martes, 2 de marzo de 2021

Mi crítica de "El Amor en los Tiempos del Colesterol" (Teatro-Unipersonal)

https://www.teatrix.com/ver/el-amor-en-los-tiempos-del-colesterol


 Le estoy eternamente agradecido a Teatrix por haberse decidido a incorporar este material a su archivo, el unipersonal escrito, dirigido e interpretado por Gabriela Acher que me parece una pieza única dentro del humor. Siempre adoré a la Acher por su humor inteligente y sano, que nos pone a cada uno en el lugar de un espectador pensante y reflexivo y exculpador de las propias miserias, las del alma y las del cuerpo. Ella habla de las mujeres, pero en el fondo está hablando de todos, porque si bien el suyo es un humor femenino, a qué hombre no nos ha pasado lo mismo, de desear estar acompañado y permanecer absolutamente solo, de querer vencer los prejuicios y no alcanzarlo, de dudar a la hora del amor o del sexo. Su material es el más puro humor judío, admitido por ella, quien se siente digna hija de madre judía, aquella que pregunta: "hija, ¿estás sufriendo? ¿y entonces por qué no estás practicando?" Es la risa de la culpa, de la eterna queja, de la desgracia propia antes que la ajena. Porque el ser inteligente sabe que tiene que reírse primero de sí mismo para luego poder seguir con los demás.

Tal vez sea esa lucidez la que le hizo conseguir siempre parejas más jóvenes, aunque recomiende en su espectáculo a las mujeres que si están saliendo con un hombre mucho más joven que ellas, analicen: primero, si come solo, segundo, si no les pide upa cuando salen y tercero si en sus salidas no les piden llevarlo a un pelotero. Yo confieso que me seduce la posibilidad de estar en pareja con una mujer como Gabriela. Lo que no le perdono es todo el bótox y el colágeno que se puso en la cara, tratando de vencer al tiempo, la hizo parecer un ser monstruoso. Ella, que siempre habló mal de las cirugías y criticaba a aquellas que pasaban por el quirófano. Bueno, sea como fuere, cuando la fui a saludar hace dos años, ella se sorprendió y me dijo: "risa de hombre vale el doble". Es una genia total, lo admito, y aunque robe chistes de Woody Allen y de otros cómicos judíos ("la masturbación es hacer el amor con la persona que más amo", y otros) hay mucho ingenio propio en juego. Gabriela se pregunta: "¿por qué las mujeres estamos solas si lo que más queremos es estar con un hombre?" Y nos responde muchas veces su personaje de columnista cubana Conchita Contento, para el C. M. I. el Canal de la Mujer Insatisfecha. Y así pasamos por esa amiga de más de 40 que está sola por decisión, aunque no propia... (yo me siento identificado). O de esa madre judía que tuvo, que cuando ella se sacaba un 9 preguntaba: "¿y quién se sacó el 10?" o cuando se ganaba un auto en una rifa, "¿quién se ganó el departamento?". Todo en la vida hay que ganárselo con culpa, parece decirnos con este tipo de comicidad.
Muchos grandes humoristas provienen de raíces judías, no sólo Woody sino también Chaplin, Los Hermanos Marx, Neil Simon o Les Luthiers, que me resulta, a mi sano entender, el mejor humor en donde abrevar, porque bien lo dice un proverbio judío: por cada 9 judíos que sufren, está el décimo que los hace reír. Y es un pueblo que lo sabe todo acerca del sufrimiento, la injusticia y la insolidaridad, pero emerge de sus cenizas y se ríe. Y cuando ríe, hace reír al mundo entero, como bien lo dice la canción. Y además, ¿quién no tiene una idishe mame en su casa dándole consejos u órdenes? Como aquel otro chiste que cuenta Acher, el que le dicen a la Virgen María "a vos sí que te fue bien con tu hijo". "No, si yo quería que fuera médico". Como esta prueba, el espectáculo de Gabriela Acher está poblado de ocurrencias y frases ingeniosas. Es un lujo que conviene repetirlo de vez en cuando.
Así es como le reprocha a la ciencia, que no se explica cómo si la NASA pudo poner un hombre en la luna, no haya quien pueda poner uno en la puerta de su dormitorio. Además, entre las desventajas de ser mujer está la de la menopausia, con todas las consecuencias que conlleva, necesidad de apantallarse todo el tiempo, no tener nunca más un período, no poder tener hijos...cuando los hombres podemos tener hijos después de los 80 años... podemos tener hijos después de muertos... podemos tener hijos sin sufrir... podemos tener hijos sin saberlo... ¿No es injusta la naturaleza humana? Las mujeres no quieren ser un objeto sexual, pero en realidad lo único que quieren en sus vidas es ser un objeto sexual, pero para eso no basta con ser linda y flaca sino además tienen que ser jóvenes... Antes se era vieja después de los 50, ahora sos vieja después de los 30... y ahí intervienen los famosos cirujanos, ordenando todo cuanto la naturaleza desordena. Después de cierta edad se te empieza a caer todo... lo único que se retraen son las encías. Pero las ventajas de salir con una persona de la misma edad es que pueden divertirse comparando sus niveles de colesterol, intercambiarse radiografías...
Gabriela elije la crítica y la reflexión como punto medular de su humor, y no sólo es inteligente y ocurrente sino que aparte es graciosa. Sabe cómo contar un chiste o meter el bocadillo perfecto. Y el medio expresivo es el del consultorio sentimental, en donde recibe mails de mujeres desesperadas de todas las edades. Gabriela Acher definitivamente no sólo hace humor femenino, nos abarca a todos, y es un pilar básico para el humorismo de todos los tiempos de esta parte del Río de la Plata. Acá les dejo el espectáculo para que lo disfruten,
Espero sus críticas y gracias por seguir leyéndome.
El Conde de Teberito (un crítico independiente).

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