Pude volver a ver esta película después de muchísimo tiempo, que me había hecho guardar un sabor dulce en mi memoria cinéfila, reemplazándolo ahora por uno un poco más amargo. Digamos que Fernando Trueba es uno de mis directores favoritos dentro del cine español, que aprendió mucho de sus errores de esta y logró obras más consolidadas como "El Año de las Luces" (1986), "El Sueño del Mono Loco" (1989), "Belle Epoque" (1992, con la que ganara el Oscar a la Mejor Película Extranjera), "Two Much" (1996, filmada en Estados Unidos con equipo norteamericano) y "La Niña de tus Ojos" (1998). De ahí en más le perdí el rastro, empezó a filmar peor o no se estrenaron en nuestro país sus películas. Digamos que para una ópera prima, el título no es del todo desacertado, ya que trata de la relación amorosa entre dos primos, pero el mismo título yo lo supe utilizar mejor en un guión mío que también trataba sobre la pasión entre dos primos hermanos, pero uno de ellos es un regiseur de ópera y toda la música de la película está compuesta por arias de ópera. El conflicto entre los primos se presenta porque él es ateo fulminante y ella una religiosa recalcitrante, pero a través de la atracción que sienten el uno por el otro empezarán a tambalear sus creencias. Acá no, todo es más ramplón, ella, Violeta (Paula Molina, bellísima) es una pésima violinista, de esas que parecen serruchar el instrumento, reencuentra en la calle a su primo Matías (Oscar Ludoire), quien se desempeña como reportero de un diario, junto a su amigo y mentor León (Antonio Resinés). Todo parece fulminante entre los dos primos, apenas dos cenas de por medio y a la media hora del film ella se desnuda y se mete en la cama invitándolo a él a compartir almohada. Después de un debut decepcionante (como eyaculador precoz), León le recomendará que tenga pensamientos sobre la muerte en el momento de acabar, lo que vuelve aún más traumática la situación (digo traumática y no cómica, ya que a esta comedia le falta el condimento del humor, y eso es muy serio en una comedia, casi como ser eyaculador precoz). Pasarán a vivir juntos y a amarse locamente, aunque su compañero de violoncello (que tiene el mismo sex apeal que un Capusotto español), Nicky (Luis González-Regueral) se ponga como una sombra oscura entre los primos, y cuando planean un viaje a Perú por un encuentro musical, y Matías no pueda ir, como prolegómeno, se acuesten juntos. Además Matías es "escritor de un best seller", una novela negra que avanza con grandes dificultades, a punto de verse atrapado en el capítulo VI. Las desavenencias empiezan entre entre ellos y es así que Violeta parte para Perú. Pero no se asusten, el final es feliz, cosa que no volvería a aparecer en la obra de este cineasta.
Trueba aprendió muy rápido a hacer cine y en esta obra de sus 25 años tiene muy buen uso del plano-secuencia, filmando casi toda la película en esta modalidad y dejando muy poco espacio para los primeros planos, prefiriendo un plano de conjunto que abarca la totalidad de la escena y sabe mantener el tiempo necesario. Otra particularidad de la obra es que se guíe mucho por la improvisación de los parlamentos, que los actores más sólidos (Resinés, Marisa Paredes) saben aprovechar con mayor soltura que los jóvenes. A veces, atarse a un guión de hierro puede ser útil para la comedia. Por supuesto el dilema ético del amor entre dos primos hermanos no es un problema que afecte acá (en mi obra tampoco), y se han dado casos en la historia de relaciones entre primos hermanos que han sido fructíferas (Dardo Rocha,, mi antecesor se casó con su prima Paula Arana y vivieron muy felices). No debería por qué serlo tampoco.
Pero digo que le falló la comedia a Trueba (gran conductor de comedias por otra parte, ver "Belle Epoque") porque hay una falla estructural, el guión está mal trabajado y vuelvo en que se dejó mucho espacio para la improvisación de tipos que tienen la misma gracia que un hipopótamo, y sin la columna vertebral de la película, como es el guión, no hay quien pueda sacarla a flote. No hay gracia en los diálogos, no hay gracia en las situaciones, no hay gracia en los rostros elegidos, todo apunta para el fracaso. Si se quiere ver como una película romántica, ahí tenemos más chances, pero tampoco es algo del otro mundo... Por lo pronto, no recomiendo ver "Ópera Prima" más que como piedra basal de lo que con el tiempo fue un gran director.
Gracias por leerme hasta acá nuevamente.
El Conde de Teberito (un crítico independiente).
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