Acabo de ver el estreno de Woody Allen 2015 y les tengo que confesar que me invadió un sopor, un sentido del dejá vu, de lo mismo de siempre, en pocas palabras. Tengo muchas ideas acerca de la nueva película de Woody, pero lo primero que me viene a la cabeza es que acaba de cumplir los 80 y queramos o no reconocerlo, Woody está viejo. Cuando terminó de filmar "Hombre Irracional" se fue a su casa y le contó a la china el argumento, y está le recordó que ya lo había filmado de mejor manera en 1989 en "Crímenes y Pecados", que lo había repetido en 2005 con "Match Point", en 2006 con "Scoop" (en esta había bastante humor, por lo menos), y en el 2007 con "El Sueño de Casandra"... y ahora lo había vuelto a hacer. Claro, él tiende a no mirar lo que ya filmó, y parece que el Alzahimer le borró esos recuerdos de su corteza.
Cuando leí los informes sobre su nueva película, que era un sobre un profesor universitario que comete un crimen ya lo supe todo. Que era a un desconocido al que mataba, que era el crimen perfecto, que no iba a ser descubierto, que no sentía la menor culpa y que podía seguir viviendo en paz con ese crimen sobre sus hombros. Claro, no pensé que el final iba a dar una nueva vuelta de tuerca, que si lo pensamos bien no es tan nueva porque es la misma que utilizó en "Scoop" y en "El Sueño de Casandra".
Ahora se trata de un profesor de filosofía universitario, Abe Lucas (Joaquin Phoenix) que vive una vida desabrida, angustiante, desesperada, que coquetea con la ruleta rusa y explica a sus alumnos los valores de Kant y los existencialistas, que está escribiendo un libro sobre Heidegger y el fascismo y que desde que aparece en escena arruina dos buenas relaciones de pareja, la de su colega Rita Richards (Parker Posey), una cuarentona que está re caliente y se voltea a todo lo que pase cerca, y la de su alumna Jill Pollard (Emma Stone, cada vez más parecida a Luz Cipriota... ¡Compro!) con su novio Roy. Las dos se van a enamorar locamente de él y las dos van a descubrirlo en su "crimen perfecto". Este se origina en una conversación que oye al pasar, en una cafetería sobre un tal Juez Thomas Spangler, que le niega la tenencia de sus hijos a una pobre mujer que no quiere dejarlos ir con su padre y que por más que apele, ese Juez le rechazará el pedido. Claro, es una basura, hay que matarlo... Así de fácil lo planea Abe, quien está leyendo... ¡¡¡"Crimen y Castigo"!!! (en "Crímenes y Pecados" por lo menos la referencia era tácita, pero en "Match Point" ya era explícita). A partir de ahí ese crimen le da fuerzas para vivir la vida a pleno, como la propaganda de un yougurt, o de un dentífrico, y puede volver a hacer el amor ya que desde hacía un año era impotente... Así de simple todo, eso sí, aderezado con mucho condimento filosófico de contratapa de libro (recordemos que cuando Woody se casó por primera vez, con Hearlene Rose, leía un libro de filosofía por semana para estar a la altura de su mujer, ¿dónde quedó todo eso?). Lo grave del asunto es que lo hace sin la menor pizca de humor, y sabemos que Allen es glorificado por su sentido del humor y de la comedia, y que cuando se pone a hacer drama lo empasta todo (su adaptación de "Un Tranvía Llamado Deseo" que fue "Blue Jasmin" fue bastante buena, para el lucimiento de Cate Blanchet, lo que le valió un Oscar, y todavía recuerdo con cariño "Septiembre" y "Otra Mujer").
Otra, Woody estudió bastante mal a Hitchcock, de quien se considera admirador y hay más de un guiño cinéfilo en su obra. El gordo Hitch sabía que cuanto más malo era el malo, mejor era la película. Acá Woody elige para asesino a ese gordo globo pinchado de Joaquin Phoenix, que es lo más insulso, desabrido e incapaz que hay tanto como para hacer de galán como para hacer de malo, y a la sufrida Emma Stone para su enamorada jovencita. Como sitúa la película en el verano, aprovecha para hacerla usar minifaldas cortísimas y vestiditos cortos todo el tiempo, exhibiendo unas piernas que son... unas piernas nada más, no tienen nada de excitante, pero parece que el reblandecido Woody ya se calienta con cualquier cosa.
Ojo, la Stone actúa muy bien, y es muy linda, y eso paga el DVD que me gasté en grabarla, y la Posey, con sus 40 bien llevados le hace la contraparte bien. Pero el galán es de plastilina... no hay con que darle al actor del labio cortado que ya hace tiempo anunció que se retiraba de la actuación para dedicarse a la música... y nunca cumplió el muy desgraciado.
Otra cosa, se extraña el jazz de los '20, '30 y '40 que solía usar Woody, acá la matraca con esa musiquita de jazz con mezcla de balada rockera que pone hasta el cansancio y terminamos tarareando de hartazgo. También se extraña lo clásico (hay apenas unos segundos de Bach "tocado" por Jill), que hasta convierte a su protagonista en pianista, ¡¡¡sin que la veamos ni siquiera rozar el piano con las manos!!! Se nota que estás cansado querido Woody, y que ya hacés todo en piloto automático...
Bueno, en resumen, "Hombre Irracional" puede servir para quien no haya visto nunca nada de Allen (cosa improbable), pero para los entendidos, un fiasco. Volvamos a ver "Zelig", por favor.
Gracias por leerme nuevamente hasta acá.
El Conde de Teberito (un crítico independiente).
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