En 1943, Los Estados Unidos entran en guerra después de dos años. La comunidad norteamericana se afianza en sus valores. El cine es militarizado para dar una imagen positiva de la sociedad yankee. Precisamente en esa época, Hitchcock dibuja el retrato feroz de una pequeña ciudad de California. Sus habitantes son conservadores, pero el modo de vida embrutecedor los ha cegado: ¡terminarán enterrando como si fuera un héroe local a un odioso criminal!
Hitchcock ya gozaba en esos años de un gran prestigio. Gracias a David Selznick, su productor, se convirtió en uno de los directores mejor remunerados de Hollywood. "Sombra de una Duda" fue primero, una excelente operación comercial. Jack Skirball, el coproductor de "Saboteadores" quería hacer una segunda película con Hitchcock. Selznick hizo subir la cotización. "Alquiló" a su director por 150.000 dólares por dieciocho días de filmación, ¡el doble de lo que había obtenido de la RKO en 1941! Selznick embolsó una cuantiosa suma sin contrapartida. Y exigió, para adular el ego de su director, que no gustaba mucho de ser objeto de esas negociaciones, que en el afiche, el nombre debía estar escrito en letras tan grandes como el de los actores principales.
De cualquier manera, con Hitchcock no se trataba de imponer cualquier cosa. Él elegiría a los actores y el tema. Este último fue sugerido por Margaret MacDowell, jefa del departamento literario de Selznick. Ella le habló al director de una idea todavía bastante vaga que tenía su marido. La desarrollaron en el transcurso de una cena. Luego, Hitchcock se dirigió al escritor norteamericano Thornton Wilder. Su libro "Our Town", cuya acción se desarrollaba en una ciudad comparable a la de "Sombra de una Duda", le había producido fuerte impresión. Pero Wilder fue convocado para servir al ejército. Entonces, Hitchcock dominó la situación, ayudado por su esposa Alma y la novelsita Sally Benson. Tenía una idea sobre los intérpretes. Joseph Cotten sería ideal en el papel de Charlie Oakley, el elegante estrangulador de señoras mayores: el actor acababa de rodar dos films con Orson Welles y estaba justamente bajo el contrato con Selznick. Al leer el guión, Hitchcock había pensado en Joan Fontaine para el papel de Charlie Newton, la sobrina del criminal. Desafortunadamente, como esta no se llevaba bien con Selznick, fue imposible contratarla. Teresa Wright había actuado en Broadway en la adaptación de "Our Town", y sin duda Thornton Wilder orientó la elección de Hitchcock, la cual iba a revelarse atinada.
En el momento del casting, en junio de 1942, Hitchcock ya tenía toda la película en su mente. "Cuando me contó la historia -recuerda Teresa Wright- podíamos ver el film terminado como en una pantalla. Nadie puede imaginarse una película de forma tan exhaustiva como él, ni puede representársela con tal claridad". Y si Hitchcock había sido "vendido como ganado", así se lo dirá irónicamente al actor Hume Cronyn. "Sombra de una Duda" es por completo su película. A tal punto que el director tenderá, una vez concluido el rodaje, a olvidar a su productor. Permitirá incluso que se le acerque Sam Goldwyn, quien descalificará el trabajo de Selznick con la esperanza que Hitchcock trabaje con él. Hubo un intercambio de palabras muy ácidas entre ambos productores. "Cuando usted le dijo a HItchcock que no debería malgastar su tiempo en guiones como 'Sombra de una Duda' -contestó Selznick- y que no tendría que hacerlo si trabajaba para usted, lo que ignoraba es que había elegido personalmente la historia y el guión. Además, está muy contento con su trabajo y con mucha razón, también lo está conmigo". Eso, si era cierto que "Sombra de una Duda" era el film preferido de HItchcock...
Por única vez, rodó la mayor parte en exteriores. La película, desde varios puntos, adopta el tono de un documental. Primero, Hotchcock rompe con la manera hollywoodense de tratar los diálogos al utilizar un procedimiento inventado por Orson Welles en "El Ciudadano" (1941), l'overlapping. Las voces ya no están aisladas unas de otras, sino que, como en la vida diaria, las conversaciones se mezclan. Ya no se escuchan más que fragmentos de frases que se escurren unas tras otras sin perjudicar el contenido de la escena. Luego, la ciudad donde se desarrolla la acción es muy real, se trata de Santa Rosa, una pequeña localidad del norte de California. El director contrató a sus habitantes, a quienes vemos en sus ocupaciones cotidianas, como extras, ¡incluso el papel de la hermanita de Charlie fue confiado a la hija de un comerciante local! Pero, por su manera de filmar los exteriores, el cineasta ofrece una visión muy particular de la realidad. "Me preocupo sumamente por evitar la representación de una pequeña ciudad norteamericana convencional, con sus habituales clichés -explica-. Me gustaría que fuera muy moderna, de manera que las ambiciones sociales pudieran ser sobre trabajos de guerra o sobre cosas de este tipo. El único inconveniente sería que se pudiera fechar la película, puesto que todo cambia muy rápido hoy en día. Pero por 'moderna' entiendo que la ciudad pudiera estar influenciada por el cine, la radio, los fake-boxes: en otras palabras, sería la vida de una pequeña ciudad a la luz de los letreros de neón".
Para mostrar su teoría de los "asesinatos domésticos", Hitchcock quería ese clima naturalista. Con "Sombra de una Duda" el diablo entra en un lugar sensible, una casita muy "middle class". "Un asesinato es mucho más agradable si ocurre en un ambiente grato", explicó un día. Y si está sugerido, podríamos agregar: en "Sombra de una Duda" nunca vemos al criminal cometiendo las fechorías por las cuales es perseguido. Sin embargo, no le deba miedo a Hitchcock una escena de estrangulación tal como lo demostrará más tarde con "Frenesí". Aquí, elige la elipsis como técnica de narración. No nos muestra tampoco la gran escena en la que Charlie seduce a la asamblea convencional de los notables de la ciudad, ni la ceremonia religiosa durante la cual, esos mismos notables, cubren de honores al "pobre" Charlie que acaba de ser atropellado por un tren.
El tema de "Sombra de una Duda" también puede parecer clásico: un criminal va a esconderse a una ciudad apacible y será desenmascarado por uno de sus allegados. El film, reducido a esta trama, será objeto de una remake en 1958, que realizará Harry Keller. Pero en Hitchcock, el suspenso no se establece en la culpabilidad de Charlie. Sabemos desde la primera escena que tiene cosas graves para reprocharse. Su llegada a Santa Rosa está acompañada por un símbolo: el tren que lo deja sumerge a la estación tranquila en un humo negro.
"Ese humo negro -pregunta Truffaut a Hitchcock-, ¿puede traducirse por 'aquí está el diablo y está entrando a la ciudad'?"
"Sí, naturalmente", respondió el director.
Lo que a Hitchcock le interesa en "Sombra de una Duda" es la pareja formada entre un criminal y una joven inocente. Presenta de la misma manera a sus dos héroes. Después de una serie de diez planos secuencia en la ciudad donde el criminal va a perpetrar sus fechorías, la cámara muestra a Charlie reposando en una cama, con las manos entrelazadas en el pecho como un muerto.Después de una serie de seis planos-secuencias que siguen el mismo orden que la escena anterior, vemos a la joven Charlie en Santa Rosa, en otra cama y una postura parecida. Uno es el espejo del otro, están unidos por lazos que suponen los que existen en una familia común. Charlie piensa comunicarse con su tío por medio de la telepatía. Afirma saber quién es él y se propone arrancarle todos sus secretos. De hecho, no se considera su sobrina siendo su gemela. Sus destinos son parecidos y la escena en la que él el obsequia un anillo es casi una ceremonia de compromiso. "Hitchcock filma las escenas de amor como escenas de asesinato, y las escenas de asesinatos como escenas de amor", decía Francois Truffaut. Cuando Charlie Oakley y Charlie Newton luchan delante de la puerta abierta de un tren a gran velocidad, sus cuerpos se enlazan como los de dos enamorados.
De hecho, "Sombra de una Duda" es una parábola sobre el bien y el mal, una reflexión acerca de la naturaleza del hombre. "Todo aquí se apoya en el principio de la duplicidad -explican Eric Rohmer y Claude Chabrol en el estudio que dedicaron a esta película-. No hay un sólo momento del film en el que no se encuentre en un lugar u en otro, su doble, su reflejo". Efectivamente, existen dos escenas en la estación de Santa Rosa, dos escenas en el garage, dos tentativas de asesinato, dos detectives encargados de vigilar a Charlie, ¡y el bar en donde el tío y la sobrina toman algo se llama "Two to two" (las dos menos dos)!
De esta forma, el tío y la sobrina forman una sola persona. Además, ¿no llevan el mismo nombre? Son las dos partes de un mismo ser. Finalmente, la joven acepta el trato propuesto por su tío: se callará. Hasta el final la muchacha guardará el secreto que la atormentará toda su vida. Hay intercambio de culpabilidad. El es presentado como un criminal totalmente decente. Se gana toda la simpatía de los espectadores como de los habitantes de Santa Rosa. Incluso le tenemos lástima cuando cuenta sus desdichas de infancia, después de un grave accidente en bicicleta a los cinco años, su mente se trastorna. Quizá no lo comprendemos cuando intenta hacerse pasar por un justiciero, pero sus gritos acerca del horror de la condición humana tienen acentos de sinceridad. "El mundo es una porquería repugnante- dice a Teresa Wright-. Las casas están llenas de puercos. Despiértate, usa tu inteligencia. Somos de la misma sangre". ¿Charlie es insensible realmente a los argumentos de su tío? La última escena sugiere que tal vez ella haya adoptado su visión del mundo.
De "Sombra de una Duda" se desprende una verdad moral. Algunas frases resuenan con una fuerte intensidad y desbordan el marco del film. Así, cansada de oír a su padre contar historias de asesinatos, Teresa Wright exclama con emoción: "¡Pero están hablando de seres humanos!". Una frase que, en el contexto en el que la película fue filmada, toma el aspecto de una protesta más general. El país está en guerra; Europa se somete al yugo de un sistema político abyecto mientras que en Inglaterra cientos de personas mueren bajo las bombas alemanas.
En efecto, si bien Hitchcock hizo trabajar a varios guionistas en esta historia, puso mucho de sí mismo en ella. La familia Newton es un poco la suya. Como la hermana de Charlie, él conocía "Ivanhoe" de memoria. Él mismo escribirá la escena en la que la señora Newton habla de su hermano cuando eran chicos. La descripción que da de él se parece a un autorretrato de Hitchcock en es época de su vida. Como el asesino, fue víctima de un accidente, y él también se sentía diferente de todos los demás. Sobre todo, Hitchcock le dio a la señora Newton el nombre de su madre, Emma, que en el momento de la filmación, se estaba muriendo en Inglaterra, lejos de su hijo. Herbert también tiene a su madre enferma y cuando le preguntan cómo está se le ve en su rostro una tristeza infinita. Hitchcock se entera de la muerte de su madre cuando todavía está trabajando en un estudio de Hollywood. Y "Sombra de una Duda" termina con esta réplica triste y desengañada: "Por momentos parece que el mundo se volvió loco... como Charlie".
Y gracias por leerme nuevamente hasta aquí.
El Conde de Teberito (un crítico independiente).
No hay comentarios:
Publicar un comentario