domingo, 11 de octubre de 2020

Mi crítica de "Antes de la Lluvia" (Cine)

Hoy, 11 de octubre, es un día nublado y que espera la lluvia, como esta película. Es un día triste. Ha muerto Hugo Arana. Uno de los pocos actores argentinos de los cuales se puede hablar de digno en el sentido más amplio de la palabra. Porque su vida y su carrera ha sido un ejemplo de nobleza, hizo de su profesión un arte y de cada uno de sus trabajos una labor de orfebre. Nunca hizo propaganda política, porque no la necesitaba para trascender. Supo medirse por igual en la comedia o en el drama. Supo entregarnos gran cantidad de carcajadas y no pocas lágrimas. Siempre ayudó con su trabajo a la reflexión del espectador, no era de los que ofrecían el plato terminado y cocinado sino que se lo dejaban terminar al auditorio. Lo recuerdo en el que tal vez fue su último trabajo para el teatro: "Los Tutores", en donde despertaba tanta simpatía como ternura, pero también en uno de sus logros anteriores que no tuvo el éxito merecido: "Todas las Rayuelas", tal vez por ser su autor un muchacho joven y nobel, en donde encarnaba a un viejo que era detenido en el aeropuerto, tras regresar a su país, porque se transformaba en sospechoso: en su valija sólo traía ediciones de Rayuela, aquel mítico libro de Cortázar. Y era que ese libro tenía un gran significado para él pues se trataba de algo vinculado a su mujer, desaparecida en la última dictadura militar. Con ese trabajo, que yo vi en el teatro y que hoy se puede ver en la plataforma Teatrix, supo arrancar carcajadas y lágrimas de verdadera emoción. Una despedida digna para un hombre que hizo del teatro su modo de vida y un arte. Mi recuerdo para uno de los últimos grandes que nos quedaban: Hugo Arana.

Pero vanos a la película de hoy. "Antes de la Lluvia" es un film de 1994 de Milcho Manchewski. Manchewski es un director de cine, fotógrafo y artista macedonio nacido en Nueva York. Su película "Antes de la Lluvia" fue nominada para un premio de la Academia y The New York Times la incluyó en su lista Guide to the best 1000 films ever made. También ha realizado "Dust", "Shadows", "Mothers", "Bikini Moon" y "Willow". Manchewski es autor de dos exposiciones de fotografías, obras de ficción, libros de ensayo y artes escénicas. Su trabajo tuvo más de 350 proyecciones en festivales (entre ellos Venecia, Berlín, Toronto, Sao Paulo, Estambul, Tokyo, Jerusalén, Hong Kong, Estocolmo, etc.). Sus películas se han distribuído a más de 50 países. Su trabajo ha sido incluído en los planes de estudio de numerosas universidades y ha sido objeto de dos conferencias académicas -en Firenza y Leipzig-. Tiene un Doctorado Honoris Causa en la VGIK de Moscú.
La película está dividida en tres episodios. El primero se denomina Palabras, y es justamente de lo que carece. Es un film de una belleza extática, que bien podría haber sido mudo, no importaría para entenderlo -de hecho está hablado en su mayoría en macedonio y traducido al inglés-, es tal la magnificencia de sus imágenes y de la música de Anastasia -tal como se denomina quien la compuso- que ejerce un embrujo descomunal sobre el espectador. De fondo están los montes de la región macedónica y albanesa, quienes entran en conflicto bélico quién sabe desde cuándo. Es una película cíclica, es decir que empieza y termina con la misma situación, la película vuelve a empezar, podría verse como una cinta de Moebius sin fin que en nada alteraría su comprensión. Estamos en un monasterio de monjes macedonios y los chicos que juegan dibujan el círculo de la vida con ramas y fuego -tal vez presagiando el derrotero del film-. El capítulo se denomina Palabras porque eso es justamente lo que le falta al monje Kiril (Gregoire Colin), quien ha realizado un voto de silencio, tal que ni se altera cuando descubre a una chica albanesa durmiendo en su cama. Es Zamira (Labina Mitevska), con el pelo cortado a lo varón, ha matado a un pastor macedonio y se la busca por el crimen. Hay un entierro. Mitre comanda la busca (como nos enseñó a decir Borges, en lugar del oscuro término búsqueda). Revisan todo el monasterio pero no la hallan, disparan desde la ventana pero destripan a un gato en lugar de a la chica -y acá lo destripan de verdad, no había efectos especiales en esta época-. Pero es descubierta por los monjes en la celda de Kiril y lo obligan a marcharse. El Padre lo abofetea y lo abraza al mismo tiempo y le desea suerte. Kiril se marcha con Zamira, rompiendo su silencio pesado. No se entienden con el idioma -de ahí el título Palabras, también- hasta que él la besa y se abrazan con fuerza. Pero el abuelo de ella la encuentra y la golpea por haber matado a un pastor. Ella le dice que Kiril la ama y que los deje ir. Él se va, ella lo sigue y la balean. Cae muerta.
El segundo episodio se llama Caras. Nos encontramos ahora en Londres con la fotógrafa Annie -a quien habíamos visto brevemente en Macedonia- (interpretada por la belleza extraña de Katrin Cartlidge, quien muriera muy desafortunadamente a los 41 años dejando un buen puñado de películas como para apreciarla), observa sobre la mesa de trabajo de su estudio las fotos que ha sacado en el país junto a otras del Holocausto. Está embrazada. Va a decírselo a Nick, su marido, pero se topa con su amante, el fotógrafo Alexandre Kirov (Rade Serbedzija), comparten un breve viaje en taxi, dónde él le dice que Macedonia no es segura, ya que los bizantinos  capturaron 14.000 nativos y les sacaron los ojos. A él lo acaban de despedir, quiere irse a Macedonia con ella pero ésta sólo piensa en tener a su hijo. Él le dice que Bosnia lo ha cambiado ya que ha matado. Entonces se va solo, y le dice que debe tomar partido.
Ella tiene las fotos de Kiril y Zamira muerta en su mesa de trabajo. Esto hace más difícil de comprender el final de la película... Recibe una llamada para Alexander desde Macedonia pero les dice que se ha ido. Annie se encuentra para cenar con su marido NIck (Jay Villiers) y le dice que está embarazada y que es de él. Hay un hombre agresivo en el restaurante que rompe todo y le pega al mozo antes de irse. Ella quiere el divorcio aunque aún lo quiere. Nick dice que le perdona lo de Alex, en eso vuelve el hombre desquiciado y dispara con un revólver contra todos. Annie logra protegerse, pero mata a NIck destrozándole la cara. De esto y de las caras vistas en las fotos se compone el episodio llamado Caras.
Tercer y más extenso episodio: Fotos. Alex llega a Macedonia, luego de decir que lleva 16 años allí. Se lo dice a un soldado, y ante la foto de Annie le dice que era su mujer pero que murió en un taxi -en aquel taxi que tomaron juntos y en el que ella decidió no acompañarlo a su país-. Escala las montañas por entre las casas de piedra, saludando la gente a su paso. Encuentra su casa destruida pero pasa la noche en ella. Al día siguiente se reencuentra con un primo y con Mitre, a quienes saluda afectuosamente. Comen en familia, por la noche se le arrima Kate a su cama en busca de amor, pero él la rechaza, sigue pensando en Hana, de quien le informan que ya es viuda -es sorprendente la semejanza con su otro amor: Annie, en nombre y en estado conyugal-. Al día siguiente va a visitarla (ella es albanesa, si bien comparten el territorio), pero lo detienen unos hombres, a quienes les dice que va en busca de Hana y que pregunten por su padre. Lleva regalos para todos. Lo recibe el padre de Hana y ella le sirve una copa pero no lo mira a los ojos, en actitud de servidumbre. Se miran desde una ventana cuando él se marcha.
Lo llama Annie desde Londres, pero no le entienden el inglés y no le transmiten la llamada. Mientras, Alex asiste al parto de una oveja. Le envía un fax a Annie con la foto de un hombre asesinando de un escopetazo a otro, y le dice que su cámara ha matado. Las fotos son exclusivamente para ella. A la vuelta a la casa se encuentra que han herido de muerte a su primo. Fue una albanesa. La banda va en busca de venganza. Lo han visto con Hana esa mañana. Por fin empieza a llover. Lo visita Hana esa noche, pidiéndole ayuda, su hija ha desaparecido por culpa de su primo. Alexandre se fuma un cigarrillo, él que había logrado dejarlo, y rompe las fotos del hombre asesinado en las filas. Rescata de sus primos a la hija de Hana, quien no es otra que Zamira, la chica del comienzo. El primo les dispara, ella huye pero a él lo matan. Empieza a llover. Zamira va a refugiarse a un monasterio. La lluvia cae sobre el cuerpo herido de muerte de Alexandre.
Es una película de fuerte impacto, si bien no deja de ser altamente poética y bucólica, acrecentadas las imágenes por la música preponderante de Anastasia. Por fortuna pude ver la película, después de tanto entuerto, sin darme cuenta que yo la tenía entre mi colección de films. 'Ta que lo tiró...
Y gracias por leerme nuevamente hasta aquí.
El Conde de Teberito (un crítico independiente).

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