Es muy difícil hablar de un personaje que generó tanto amor en sus seguidores y en la gente de a pie al que yo no puedo adscribir porque hacía un tipo de música que a mí no me gusta y por lo tanto no fui partícipe de ese amor. Una persona que llegó a inscribirse dentro de los mitos populares contemporáneos y hasta a recibir la calificación de "santa".
Debo decir en primer término que la película de Lorena Muñoz es excelente, guste uno o no de esa clase de música. La historia se inscribe en las típicas tramas de "ascenso y caída" del héroe y podemos relacionarla con las versiones de "Nace una estrella" o "My fair lady" (acoto que el autor del libro de "My Fair Lady" -"Pygamlion"- George Bernard Shaw es la única persona que ostenta un Nobel y un Oscar, por su carrera como escritor y por la adaptación al musical, respectivamente). Es una película triste "Gilda" porque todos sabemos el final, que acá sabiamente está al principio. Sí, la película comienza con el ataúd de Gilda visto desde dentro del coche fúnebre y todos sus fans agolpados afuera, bajo una lluvia torrencial, junto a trozos de noticieros en off que informan de la muerte de la cantante en un choque de frente con un camión. Después procederemos a conocer la "biopic" de esta Miriam Alejandra Bianchi, apodada Gilda y los tropiezos por los que tuvo que pasar hasta convertirse en la estrella que fue. Un destacado para su actriz, Natalia Oreiro, que se preparó durante toda su vida para este papel, y ha llegado a un grado de mimetización tal con el personaje que hasta canta igual. Cuando un actor encarna un papel de tal modo que al tiempo de estar viéndolo nos olvidamos del actor para creernos el personaje es cuando estamos en presencia de un enorme actor (o actriz). Y acá pasa eso. Para empezar que Naty Oreiro está irreconocible y a la que vemos es a Gilda, con sus gestos, su forma de moverse, su voz, y segundo, que la película consta con un guión atractivo que hace interesante la anécdota, trascendiéndola y componiendo un estado de cosas. La película habla de los tropiezos, de caerse y ponerse de pie nuevamente para seguir dando pelea, como dice la canción de Lerner "Campeones de la vida". Habla de cómo una maestra de jardín de infantes, no conforme con la vida que lleva porque "quiere hacer algo". Algo para sentirse querida por la gente. Y si bien esta música es la que escucha la gente de más bajo estrato social, fue también la adoptada por el presidente Macri en su campaña electoral y cantada a voz en cuello por él y la vicepresidente en el balcón de la Casa Rosada. Así que algo debe tener. Es cierto que su hit "No me arrepiento de este amor" es pegadizo, pero tampoco es Machado... (La canta mejor la Oreiro que Macri, por otra parte).
Bueno, Miriam se presenta a un aviso buscando cantante y con su timidez a cuestas canta "Paisaje", de Franco Simone. Por supuesto que queda elegida, pero se le impone que cante cumbia. Tras varios traspiés (canta en clubes de mala muerte donde no es escuchada por nadie) con su tecladista Toty Giménez y representante. Llega a conocer a un tipo poderoso de la movida tropical que luego de rechazarla, acepta tomarla y le ofrece una banda de músicos que son unos verdaderos lúmpenes. Al principio la explota en el orden dinero (es ultra conocido que en nuestro país se queda con la mayor parte el productor y al cantante y a los músicos le dan migajas, no sé cómo será en otra parte del mundo)pero finalmente se independizan (digo "ellos" porque va siempre acompañada por su tecladista y representante, con quien vive una historia de amor, paralela a su matrimonio) y logran meter varios hits. Hasta que Gilda compone "No me arrepiento de este amor" y con eso la pegan para toda la vida. En su periplo llega a cantar en cárceles de hombres, en donde comparte el escenario con varios presos "desatados". En uno de sus recitales ve a una niña llorando y al final de cantar la busca. La madre le explica que su hija estuvo muy grave y que le ponía siempre sus discos y que su música la salvó literalmente. Entonces la madre le dice que ella es diabética y que le toque la cabeza para bendecirla. Ahí se hace un click en la vida de Gilda porque se da cuenta que se ha pasado de rosca con la música. La empiezan a venerar. Ella huye de esto pero queda entrampada en sus propios milagros. Se la empieza a adorar como a Gardel, Evita o "el potro" Rodrigo. ¿Cómo es posible ganarse el amor de tanta gente y pasar indiferente ante ese hecho? (Lo digo por mí). Es francamente un mito popular el que se ha creado y encima le hacen fama de milagrera y se le levantan altares. Es de máximo interés como una simple cantante pueda despertar tanto furor y adoración en el pueblo.
La película de Muñoz es interesante porque trabaja con la parte humana de la cantante y no se regodea en sus éxitos sino más bien en sus fracasos: un matrimonio que hacía agua, un ACV que lo toma a su marido a quien ella ayuda aunque ya no lo ama, su tirante relación con su madre que nunca quiso separarse de su padre aunque se llevaban mal, las trampas y engaños que les hace el zar de la bailanta como dejarle el micro sin frenos. Pero también llegan los discos de oro y los discursos emocionados, el fervor en todo lugar en que se presenta, etc. Y hablo del interior de la cantante ya que las escenas más impactantes (en su relación con su marido o con su manager) están rodadas en interiores justamente. Ella vive en su humilde casa de Devoto y nunca se le ocurrió mudarse de allí (por lo menos eso es lo que cuenta la película). Son muy explícitos todos los interiores de la casa y el de su propio corazón en donde impera la solidaridad sobre todas las cosas (cuando el micro se queda sin frenos lo primero que hace es preguntar a sus músicos si están todos bien). También hay una escena de Gilda borracha o drogada, que demuestra los avatares del éxito. Y la canción final que es una canción de despedida en lo que sería su último show. Una gran película para pensarla y tratar de entender un poco ese fanatismo que se da con algunos elegidos y que pueden llevar a la adoración total. Recomiendo fervientemente "Gilda. No me arrepiento de este amor" Aunque prefiramos la 7° de Beethoven...
Y gracias por leerme nuevamente hasta acá.
El Conde de Teberito (un crítico independiente).
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