cara de boca colagenada y mucho colágeno más), una exitosa fotógrafa de tapas de discos de rock, entre otras muchas opciones, con una hija, Rita, de cinco años. Quiere el Destino (ahora sí entra en juego) que la pareja central viaje a Cartagena de Indias juntos (ella como azafata, él a promocionar sus vinos), y allí se encuentren, y se digan que se han buscado dos años sin saber nada el uno del otro y que ahora los dos hicieron su vida. Hay que soportar los histeriqueos de Abril frente a los avances de Manuel para verlos en una fiesta colombiana en el hotel charlando (e histeriqueando) hasta por fin besarse nuevamente. Luego de muchas idas y venidas, la pareja saldrá a recorrer la ciudad al día siguiente.
Hago un alto. Es notable el grado de locura de la sociedad actual ya que tres de sus cuatro protagonistas están llenos de tatuajes, los de Abril ya los había reconocido él en el avión primerizo, y uno que tiene el la cadera, que dice Makluf (algo así como "lo escrito, escrito está", le sirve a él para ponerle el nombre a su bodega. Que el astro de rock esté todo tatuado no sorprende, pero que las dos mujeres (y son de verdad) luzcan múltiples simbolitos, escritos o nombres en su piel hace pensar un poco, ¿no? Bueno, retomo, salen a caminar por la ciudad de Cartagena (de la que se ve muy poco, siempre es la belleza de ambos protagonistas lo que se quiere resaltar en pantalla) hasta que los agarra la lluvia, y en unas escenas de estética de comerciales los vemos besarse bajo la lluvia y finalmente, hacer el amor de parados, con toda la furia, bajo un puentecito. Esto los lleva a la habitación del hotel, donde siguen fornicando como conejos y ella le plantea: "si siguiéramos un día más así o dejáramos todo para dentro de un año darnos la oportunidad de empezar una vida juntos ¿qué elegirías?". Parece muy simple la respuesta pero él le dice que no sabe, y justo en ese momento lo llama la esposa. Abril los oye hablar, muy románticamente y le dice que quiere terminar todo ya porque en realidad no se conocen. ¿Qué sabe él de ella y ella de él? Bastante a mi entender, como para continuar con la relación. Lo que a ella le molesta es que le moleste que él tenga una vida. ¿Y ella qué? Lo que hay que reconocerle a la "China" es que es muy buena actriz y que llorar le sale bárbaro, porque se despacha con todo. Se separan.
43 días más tarde el Destino (¿o el Azar?) volverá a reunirlos, esta vez con cónyuges incluidos. Porque Laura está fotografiando la tapa de un disco de rock con los astros y sus esposas... Y allí está Reilly y Abril, y llega al estudio subrepticiamente Manuel. Cuando se ven se producen relámpagos, truenos y tormentas. Y obvio que de ahí se van a seguir fifando. Debo aclarar que la casa nueva de Manuel y su esposa en San Isidro está inmaculada, parece sin uso, como salida de una revista de decoración, puro uso efectista de la escenografía.
Ahora deciden blanquear la situación, y si bien cuando Manuel vuelve al estudio de fotos, Laura le muestra una serie de fotografías que les ha tomado a él y a Abril charlando muy románticamente durante la sesión, y él reconoce que está enamorado; cuando Abril llega a su casa llorando a mares le dice a su esposo que le han robado, para luego decir la única mala palabra de todo el film: "Me cogió un tipo". Y le dice que se va.
Es de noche, llueve a cántaros y por el celular Abril y Manuel se escriben y quedan dónde encontrarse. Hasta allí llega Manuel, esperándola bajo la lluvia, como bien corresponde a película comercial. Abril llega en un remise, lo ve y le escribe "Hoy no puedo" y le dice al remisero que vuelvan. Chan chan. Ahí terminó la historia de este amor como no hay otro igual, que me hizo comprender todo el bien, todo el mal... ¿Tanto escenografía kitsch para nada? ¿Ni una buena Almodóvar? Los diálogos son totalmente desatinados, las acciones, histéricas e impulsivas, la historia, aburrida por todos sus momentos muertos y para lucimiento del cuerpo de la "China". ¿Hacía falta hacerme perder una hora y media de mi vida en esto? Las actuaciones son pasables, pero la dirección de Daniela Goggi (que ya había dirigido a la "China" en "Abzurdah") faltó a la cita, o bien se perdió entre tanto beso y piel desnuda (para al final no mostrar nada). No recomiendo "El Hilo Rojo", la gran película "choronga" del año.
Y gracias por leerme nuevamente hasta acá.
El Conde de Teberito (un crítico independiente).
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