domingo, 5 de abril de 2020

Mi crítica de "Alice" (Cine-Woody Allen-1990)

Sigo preparando el seminario "El Seleccionado Sub-18 de Woody Allen", siempre que el coronavirus me lo permita. Veamos "Alice".
Es bastante normal que durante el rodaje, Woody se vea asediado por el desequilibrio físico y mental, pero al inicio de "Alice", un film con ecos singulares, ese síntoma se vio acentuado. Al terminar la primera semana de filmación, en el agosto de 1989, Woody sólo pensaba en abortar el film e internarse en un hospital, lo que hubiese sido una catástrofe para la producción, quien debería reclamar los gastos a la agencia de seguros por seguro de enfermedad. (Una película de Woody Allen cuesta alrededor de 100.000 u$s por día, cifra muy baja si la comparamos con otras producciones con que se mueve la industria cinematográfica).
La subida de colores de su trayectoria refleja el modo pausado que a Allen le mueve a hacer sus películas, y para él, todos los pasos que había dado en "Alice" eran para atrás; al término de siete días de rodaje no tenía prácticamente nada de material utilizable.
En la carátula del guión primigenio y que envió a los principales actores y técnicos de la película (entonces se llamaba "Las hierbas mágicas del Dr. Yang", pero supuso que era demasiado literal) escribió: NOTA: en este film debe ser todo extremadamente elegante, las tomas, las locaciones, los actores. También es factible utilizar una amplia paleta de colores, en lugar de los otoñales de siempre, el resultado ha de ser brillante, con una calidad semejante a la de los dibujos animados, hasta cierto punto, como en "Días de Radio". Podríamos incluso poseer una partitura original. Mia interpretará a Alice Tait. La película comienza con los TÍTULOS INICIALES y a continuación el Plano Inicial será una fantasía, aunque esto lo sepamos más tarde.
Esta es una de las pocas comedias que tiene ninguno o casi ningún chiste de Allen -al no trabajar él se los reserva para sí mismo- y, en cambio, más gags visuales. El guión, como siempre, es acelerado y brillante y no da vueltas para iniciar la historia: desde la primera escena, de escasos 2 minutos ya nos da toda la información: un romance ocasional, la vida agitada de Alice por la mañana, sus hijos que van a la guardería, su marido al trabajo, peinadoras, empleadas, mucamas, entrenadores, kinesiólogos y decoradoras, y una vida muy, pero muy millonaria.
Como en alguna otra ocasión; Woody vuelve a abrevar en las aguas del homenaje a Fellini. Antes fue "Fellini 8 y 1/2" ("Recuerdos. Polvo de Estrellas, 1980), luego con "Amarcord" ("Días de Radio", 1986), ahora con "Giulietta de los Espíritus", y también una fuente literaria: "Alicia en el País de las Maravillas", de Lewis Carroll, como para justificar todas las elecciones mágicas, hablar fuera de sí, hablar con los muertos, volverse invisible y hasta volar por los cielos de Nueva York.
Y si es posible que esta sea la película más religiosa de Allen. Alice es una católica practicante, fanática de la Madre Teresa de Clacuta (cuando aún vivía), y que terminará trabajando para ella. Como en todos los "opus Allen" aquí también hay engaños maritales: Alice engaña a su marido por alguien más simple y su marido la engaña a ella por alguien más joven, al igual que Woody engaña a sus mujeres en todas sus películas. Pero allí donde aparecía la culpa del judío, acá aparece el remordimiento por el pecado cometido. Alice no se permite disfrutar de su infidelidad, y como en una escena de "Giulietta...", hay otra muy similar en esta: se trata de un recorrido por las calles detrás de las rejas del colegio (en "Giulietta..." eran las de su casa), lo que nos da a entender que ambas viven  aprisionadas de su marido y del engaño. Alice de su marido, y del engaño Giulietta. Giulietta está interpretada por la incomparable Giulieta Massina. Como vemos, los dos directores recurrían a sus actrices fetiche  para sus obras, sus  esposas, y este es otro rasgo en común. Si bien Alice está inspirado en Giulietta, también significa el cruce de ésta con el personaje cotidiano de Woody, lo que reafirma la concepción de que, cuando Allen y Farrow actúan en yunta, ella trasluce el papel de su diosa gentil, Diane Keaton, y que, cuando Woody no aparece en escena, Farrow asume el rol de hombre inocente e inseguro que quiere vivir sus fantasías pero está muy atado a sentimientos de culpa y ansiedad.
La elegancia es una presa resbalosa y más aún cuando una visión individual debe ser mantenida por un ejército de personas en los aspectos generales de casting, vestuario, iluminación y fotografía. Y en este momento, seis días después de haberse iniciado el rodaje de "Alice", Woody no tenía un metraje útil. "El problema con esta película es que la historia podía haberse contado de un modo más estilizado o de uno más natural, y yo elegí que todas las tomas fueran estilizadas y no demasiado realistas" -explica Woody- "Resulta difícil tener estilo: abrigo de piel de leopardo y alguien con un perrito, una cualidad casi musical, pero aquí fracasamos un poco todos. Yo situé la cámara en un sitio que no quería. En teoría me gusta hacer más tomas que las útiles, y si yo tuviera 20.000.000 de U$s no tendría ninguna dificultad. Pero la película no merece ser hecha con más de veinte millones sino con los 16.000.000 que tengo asignados".
Volviendo a la comparación con "Giulietta...", las dos son ricas -tienen cocinera, amas de llaves, mucamas, etc-. Están las amigas esotéricas y creyentes en la astrología y las cargas magnéticas; faltan, eso sí, en Woody, todas las caras fellinescas. Fellini creía en los espíritus, y Woody se lo hace creer a Alice al resucitar a su novio muerto. En la película de Fellini todos los amigos de la pareja, en el aniversario de ésta, convocan a los espíritus. Giulietta, cada vez que cierra los ojos ve imágenes oníricas tremebundas y recargadas -como era el sello de Fellini-, cuando Alice sueña, inducida por el opio, ve su pasado y un gran confesionario y diálogos imaginados con su hermana, cada uno con su obsesión. Los amigos de Giulietta son ricos y estrambóticos -Fellini a sus anchas-, su marido se tienta con cuanta jovencita conoce, al igual que el de Alice. Lo que en Fellini no aparece es el miedo a la naturaleza, en las primeras secuencias todos van a la playa, se hacen caminatas por el bosque, etc. , cosas impensadas en Woody. Giulietta no necesita hacerse invisible para saber que su marido la engaña. Tan sólo le basta oírlo mientras sueña. Los amigos de Giulietta parecen todos unos locos, lo que los diferencia de los de Alice, quienes son todos inteligentes, brillantes y cultos, como es el "mundo Allen".
En fin, que acercándose a otro genio, en medio de la expropiación y de la inspiración, Woody ha creado una obra endiabladamente consistente.
Y gracias por leerme nuevamente hasta aquí.
El Conde de Teberito (un crítico independiente).



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