jueves, 5 de mayo de 2016

Mi crítica de "Dos Días, una Noche" (Cine)

La semana pasada se estrenó esta nueva joyita de los hermanos Jean-Pierre y Luc Dardenne, que ví en DVD y me sorprendió favorablemente. Ya sabemos que los Dardenne no son una campanita y no vamos a pretender de ellos ninguna comedia, sino cine más bien cerrado, asfixiante y a la vez atrapante. De ellos vi "Rosetta", "El Niño", "El Hijo", "El silencio de Lorna" y esta.
La forma de filmar de estos prolíficos hermanos parece atada al Dogma 95 de Lars von Trier (movimiento estético que el danés inventó y del que luego se fue apartando, dejando discípulos), es decir, sin música, iluminación natural, cámara en mano (movediza), largos planos secuencia, entre otras cosas (esperemos que los hermanos no se hayan adherido también al voto de castidad que proclamaba von Trier). Así está filmada "Dos días, una noche" como una película muy despojada. La protagonista es la irreprochable Marion Cotillard, quien ganara el Oscar por su impactante interpretación de la Piaf en esa exquisitez que se llamó "La vie en rose". De ella tengo sólidos recuerdos en "El gran pez", como actriz de reparto, del gran Tim Burton, en ese aborto intragable que fue "Nine" del ganador del Oscar por "Chicago" Rob Marshall, donde ella le daba algo de dignidad a la película cantando y actuando y finalmente, la enamorada de Owen Wilson en "Medianoche en París", de mi amigo Woody Allen, en la cual optaba por quedarse viviendo en la Belle Epoque. Acá vuelve a lucirse Marion, despojada, sin maquillaje y llorando a moco tendido durante gran parte del metraje, su actuación vale oro.
El nudo argumental es el siguiente, Sandra (Cotillard) trabaja en una fábrica de planchas solares junto a 16 personas más. Han decidido los jefes que sobra personal y la que va a ser despedida es ella. Se someten todos a una votación entre mantenerla en su puesto o echarla y cobrar cada uno un bono por el valor de 1.000 euros. En la primera votación sólo tres personas lo hacen por ella. Se decide que se hará una nueva votación, y entre ese viernes y el lunes ella deberá ir recorriendo casa por casa de los otros 16 tratando de convencerlos de que voten por su permanencia en el trabajo, rechazando el bono.
Ella venía de un pasado negro, de una internación por depresión de la que le ha quedado su adicción por los tranquilizantes, de los que abusa en toda la película cuando las situaciones la sobrepasan. Apoyada por su buen marido y sus dos hijos, sale en busca de las 16 personas en ese fin de semana. Algunos aceptan cambiar su voto, otros le confiesan que no tienen nada en su contra pero que necesitan imperiosamente los euros. Lo curioso de esta película (que la diferencia de las anteriores de los Dardenne) es que acá no hay "buenos" ni "malos", aún ante quienes deciden no darle su voto, ella se comporta con altura, comprendiéndolos, ellos la comprenden a ella, le desean suerte, ella a ellos, todo termina en un apretón de manos y a ver a otro... Pero como la procesión va por dentro, cuando falta un voto decisivo que le es negado ella traga un frasco entero de pastillas para suicidarse. En ese momento llega a su casa la amiga que le había retaceado su voto diciéndole que se arrepintió y va a votar a favor. Entonces Sandra hace llamar a emergencias y en un hospital es vuelta a la vida. A los Dardenne les gusta mucho filmar a los actores de espaldas, mientras van caminando, siguiendo su paso, y esta no es una excepción. En toda la película Sandra está seria, angustiada, sólo se relaja y sonríe (ríe) en dos momentos, cuando escucha en el auto una canción muy depresiva que su esposo quiere apagar y ella la pone más fuerte, como diciendo "aquí estoy yo, no le temo a la depresión", y finalmente cuando sale ganadora de la votación (aunque habrá una vuelta de tuerca respecto a esto). Ella ya ha convencido a la mitad más uno y va confiada el lunes a presentarse al "ballotage", pero las cosas no son tan simples como parecen ser aunque ella gane. ¡¡¡No me hagan revelarles más, por favor!!!
Todos los actores están muy bien, teniendo en cuenta que son casi todos secundarios pero verdaderos protagonistas del drama de Sandra. Y vale la pena verla (todavía está en el cine, sino la pueden descargar por Torrent o Emule) porque es un gran trabajo de la Cotillard, el tema de la falta de trabajo en Europa es muy actual y preocupante, llegando a momentos de verdadera angustia, cuando ella no quiere saber más nada, y porque los Dardenne son signo de garantía (la película es del año pasado aunque se estrene ahora).
La recomiendo fervorosamente, vayan a verla porque es un poquito más de una hora y media a pura emoción.
Gracias por leerme nuevamente.
El Conde de Teberito (un crítico independiente).

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