viernes, 6 de mayo de 2016

Mi crítica de "Encuentro de Genios" (Teatro)

Ayer me fui, con 3° de temperatura y un frío que cortaba el rostro, hasta el Teatro 25 de Mayo en pleno Urquiza porque quería ver esta obra, sobre todo estaba intrigado de como trataban a los personajes. La obra es de Beto Casella (mmmmmmm), ya me sonaba mal desde antes de verla porque no sólo que no es santo de mi devoción sino que es un vanalizador de frivolidades y no me hacía a la idea de que hubiese escrito una buena obra de teatro. El arranque me parece interesante: Woody Allen cita en su casa de Manhattan a otros cuatro genios, a saber: Segismundo Alegría (perdón, Sigmund Freud), Albert Einstein, John Lennon y Juan Domingo Perón. La pregunta sería ¿qué hace Perón entre cinco genios? ¿Tal vez un genio del mal? ¿Por qué no haber citado a HItler o Musolini? Ah no, tenía que haber un argentino... ¿Y por qué no ponerlo a Borges que sí fue un genio? Y hay más, tenemos cinco Premios Nobel... Pero la idea era poner alguien con quien poder confrontar, buhá, está bien... La idea de hacer un reality show a lo "Gran Hermano" me hacía ruido, ¿los genios se tenían que ir eliminando entre sí? Sí, así como lo ven escrito.
Ya de arranque me pareció todo muy superficial. Woody (Gerardo Baamonde) tiene que escribir una historia biográfica para llevar a la pantalla y debe elegir uno entre estos cuatro personajes. Woody no está bien actuado, y lo digo con conocimiento de causa, como fanático y como actor que lo representó dos veces sobre el escenario ("Annie Hall" y "El Cuento del Lunático"). Le faltan los tics, el tartamudeo, el constante vacilar, la altura y la caracterización están bastante bien. Pero el grave problema es que se toma como modelo al Woody ficticio, el de las películas y no al real. Freud (Alejandro Fiore) dirá de él que es un sexópata, nada más alejado de lo que es Woody (un tipo obsesionado por el sexo y la muerte, como todos los seres humanos), ya que sus características son las del neurótico. Se usan de él algunos chistes que, la mayoría son sacados de algo que anda girando por Internet que nos hace creer que son frases de él cuando en realidad no lo son ("Hoy en día la fidelidad se ve sólo en los equipos de audio"; "el matrimonio es como una caja de ahorro, de tanto poner y sacar se pierde el interés", "el mago hizo desaparecer las guerras, después hizo desaparecer el hambre, después vino el político e hizo desaparecer al mago", etc), y otras que sí son de él pero descontextualizadas no causan ninguna gracia ("entre el Papa y el aire acondicionado me quedo con el aire acondicionado", y el célebre chiste con que cerraba profundamente "Annie Hall" (1977): "Va un tipo al psiquiatra y le dice, Dr. mi hermano se ha vuelto loco, se cree una gallina. Bueno y por qué no hace que lo encierren. Lo haría, lo haría, pero es que necesitamos los huevos. Creo que eso expresa muy bien lo que yo siento con las relaciones entre las personas, son totalmente disparatadas, absurdas, irracionales, pero las seguimos manteniendo porque la mayor parte de nosotros necesitamos los huevos", de haber sido contado así conservaría el aire filosófico que tiene). Lo hace parecer un idiota, un pusilánime, un tipo que sólo piensa en el sexo, cuando en realidad él es un tipo trabajador incansable, constante, inteligente al máximo y sobre todo firme y que sabe lo que quiere (sino no podría estrenar una película por año y saber manejar tan bien a sus actores).
De Freud es poco lo que se dice que no se sepa, que es el padre del psicoanálisis, que fuma sus cigarros todo el día, y es en general él quien anda haciendo diagnósticos por ahí. A Einstein (Nicolás Pauls) es al que peor se lo trata, no sólo que nadie entiende la teoría de la relatividad (eso no es así, lo que pasa es que se adelantó a su tiempo) y se lo acusa y de misógino ya que estableció con su mujer un pacto por escrito que la rebajaba casi a la servidumbre (tenía que servirle tres comidas por día, tenerle limpio su salón de trabajo, tener limpias y planchadas sus camisas y su ropa y no hablar salvo que él preguntara) pero medir por eso a un genio me parece demasiado arbitrario. A Lennon (Pablo Novak) se lo quiere un poco más, si bien se cuestiona su relación con Yoko Ono y su influencia para separarlo de los Beatles. Se dice en su contra que escribía cancioncitas de fácil estribillo y música pegadiza para atontar a la juventud (algo de eso es verdad, tampoco entiendo por qué se lo eligió entre los genios, ya que para mí genios serían Serrat, Cortéz, Sabina o Víctor Manuel por la calidad de sus letras, mucho más profundas que las de los Beatles), sí es cierto que bogó por la paz y en contra de las religiones establecidas.
Pero Perón (Juan Palomino)... ahí viene el problema. Principalmente es el chivo expiatorio que todos utilizan para enfrentar. Su frase "para un peronista no hay nada mejor que otro peronista" enfurece mucho a Freud, y la otra "al enemigo, ni justicia" choca mucho con un partido al que decidió llamar "justicialismo". Algo de cierto él dice: "los radicales cuando dejan su cargo en la presidencia vuelven a su estudio de abogados, los peronistas morimos en el poder". No se le puede negar. Y la de que "Argentina es un país peronista" es altamente discutible. Pero se dicen de él en los alegatos en contra cosas que todos sabemos por la historia o por nuestras charlas diarias: que él y Eva fundaron escuelas pero para colgar sus retratos para sustituir a los de los próceres, de publicar libros de textos con "Perón me ama", de haber unido en un mismo partido a la izquierda y la derecha, algo que en ninguna parte del mundo se hizo, de haber simpatizado con el regimen nazi y de haber albergado a muchos nazis en el país. Cuando él tiene el turno para criticar a otro lo único que sabe hacer es defender su postura. Al final queda Perón y Lennon como dos seres profundamente pacifistas y comprensivos de los hombres.
Como les dije todo muy superficial, las cosas que podemos decir todos de estos cinco "genios" y lo peor de todo, cada vez que alguien hacía un chiste se cerraba con las trompetas y el redoblante de los gags televisivos. Y cada frase "importante" salía estampada en una pantalla en el escenario. Mucha gente salía contenta, a mí me pareció otra banalidad más de Casella, pero que le vamos a hacer, hay público para todo. Me sigo quedando con los siete chicos de "Parte de este mundo", que con nada hicieron mucho.
Gracias por leerme hasta acá de nuevo.
El Conde de Teberito (un crítico independiente).

No hay comentarios:

Publicar un comentario