jueves, 5 de mayo de 2016

Adiós, Amigo Daniel

Hoy Argentina es más pobre.
Así como Rosario fue más pobre después de perder al Negro Fontanarrosa, como Perú fue más pobre después de Chabuca, Francia lo fue después de la Piaf, Colombia después de García Márquez...
Hoy se fue un gran trozo de la alegría de este país, cosa que no abunda en estos tiempos, pero que con él era garantía
asegurada. Estoy muy triste, y tengo el derecho y la obligación de decirlo. Estoy llorando porque hoy se nos fue Neneco -para los amigos-, el genial Daniel Rabinovich -para el vulgo-, socio fundador de Les Luthiers y quien desde hace 48 años nos hacía partir de risa en la butaca del teatro. A los 71 años, de un ataque cardíaco, se apagó una de las más luminosas personalidades que haya dado el humor en la Argentina y en el mundo. Porque lo de ellos era un humor universal, sin golpes bajos, sin ordinarieces, que lo podía entender desde un chico de 8 años hasta los más viejos. Digo un humor universal porque en el mundo entero no hay otro grupo de humoristas, músicos, cantantes, actores, mimos y todo lo que se les pueda ocurrir que se compare con Les Luthiers. Hablando con un amigo decíamos que la influencia de Daniel en la cultura argentina no es menor que la de un Ginastera o la de un López Buchardo. Era un músico excelente, capaz de tocar la guitarra, el latín (violín de lata), la batería, el bass-pipe, el calephone,, el trombón o tantos instrumentos más. Pero además de sus cualidades como músico o cantante era, junto a Mundstock, la pata fuerte en la comicidad de Les Luthiers, a mí me sacó más risas y carcajadas que cualquier Porcel u Olmedo, tenía la vis cómica que sólo algunos elegidos tienen, nadie como él para hacerse el tonto o armar los ensortijados y extraordinarios enredos de palabras.
Era como ese hermano, ese tío o ese amigo gracioso a quien todos esperamos llegar para que sea el alma de la reunión, porque podía improvisar tan bien como decir sus libretos sin saltearse una coma y sin dejar de poner doble intención a cada una de sus frases.
Porque fue el político corrupto que quería cambiar el himno en favor del presidente de turno, fue el inefable Ramírez, conductor de Radio Tertulia ("nuestra opinión y la tullia"), el conductor de "La hora de la Nostalgia", el enamorado de Felisa en "Encuentro en el restaurante", fue Yougur Tu'Nge en "Cartas de Color", el estampado Francisco en "Las Majas del Bergantín", el jeque Abdul que se iba a casar con sus 40 amadas esposas en la "Serenata Medio Oriental" y tantos personajes más (incontables ya en 48 años de carrera) que acuden a mi memoria.
Nunca me voy a olvidar de él, porque forma parte de mi historia personal, cuando yo nací ellos tenían dos años de nacidos como grupo, ni voy a dejar de agradecerle todo eso parecido a la felicidad que él me brindó. Para quien nunca se haya acercado a Les Luthiers -casi imposible no haberlo hecho pero aún ahora hay gente que nunca vio un espectáculo suyo- les aconsejo que los busquen por youtube o por emule, hay espectáculos completos o sketchs, para apreciar el talento y esa cara de picardía que siempre lo acompañará en el recuerdo de los que lo queremos -no me atrevo a poner que lo "quisimos"-. Como dijo otra amiga que supo ser amiga de él: "me gustan porque son tan dulces". No sé si son "dulces", lo qué sí sé es que su humor es inofensivo, no busca herir a nadie, pero a la vez punzante, la carga contra todos aquellos enemigos de la decencia, del buen gusto musical, de las buenas causas en resumen.
Hoy se me fue uno de mis más preciados amigos, Daniel Rabinovich, y el día amaneció triste y frío para mí, a pesar de que es un día primaveral en pleno invierno. Suspendí mi terapia y mi ida al teatro. No sé cómo seguirá el grupo ahora, sé que tienen un reemplazante, pero nadie podrá emular al humor de Daniel. Son días difíciles en lo personal y en el destino del país y ahora este luto y duelo que viene a ensombrecer más todo. No sé cómo se hace para seguir.
Hasta siempre hermano Daniel.

No hay comentarios:

Publicar un comentario