Ayer fui a ver a Pinti. Si bien yo ya había visto "Salsa Criolla" 5 ó 6 veces en su etapa anterior (siempre encontraba amigos/as que no la habían visto, excusa ideal para acompañarlos), esa nueva "cabalgata histórico-musical" me llamaba la atención por refrescar mi memoria (aunque la anterior la tengo grabada en DVD) y por ver cuántos palos le tiraba al gobierno. Grande fue mi decepción al ver a un Pinti pseudo conforme y tibio con el gobierno de la reina Cristina. A quien él tildaba de "yegua" y "puta" (perdón, pero son los términos con que se refería a la Presidente), ahora lo máximo que dice es que utiliza la cadena nacional para inaugurar una fábrica de tapas de empanada en Villa Ojete. Nada más. ¿Qué pasó entre medio? ¿Pinti perdió su poder de observación y de crítica? ¿Tiene miedo? ¿Lo subvencionan de algún modo? No, es fácil. La Presidente aprobó la ley del casamiento entre homosexuales, lo que a Pinti le cayó simpatiquísimo y concurrió a Casa de Gobierno para aplaudir la decisión. (Después se sintió molesto por las fotos que le tomaron bajo el rótulo de "la farándula kirchnerista"). Así que ahora nada de criticar al gobierno, todo es relativizable, todo se puede comparar con Estados Unidos y ver que lo nuestro no es tan grave. Nunca se va a develar el asesinato de Nissman, acota él, pero allá le mataron a Kennedy en medio de la calle, en un desfile y desde entonces nunca se pudo saber quién lo mató. Lo mismo pasó con Marilyn o con Hoffa, y ellos siguen adelante. Mal de muchos consuelo de tontos, decía mi abuela, pero esto para el flaco Pinti (sí, adelgazó una barbaridad, hay que ver lo flaco que está) no cuenta. ¿La grieta? Sí, existe pero esa grieta ya estaba instalada en el país desde hace mucho, desde las rivalidades peronistas-antiperonistas, cuando en la época de Perón no se dejaba actuar a Niní Marshall, Libertad Lamarque o García Bhur y tenían que exiliarse directamente, o en la época antiperonista se prohibía a Hugo Del Carril o Discepolín se dejaba morir de pena cuando sus amigos de siempre dejaron de hablarle y lo insultaban por ser peronista declarado. "Antes te tenías que ir del país o te mataban, como en la época de los militares, hoy si sos anti-K no podrás trabajar en la TV Pública pero podrás hacerlo con Suar en Pol-K" Ya estaba todo inventado (Gracias Pinti por refrescármelo) sólo que ahora hay verdadera democracia...
Contra quienes sí arroja sus dardos son los tres candidatos presidenciales que desfilaron por el programa de Tinelli (ojo que yo tampoco me caso con ninguno) y aprendió grandes cosas de ellos, como que uno sabe hacerse el nudo de la corbata con una sola mano, el otro viste traje con zapatillas para hacerse el canchero y baila y canta como la m... Y al tercero, no se olviden que hasta ayer fue ministro de Cristina y hacía todo lo que ella le mandaba y ahora propone todo al revés para ganar las elecciones. No se olvidó de criticar la época nefasta de Menem, donde todo era peor que ahora (¡¿?!) o la de De la Rúa cuando ya declaraba sus primeros síntomas de Alzhaimer. No se privó de criticar a Carrió que "hace tantas denuncias de la mañana a la noche que un día va a terminar denunciándose ella misma:'Si, a Nissman lo maté yo".
Claro todo con humor, pero nos deja ver que antes estábamos en el verdadero horno y ahora todo es más tolerable. Con respecto a las puteadas debo reconocer que bajó mucho el tenor de ellas, y ahora se le nota que está un poco más viejo (cumplió 75 años) ya que no habla tan ligero y tartamudea mucho y repite frases obstinadamente. Bueno, no podemos darnos el lujo de tener un Pinti 0 km para toda la vida.
El resto del programa, que es el espinazo dorsal de su espectáculo, la cabalgata histórico-musical es igual a la de antes con pequeños agregados. Siempre sabe buscarse un buen cuerpo de bailarinas y bailarines que lo acompañen, aunque ya no están las acrobacias "arriesgadas" del can-can (sacado de la banda de sonido de "Víctor/Victoria") ni lucen tan desprovistas de ropa (ahora usan una malla color carne que las iguala a todas). Los dos monólogos, el de apertura y el de cierre se han acortado de 45 o 50 minutos en la "Salsa" del 85 a unos pobres 20 o 25 minutos ahora. Se supone que material no le falta, pero lo que falla es la memoria... Sigue saliendo airoso del monólogo de la bicicleta o de la parodia de "Club del Clan" y su Reina Isabel la Católica luce ahora de otra manera. Sí, el vestuario pertenece ahora a Renata Schussheim y se esmera en crear trajes vistosos para el cuerpo de baile que lo demuestra en los números iniciales y finales conde todos salen vestidos de manera circense, con muy buen gusto y armonía en los colores. La escenografía también mutó, ahora se trata de un enorme libro abierto que va pasando sus páginas desplegables a medida que van cambiando los cuadros históricos (diseño de Oria Puppo).
En conclusión, para mí a la "Salsa" 2015 le faltaron condimentos picantes, me desilusionó (aunque me reí, y con ganas en varios momentos) pero quien piense que esta vez va a poder canalizar su bronca del momento político que estamos viviendo, va a tener que ir a ver otro espectáculo porque acá no lo va a encontrar. Pese a todo, todos lo aplaudimos de pie y lo ovacionamos al gran Pinti que ya es una gloria nacional y su lengua filosa un estilete que corta (poco) cuando hay que operar.
Gracias por leerme hasta acá de nuevo.
El Conde de Teberito (un crítico independiente). Y perdonen los oficialistas si en algún párrafo fui muy sincero, pero es lo que yo pienso y siento.
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