Carlos Sorín es y será uno de mis directores favoritos de nuestro país. Siempre supo enarbolar las banderas del buen cine, aquel de los pequeños detalles, de las miradas, de los sentimientos, ajeno al sentimentalismo barato pero sí a defender los valores y el buen gusto. Ya había despuntado en el 86 con la que sería su ópera prima: "La Película del Rey" que defendía ese hacer cine con dos pesos en la Argentina, dando los mejores productos, con toda su carga felliniana y la desmesura de una Ana María Giunta enorme -en varios sentidos- con su risa contagiosa. Ese mismo año vendría un falso documental para la televisión, "La era del Ñandú", una revisión de las creencias populares en el descubrimiento de una pócima para la eterna juventud sacada de las glándulas del ñandú. Dedicada a Zelig y a Borges. Una maravilla. Le siguió "Eternas sonrisas de New Jersey", un film hablado en inglés con el protagonismo de un Daniel Day-Lewis cuando todavía no tenía el renombre que se hizo después, filmado siempre en nuestra patagonia, lugar que Sorín eligió como su medio expresivo. En el 2002 y 2004 vendrían las que para mí fueron sus obras más logradas: "Historias mínimas" y "El Perro", desbordantes en ternura y en expresividad, llegando a cotas de emoción impensadas. Luego descendería lo andado con la menos lograda "El Camino de San Diego", "La Ventana" y "El gato desaparece", ésta última con una cuota de suspenso y de ingenio que bien le podría envidiar Chabrol. "Días de pesca", la cual no vi, con Alejandro Awada y Vicky Almeida, y en el 2018 "Joel", también con la gran Victoria Almeida -quien nos deslumbrara a todos en su debut en teatro en "Espejos circulares" junto a Solita Silveyra y Boy Olmi, lo que le valió un ACE como revelación del año-, aquí acompañada por Diego Gentile, el niño Joel Noguera y Ana Katz en un papel muy distinto a la perfecta psicópata de "Mi amiga del parque". Acá Sorín recurre más a un guión en el que abundan los diálogos, tal vez habiendo perdido la confianza que tenía en la expresividad de sus imágenes, aunque debo admitir que siempre trabajó con guiones de hierro. Apoyado en el carisma de algunos habitantes locales del sur, los "no-actores" de sus películas, que siempre terminaban por realzarlas, acá echa mano a un plantel de actores para los papeles principales. Sigue conmoviendo por su sensibilidad y parece que a los 76 años no perdió el brío para contar una historia que llega al corazón.
miércoles, 28 de octubre de 2020
Mi crítica de "Joel" (Cine)
domingo, 25 de octubre de 2020
Mi crítica de "Antes de que me Olvide" (Teatro-2010)
Es obvio que Enrique Pinti es -o por lo menos, fue- uno de los humoristas más encumbrados de nuestro país -podríamos decir, de la historia de nuestro país-, uno de los más prestigiosos, con razón y que más público supo arrastrar. Su muletilla era el hablar rápido, en forma de monólogo político-social, y otro de sus pilares fue la memoria. La memoria de sus extensísimos libretos y, sobre todo, la memoria histórica de un país a cada momento a punto de perderla. Siempre machacaba con eso, con que había que tener memoria de las cosas pasadas para no repetir los mismos errores ni caer en las mismas trampas, ni ser atrapados por el mismo político dos veces. Acá justamente el tema del espectáculo es la memoria, festejando el bicentenario de la Patria y su propio cumpleaños 70, es visitado por un viejito alemán, el famoso Alzheimer, que quiere llevarlo para sus filas. El gordo se resiste, y luego de una desopilante introducción donde cuenta los 200 primeros años del país, con todo lujo de -horrorosos- detalles, en una confusión histórica digna de un viejo con Alzheimer, logra salir airoso con un espectáculo de más de dos horas en donde despliega toda su verba sin ahorrarse puteadas ni insulto a cuanto político se le cruce al ruedo, ni comentarios ácidos sobre la realidad del país. Pero en ese momento en que gobernaba la Reina Cristina, él la reputeaba y la trataba de loca bipolar y de chorra. Claro, parece que el Alzheimer llegó en la vida real -o lo que es peor, el acomodo- y con una ley decretada por la Señora -la del casamiento igualitario- hizo que Pinti, milagrosamente, se olvidara de todo, insultos, coimas, choreos, falta de democracia, etc. y se pasara a las filas de adulador de la Reina Cristina. Sí, parece un chiste mal contado pero es así. El, que defendía la memoria y la fidelidad de los hechos históricos y el no olvido ni perdón a quien te estropeó la vida, hizo borrón y cuenta nueva y ahora está a partir de un confite con el poder. Ya lo demostraba en su revisión de "Salsa Criolla" 30 años después, en el 2015, en el que no dedicaba un solo improperio para la Señora Doctora (siendo que había para criticar por todas partes) y sí, atacaba virulentamente el flamante gobierno de Macri. A partir de entonces es que perdí toda mii confianza en el genial Pinti y dejé de ir a verlo, y ahora, ya habiendo cumplido los 80 años, supongo que debe estar más recalcitrante que nunca.
miércoles, 21 de octubre de 2020
Mi crítica de "Llama un Inspector" (TV)
Esta vez hemos cambiado el formato cinematográfico por el soporte televisivo, en una producción española emitida el 6 de abril de 1973 y presidida por el gran Narciso Ibáñez Menta. En esta oportunidad se trata de la obra clásica de J. B. Priestley "Ha llegado un inspector". Y con un elenco encabezado por -además de Narciso- la gran Ana Mariscal -que según me aportó Amalia era una gloria nacional española, del teatro clásico-, muy bien acompañados por Tomás Blanco, Amparo Pamplona, Manuel Galiena, Manuel Gallardo y Maruja Recio. Al tratarse de una obra de teatro, y la adaptación se ciñó a las normas del mismo, dejó muy poco margen para el vuelo cinematográfico propiamente dicho de tantas adaptaciones célebres. Aquí la escenografía es siempre la misma, aunque tomada desde distintos ángulos, con un mediocre trabajo del director Cayetano Luch de Tena, aunque sepamos que en las obras de Narciso Ibáñez Menta el director era él mismo, se hacía lo que él quería, se buscaban los mejores ángulos y hasta dejaba escapar un humito misterioso, propio de su sello de autor.
domingo, 11 de octubre de 2020
Mi crítica de "Antes de la Lluvia" (Cine)
Hoy, 11 de octubre, es un día nublado y que espera la lluvia, como esta película. Es un día triste. Ha muerto Hugo Arana. Uno de los pocos actores argentinos de los cuales se puede hablar de digno en el sentido más amplio de la palabra. Porque su vida y su carrera ha sido un ejemplo de nobleza, hizo de su profesión un arte y de cada uno de sus trabajos una labor de orfebre. Nunca hizo propaganda política, porque no la necesitaba para trascender. Supo medirse por igual en la comedia o en el drama. Supo entregarnos gran cantidad de carcajadas y no pocas lágrimas. Siempre ayudó con su trabajo a la reflexión del espectador, no era de los que ofrecían el plato terminado y cocinado sino que se lo dejaban terminar al auditorio. Lo recuerdo en el que tal vez fue su último trabajo para el teatro: "Los Tutores", en donde despertaba tanta simpatía como ternura, pero también en uno de sus logros anteriores que no tuvo el éxito merecido: "Todas las Rayuelas", tal vez por ser su autor un muchacho joven y nobel, en donde encarnaba a un viejo que era detenido en el aeropuerto, tras regresar a su país, porque se transformaba en sospechoso: en su valija sólo traía ediciones de Rayuela, aquel mítico libro de Cortázar. Y era que ese libro tenía un gran significado para él pues se trataba de algo vinculado a su mujer, desaparecida en la última dictadura militar. Con ese trabajo, que yo vi en el teatro y que hoy se puede ver en la plataforma Teatrix, supo arrancar carcajadas y lágrimas de verdadera emoción. Una despedida digna para un hombre que hizo del teatro su modo de vida y un arte. Mi recuerdo para uno de los últimos grandes que nos quedaban: Hugo Arana.
martes, 6 de octubre de 2020
Mi crítica de "15 Años y un Día" (Cine)
Vi esta interesante película de Gracia Querejeta que me resulto sumamente atractiva. Narra la desastrosa vida de un chico de 14 años y su relación con madre, abuelo, amigos, chicas, etc. que en todos los casos deja mucho que desear en cuanto a la rebeldía propia de su edad y un estado anímico que no le resulta cómodo de llevar. Digamos en principio que es una película de pérdidas. Así como Jon pierde su escolaridad y perdió a su papá -quién a su vez había perdido a su esposa en brazos de otro hombre, para luego perderse él mismo en un suicidio-, Elsa, la pretendiente a novia de Jon pierde la memoria, Nelson, el rival de Jon pierde la vida en una pelea, el abuelo pierde a su esposa por no tolerarse y está a punto de perder a la mujer que ama por no dar el brazo a torcer. Digamos también que Jon tiene comportamientos suicidas (la primera escena, con la bicicleta desafiando al camión; el juego de automutilación con el cortaplumas; las peleas entre chicos que lo dejan en un coma, etc.). El guión de Gracia Querejeta está bien narrado, es agudo y perspicaz si bien necesitaba un poco más de humor -o por lo menos una mirada más irónica del mundo adolescente-, pero es llevadero y consigue atrapar la atención.
sábado, 3 de octubre de 2020
Mi crítica de "Manzi, la Vida en Orsai" (Teatro-Musical)
https://www.teatrix.com/ver/manzi-la-vida-en-orsai
Acabo de ver en Teatrix la excelente obra sobre la vida de Homero Manzi, ese gran poeta del tango, que junto con Gardel y Horacio Ferrer, creo que representan el trío de nombres célebres en lo que a letras de tango se refiere. De cómo su juventud de ferviente radical se vio trastocada por su amor por Nelly Omar, a quien convirtiera en su amante y esta a su vez convirtiera en peronista. Todo embellecido por los tangos de Manzi en las extraordinarias interpretaciones de Jorge Suárez, Julia Calvo y Néstor Caniglia, quienes, a su vez le dan carnadura a los personajes. Con la instrumentación de Mariana Atanas en violín, Lucía Ramírez en bandoneón y Diego Vila en piano; a su vez la dirección musical y los arreglos son de Diego Vila. Y el libro de Betty Gambartes, Diego Vila y Bernardo Carey bajo la idea general y la sabia dirección de Betty Gambartes conforman un espectáculo de lujo que cosechó un sinfín de premios.
viernes, 2 de octubre de 2020
Ni crítica de "Brujas" (Teatro)
https://www.teatrix.com/ver/brujas
¡¡¡Albriquias, alebracas, me late el cardiotripa!!! Por fin llegó a Teatrix la exitosísima obra que estuvo más de 10 años en cartel con su elenco original. Puedo revivir por enésima vez la pieza que vi cinco veces en el teatro y otras tantas reprodujimos en casa en diálogos que ya quedaron en el acervo popular. Todo parte de una obra española de Santiago Moncada que acá Luis Agustoni tuvo la bendita idea de adaptar y entregarla a 5 de las actrices más talentosas de la Argentina y convertirla en un combo irresistible. Es la primera de las obras "de mujeres" que después de esta se hicieron tan populares por estos lares. Pero esta obra va más allá de ser un acontecimiento para ser disfrutado sólo por mujeres; el público masculino también acompañó la propuesta y se hizo su digno seguidor -es mi caso-. Yo siempre encontraba excusas para acompañar a alguien que todavía no la hubiera visto y volver a disfrutarla. Porque, si bien hay un cierto contenido dramático, el juego de comedia es tan bueno y tan jugoso y las actrices saben exprimirlo tan bien que es digno de ofrecerle las mayores carcajadas. Y así se creó un hito dentro del teatro nacional que superó por mucho el relativo éxito que tuvo en España.