Y me escapé de nuevo al teatro... Tenía pendiente ver esta exitosa obra del teatro cómico francés escrita a doble mano por el músico y actor francés Banábar y el chileno Héctor Cabello Reyes. La pieza no supera la medianía, pero la salvan los dos grandes actores que la defienden contra viento y marea: el Puma Goity y Jorge Suárez. Son dos colosos de la interpretación cómica que pueden ponerse sobre los hombros cualquier mamotreto y sacarlo a flote. Y digo que la obra no alcanza los objetivos porque hay menos carcajadas de las que debería haber y porque el esquema general se repite hasta el cansancio, una y otra vez. Parece como si a los autores se les hubiese acabado la creatividad en mitad de la escritura y deban recurrir a los mismos argumentos nuevamente. Otro punto fuerte es la versión de Masllorens y González del Pino, que, como siempre, se muestran muy aptos para estas lides, el suyo es un trabajo fundamental.
domingo, 14 de febrero de 2021
Mi crítica de "Lo Escucho" (Teatro)
lunes, 8 de febrero de 2021
Mi crítica de "Puré 100% Belloso" (Teatro)
https://www.teatrix.com/ver/pure-100-belloso
En esta nueva incursión de Teatrix por el teatro en pandemia, con un actor trabajando solo en un teatro vacío, nos encontramos con el altamente talentoso y expresivo Carlos Belloso, un exponente indiscutido de nuestro teatro. Acá en el triple rol de actor-autor-director de un unipersonal humorístico en el que despliega todas sus facetas. Lo primero que salta a la vista es la inteligencia de sus monólogos, apelan a un espectador cultivado que lo apartan de la chatura de nuestros cómicos: él puede considerarse un verdadero humorista. Lo segundo es su calidad interpretativa, con una gestualidad rayana en lo esperpéntico, con toda clase de muecas y distorsiones faciales que lo vuelven un verdadero "monstruo" escénico, y un virtuosismo para las voces y sonidos difícil de hallar en otros actores. Nada nuevo hemos dicho de Carlos Belloso, un actor que sobresale del común de la media. Sus personajes son varios y disímiles, desde una mujer con problemas para hablar hasta un científico loco alemán. Pero sin embargo sucede algo extraño: a pesar de estar bien construidos los monólogos y ser inteligentes y originales, no producen la carcajada esperada. Puede ser por la ausencia de público cómplice que nos estimule a reírnos, puede ser por falta de gracia personal o puede que su discurso político de entrelíneas sea más fuerte que el resto - le causan asco periodistas como Leuco, Baby Etchecopar, Feinmann o Majul, todos amigos de la casa-. Si bien son comentarios al pasar, el desconcierto ante estos periodistas, su acento pesa fuerte en un mundo dividido por la grieta y nos impide disfrutar del resto. Asimismo, cuando empuña la guitarra y nos regala tres canciones -una sobre el puré, otra sobre los versos de Evaristo Carriego "Cabeza de novia" y la última exculpando a Nerón de todas las tropelías cometidas porque no era por mal tipo sino por miope- no resultan graciosas estas canciones ni virtuosa su forma de tocar el instrumento.
martes, 2 de febrero de 2021
Mi crítica de "Las Chicas de la Culpa" (Teatro)
Debo aclarar que nunca me sentí tan incómodo en un espectáculo teatral ni me aburrí tanto como en este. Porque "Las Chicas de la Culpa" es una verdadera bocanada de aire rancio. Y eso que lo vi por streaming y no pagué mi lugar que si no... como hubiese dicho mi abuelo: les incendio el teatro... Las chicas de la culpa son Natalia Carullas, Connie Ballarini, Malena Guinzburg y Fernanda Metili. El modo de hablar de estas cuatro féminas no se encuentra ni en un lupanar ni en el peor de los bajofondos, ¿será cierto que las mujeres cuando se reúnen solas se ponen tan guarangas? Porque si esto fuese el paso previo a un encuentro sexual 1 a 1 (o 4 a 1), se justifica, hay que calentar al otro con todas las armas de que se dispone -por lo menos conmigo surte efecto-. Pero acá no se trata de calentar a nadie sino de hacer reír en un espectáculo teatral. Y no debemos olvidarnos de eso, de que estamos en un teatro y no en un burdel, y que cuando abunda la grosería es porque se acabó la inteligencia o la imaginación. Para colmo el espectáculo carece de una estructura teatral -dije, bueno, vamos a ver otro show de stand up-, no, acá se junta a las cuatro chicas en el escenario y se las hace hablar de temas al azar, o se les propone juegos concretos con los que deben acumular puntos.