Volví al teatro para ver "Brujas", creo que por 6° vez. Mi primera sorpresa es ver lo cambiada que está la obra; claro, pasaron 30 años ya desde su estreno y las actrices también cumplieron años. Ya no son las frescas cincuentonas de aquella puesta original sino que ahora les rondan los 80, salvo las dos nuevas incorporaciones. Mi segunda sorpresa es la adaptación a tiempos de pandemia: todo es ahora con distancia social, las actrices no se acercan las unas a las otras, ni se abrazan ni hay franeleo, ni que hablar del beso entre Helena y Dolores, el cual queda justificado con una larga parrafada por parte de Helena (Thelma Biral). La inclusión de Sandra Mihanovich (Ana, la abogada y juez de la Nación) y María Leal (Dolores, la escritora brillante, lesbiana e intrigante) sale perdiendo frente a las dos referentes primigenias: Sandra muestra que como actriz de comedia es muy buena cantante, pierde sistemáticamente la oportunidad de hacer reír con los muy buenos remates que le tocaron en suerte, su vena se inclina más hacia lo dramático. Allí donde en Graciela Dufau había ironía, acá simplemente lo deja pasar de largo. Y María Leal, si bien se sostiene con gracia y comicidad, hace caso omiso de la lección de teatro que daba la inolvidable Susana Campos con sus explosiones dramáticas.
domingo, 25 de julio de 2021
Mi crítica de "Brujas 1991-2021" (Teatro)
viernes, 9 de julio de 2021
Mi crítica de "Once" (Cine)
Vi la extraordinaria película independiente de origen irlandés "Once", algo así como "Una vez", del ignoto director John Caney y protagonizada por los carismáticos John Hannard y Marketa Irglová, que supo llevarse el Oscar a la Mejor Canción ("Falling slowling") y que diera origen a mi amado musical "Una vez en la vida", que acá protagonizaron Eliseo Barrionuevo y mi elogiada Paula Reca. La canción acá se tituló "Voy Cayendo" y es igualmente bella su letra y su música. Tienen la virtud los dos protagonistas del film el haber sido atores totales de letras y músicas -sí, porque nos encontramos ante un film enteramente musical- y de interpretar los instrumentos y prestar sus voces. La diferencia sustancial con la puesta argentina es que acá -como su original en Broadway- todos los actores tocaban un instrumento y cantaban y bailaban en escena, cosa que no sucede en el film con los secundarios.