domingo, 25 de julio de 2021

Mi crítica de "Brujas 1991-2021" (Teatro)

 Volví al teatro para ver "Brujas", creo que por 6° vez.  Mi primera sorpresa es ver lo cambiada que está la obra; claro, pasaron 30 años ya desde su estreno y las actrices también cumplieron años. Ya no son las frescas cincuentonas de aquella puesta original sino que ahora les rondan los 80, salvo las dos nuevas incorporaciones. Mi segunda sorpresa es la adaptación a tiempos de pandemia: todo es ahora con distancia social, las actrices no se acercan las unas a las otras, ni se abrazan ni hay franeleo, ni que hablar del beso entre Helena y Dolores, el cual queda justificado con una larga parrafada por parte de Helena (Thelma Biral). La inclusión de Sandra Mihanovich (Ana, la abogada y juez de la Nación) y María Leal (Dolores, la escritora brillante, lesbiana e intrigante) sale perdiendo frente a las dos referentes primigenias: Sandra muestra que como actriz de comedia es muy buena cantante, pierde sistemáticamente la oportunidad de hacer reír con los muy buenos remates que le tocaron en suerte, su vena se inclina más hacia lo dramático. Allí donde en Graciela Dufau había ironía, acá simplemente lo deja pasar de largo. Y María Leal, si bien se sostiene con gracia y comicidad, hace caso omiso de la lección de teatro que daba la inolvidable Susana Campos con sus explosiones dramáticas.

La pieza en cierto modo perdió vigencia, ya que no escandaliza a nadie saber que en el grupo de amigas haya una lesbiana, otra que lleva una doble vida y otra que se dedica a la prostitución vip, ya está todo más naturalizado dentro de la sociedad en que nos toca vivir. En cuanto a la dirección de Luis Agustoni también perdió un poco de vigor.  Tal vez un tanto más viejo, más cansado haya perdido su mano firme para la comedia. También es cierto que la obra es ya muy conocida y las risas hayan perdido el nivel de sorpresa del momento de su estreno. 
Moria Casán es quién más morcillea con respecto al texto original, como buena representante de la revista, y Nora Cárpena se mantiene fiel a su personaje de la tonta del grupo. Lo que celebro es que la cadera de Thelma Biral haya soldado tan bien que le permita moverse con naturalidad.
Para quién quiera enterarse del argumento de la obra lo remito a mi crítica sobre el estreno en Teatrix en esta misma página.
La pieza igualmente se deja ver con interés y suscita no pocas carcajadas. Y está por tiempo limitado. Para el que no la vio es un buen momento de acercarse a las brujas.
Y gracias por seguir leyéndome. Espero comentarios.
El Conde de Teberito (un crítico independiente).

No hay comentarios:

Publicar un comentario