Ayer vi una película excepcional. Se llama "Terapia en Broadway". La dirigió Peter Bogdanovich, uno de los últimos maestros de la comedia clásica (por no decir el último) que queda en Hollywood. Por supuesto, es una comedia, aunque él también dirigió dramas como "La última película", "Texasville" o "Esa cosa llamada amor". La película se desarrolla alrededor de una obra de teatro, y tiene su lejana antecesora en "Silencio... se enreda!" ("Noisses off..." también de Peter) aunque la otra era ciertamente más precisa. "Silencio... se enreda!" se desarrollaba todo el tiempo sobre el escenario, aunque en tres momentos bien diferenciados, la obra en sí y su ensayo; un segundo momento la obra y lo que sucedía entre bambalinas y por último una fusión de las dos anteriores. Era increíblemente cómica (consíganla, está en Torrent o en Emule) y mezclaba ficción con realidad de un modo muy inusitado, tenía un ritmo vertiginoso y uno no paraba de reir.
Pero "Terapia en Broadway" también tiene un ritmo envidiable, lejos de tantas producciones norteamericanas de la NCA (Nueva Comedia Americana, no confundir con Nuevo Cine Argentino), que se basa en escatologías varias: pedos, cagadas, vómitos, caídas, malas palabras, referencias chabacanas al sexo... todo lo que odio yo en una película y por lo cual me niego a ver exponentes de la NCA. Pero lo que hace Bogdanovich es distinto, todo es sutileza, dignidad fílmica, contestaciones rápidas, coincidencias inesperadas, paralelismos, es un heredero de Howard Hawks o de Frank Capra y hace por la comedia lo que Vincente Minnelli o Stanley Donnen hacían por el musical, llenarlo de colorido, ritmo y felicidad.
La historia es muy enredada y tiene muchos personajes. Vamos a tratar de resumirla. Un director de teatro casado, Arnold Adamson (el insoportable Owen Wilson, de cuya carrera rescato tres películas: "Marley y yo", "Medianoche en París" y esta) pasa una noche en un hotel de lujo y contrata una prostituta también de lujo, Glo (Imogen Poots) y después de llevarla a cenar y a pasear en mateo hacen el amor muy minuciosamente (según ella) y él le ofrece darle 30.000 dólares si deja ese trabajo y se compromete con lo que verdaderamente le gusta (en este caso ser actriz) y hace el amor sólamente por placer y con quien ella ame. La chica se conmueve, no puede creer que tipos así existan en el universo. Por supuesto que accede y cumple su promesa. Tiempo más tarde se presentará a un casting para una obra de la que el director es Adamson (sorpresa para los dos). En la obra también trabaja la esposa de él, que flirtea con el mejor amigo de éste, también actor de la obra. El autor de la pieza queda tan cautivado con Izzy (Glo era su nombre de trabajo) que la invita a cenar esa misma noche. A la vez ella se atiende con una terapeuta muy especial (genial Jennifer Aniston) que resulta ser la novia del autor de la obra. Hay otro ex cliente de Glo que no se resigna a perderla, un viejo diputado que contrata a un detective para que la siga a todos lados (el papel del detective está a punto caramelo), que resulta ser el padre del autor de la obra. Todos sospechan de todos. Y esa noche en el restaurante se juntan todos, aunque con la pareja equivocada y se destapa el merengue. Hasta Seth, el actor de la obra que está enamorado de la esposa de Adamson se presenta con una ex prostituta a la que éste también le dio 30.000 dólares para que cambiara su vida (habrá otras a lo largo de la película), siendo que era una actitud muy habitual en él. Hay corridas varias, encuentros y desencuentros, juegos a la escondida... y esto es sólo el comienzo. Todo así fluye en la obra, llegando a su punto cúlmine en el encuentro en el hotel de lujo, también cada uno con la pareja del otro.
Pero los ensayos de la obra de teatro siguen, ya que son todos muy profesionales y están condicionados a no mezclar sus desórdenes personales con su vida actoral, aunque haya bajadas de línea cada dos por tres. En la actualidad vemos a Izzy haciendo terapia con otra analista y le dice que cree en la suerte y sobre todo en los milagros. Y para ella hay milagros, ya que después de tener un muy buen noviazgo con Josh (el autor de la pieza), descubre, en la noche del estreno a quien fuese su verdadero amor, un productor de cine que la llevará a la cumbre (un breve cameo de Quentin Tarantino, quien ya dijo que quiere que pongan en su tumba "Yo trabajé en una película de Bogdanovich"). Y sí, así de importante es el tipo, para los amantes del cine como yo ya es un director de culto. Para que lo ubiquen hizo entre otras maravillas esa perlita de "¿Qué pasa, Doctor?" con Barbra Streissand y Ryan O'Neal, allá por los '70, donde el timming de la película era igualmente de brillante que en esta.
Una película excelente, para todas las edades, sin golpes bajos y con un sentido del humor muy refinado. La recomiendo del principio al fin, pasarán un muy buen momento. Puede que todavía esté en cartelera y para los que quieran bajarla en su idioma original el nombre es "She's funny the way", es de 2014 y llegó con retraso a las salas. Se van a divertir mucho si les gusta el humor fino.
Gracias nuevamente por leerme hasta acá.
El Conde de Teberito (un crítico independiente).
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