miércoles, 4 de mayo de 2016

Mi crítica de "Sin Hijos" (Cine)

Ahora nos retrotraemos a otra de las películas argentinas estrenadas en 2015 que no había tenido oportunidad de ver: la excelente "Sin Hijos", de Ariel Winograd. Es muy difícil encontrar en el panorama vernáculo una pieza de género, y sobre todo uno tan complejo como la comedia, las buenas comedias no abundan por estos lares. Tenemos uno o dos autores (de los actuales) que tienen el pulso para la comedia, pero ahora sumamos a Winograd a esta cofradía. El elenco es inmejorable: Diego Peretti, perfecto antihéroe que supo ser protagonista del mejor Taratuto ("No sos vos, soy yo" y "¿Quién dijo que es fácil?") antes que la emprendiera con el melodrama de "Papeles en el Viento"; la española Maribel Verdú (otras de mis novias, la única española -exceptuando a Penélope Cruz-) que no tiene ya el hermoso físico de sus años adolescentes ("El Año de las Luces", "Amantes", "Belle Epoque") tomando un tinte más anoréxico y la niña revelación Guadalupe Manent, descubierta por Valeria Lynch, a quien acompaña en sus recitales y se destaca tanto como cantante como actriz. El combo es ideal. La trama, un padre divorciado para quien su hija es la luz de sus ojos se topa con una vieja novia española que es fóbica a los niños y empiezan a tener una relación, para lo cual tiene que hacer desaparecer a su hija, diciéndole que no tuvo descendencia y es ahí cuando empiezan los problemas...
La comedia está perfectamente dividida en tres actos: 1) El romance de Gabriel con Vicky negándole a su hija; 2) la presencia de Sofía como la "hermana" de Gabriel y 3) posterior descubrimiento por parte de Vicky que Sofía es hija de Gabriel y término de la relación. A esto se suma el epílogo que es la renovación del noviazgo y aceptación de Sofía. La película tiene el mismo ritmo durante todo su metraje y por fin Winograd ha aprendido que una buena comedia (¡ay, las comedias de Bergman!) debe tener una frase ingeniosa por lo menos cada dos minutos, un montaje perfecto, una utilización de la música en los momentos adecuados y como último (y principal) recurso, mantener el clima festivo durante todo el film (salvando los minutos emotivos que todo final requiere). Todo eso lo ha cumplido a pies juntillas y ha dado a luz un más que sabroso producto. Sofía es esa clase de niñas super inteligentes y con la réplica y la profundidad siempre a flor de labios lista para desbaratar cualquier discurso paterno. Vicky le regala a Gabriel un libro  titulado "Los niños. Prisión de la gente libre" y pertenece a un grupo internacional identificado como "No Kids". Y Gabriel, que se desvive por su hija-amor del alma, debe cambiar la fisonomía de su departamento plagado de juguetes, cuadros e inscripciones en pizarrón cada vez que Vicky anuncia su llegada. Los tiempos son perfectos, el ambiente muy logrado, la tipología de los personajes perfecta. Hasta que Sofía se presenta en medio de una velada Gabriel-Victoria, como la hermana menor de éste, contando un cuento sobre la multiplicidad de hijos que el padre en común ha sembrado por el mundo a sus 80 años y de alguno que otro no reconocido. Por eso es que es medianamente aceptada por Victoria llegando a establecer con ella un lazo forzoso de juegos, carreras, cumpleaños y escondida que la llevarán a reconciliarse con "esos locos bajitos". 
También anda por ahí Horacio Fontova en el rol del padre de Gabriel, con quien tuvo un trato horrendo en su niñez y juventud, reconciliándose al final y reconociendo a su nieta (el padre es mago, y como la magia todo lo puede...). Es el actor ideal para encarnar a tan cínico tipo en plan de arrepentido. La película es lineal, no hay flashbacks ni fowerdbacks y se desarrolla como una comedia clásica de lo mejor de Hollywood (modelo sempiterno para las comedias) tan alejado ahora con la NCA (Nueva Comedia Americana), con gran profusión de escatología, vómitos, pedos, incorrección política, caídas, trompazos, etc. Nada de todo eso está en la presente obra. Obra con los mejores materiales. Obra en construcción perfectamente revocada y terminada. Opus Magna. Completan el elenco un atolondrado y rubio platinado teñido Martín Piroyansky (otra piedra basal en el elenco) y más desdibujados María Bellati como la ex mujer de Gabriel y su nuevo marido (Pablo Rago, totalmente desperdiciado), y un Guillermo Arengo y una Jorgelina Aruzzi que dan cátedra como los amigos "gancheros" de Gabriel.
Uno de los chistes: cuando Gabriel y Vicky se encuentran, al principio de la película después de años de no verse el se define como "arquitecto, bha, me faltan tres materias". Siete años después, en otra ocasión, Gabriel se vuelve a definir como "arquitecto, bhá, me faltan tres materias". Un golpe genial es la destrucción de los implementos de los diversos rubros en los títulos de apertura: "Guión" (un martillo rompe una máquina de escribir), "Sonido" (una motosierra asierra una radio), "Fotografía" (otro martillo rompe luces), y así siguiendo. La película está plena de aciertos en materia humorística, sin llegar tampoco el final a ser el final de "Manhattan", tan equilibrado en moral, sentimientos y humor... pero se hace lo que se puede. En fin, una película altamente recomendable y para pasar un más que buen rato.
Gracias por leerme hasta acá.
El Conde de Teberito (un crítico independiente).

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