viernes, 2 de octubre de 2020

Ni crítica de "Brujas" (Teatro)

https://www.teatrix.com/ver/brujas


¡¡¡Albriquias, alebracas, me late el cardiotripa!!! Por fin llegó a Teatrix la exitosísima obra que estuvo más de 10 años en cartel con su elenco original. Puedo revivir por enésima vez la pieza que vi cinco veces en el teatro y otras tantas reprodujimos en casa en diálogos que ya quedaron en el acervo popular. Todo parte de una obra española de Santiago Moncada que acá Luis Agustoni tuvo la bendita idea de adaptar y entregarla a 5 de las actrices más talentosas de la Argentina y convertirla en un combo irresistible. Es la primera de las obras "de mujeres" que después de esta se hicieron tan populares por estos lares. Pero esta obra va más allá de ser un acontecimiento para ser disfrutado sólo por mujeres; el público masculino también acompañó la propuesta y se hizo su digno seguidor -es mi caso-. Yo siempre encontraba excusas para acompañar a alguien que todavía no la hubiera visto y volver a disfrutarla. Porque, si bien hay un cierto contenido dramático, el juego de comedia es tan bueno y tan jugoso y las actrices saben exprimirlo tan bien que es digno de ofrecerle las mayores carcajadas. Y así se creó un hito dentro del teatro nacional que superó por mucho el relativo éxito que tuvo en España.

Para el que no conozca la historia, la excusa es el reencuentro de cinco amigas y compañeras del instituto de monjas donde hicieron su secundario, apodadas las "brujas del 65", en casa de Elena (Thelma Biral), quien se ha convertido en un ama de casa aburrida, casada y sin atractivos, que en sus ratos de ocio hace dibujos. Se reúnen 25 años después de haber egresado y con sus vidas hechas. Las otras chicas son Inés (Nora Cárpena), la más ingenua del grupo, quien se conforma con haberse casado y no haber engañado nunca a su marido ni probar el alcohol; Ana (Graciela Duffau), una jueza de la nación quien no es feliz porque a pesar de haberse casado con un marido con plata y haberse desarrollado profesionalmente no pudo concebir un hijo; Dolores (Susana Campos) una escritora de fama internacional con un montón de premios ganados y el reconocimiento de la crítica y Luisa (Moria Casán), la "puta de lujo", la que sabe escandalizar a sus amigas en todo momento utilizando un lenguaje grueso y explicaciones sexuales explícitas.
Ya está el juego planteado, sólo basta jugarlo. Después de la cena y de los cantos de la capilla, se preparan para marcharse, pero Inés se emborracha y les echa en cara que por una de las que están ahí no pudo recibirse ya que su diario íntimo apareció en el escritorio de la madre superiora y en él describía sus encuentros en el cuarto del jardín con una de sus compañeras, una encubierta Safo, con la que precisamente no se encontraban para charlar. Una de ellas quiso delatarla, le entregó el diario a la superiora y la echaron una semana antes de la graduación. Ana toma el curso de la investigación. Por supuesto nadie fue, y entre comentarios ácidos e irónicos, sin dejar nunca de ser humorísticos (Luisa: 10 minutos de mi culo vale 1000 dólares; Ana: Mejor que no compare tu tarifa con mi sueldo de Juez de la Nación -algo que ya quedó muy pasado de moda-). Pero las bromas se interrumpen cuando Elena anuncia que una de ellas cuatro se está acostando con su marido desde hace un año. Porque recibió un anónimo de una de ellas que así lo afirma. Después de acaloradas discusiones Luisa se inculpa de haber robado el diario y de ser quien se está acostando con Gabriel. Pero la mentira no dura mucho. Saben que cuando había algún problema era la compañerita Luisa quien se echaba las culpas para disculpar a las otras. El juego no va muy lejos. Enseguida se revela que Safo era Dolores, la que se satisfacía sexualmente junto con Inés. Y reconoce su calidad de lesbiana, pero que también le atraen los hombres, si bien experimenta todo su placer con mujeres. Inés se siente reconfortada porque nunca pudo disfrutar como mujer con su marido pero sí lo hizo con Dolores, fue la que le abrió todo un mundo de sensaciones.
Ninguna de las cinco llegó a ese internado por buenas razones: Elena lo hizo cuando murió su madre y quedó a cargo de su papá; Dolores cuando fue abusada por su padrastro a los 8 años y se le ocurrió delatarlo ante su madre, quien le creyó a él y a ella la internó, Luisa cuando su madre se descuidó en tomar la pastilla, quedó embarazada y la entregó como un objeto más. Todas vienen falladas de fábrica, es por eso que cometen los actos que cometen; pero cuando eran chicas no eran responsables de esos actos, ahora sí, y la responsabilidad tiene un peso y una culpa. Al final Dolores confiesa que la que se está acostando con Gabriel es ella, pero no lo hace por sacarle el marido a su amiga -siempre se sintió repugnada por la violencia del órgano sexual masculino- sino para estar más cerca de ella porque era el objeto de su amor. La amaba con toda su pasión. Y se acusa también de haberle robado el diario a Inés. Se reprocha de haber amado siempre a seres lamentables. Y tuvo que encontrarse durante esos 25 años con Inés a escondidas para cuidarla porque sabe que es frágil, y para lavar su culpa. Nadie hizo lo que en realidad quería hacer.
Elena, terriblemente enojada con Dolores por haber sacudido su paz de hogar la echa y le pide que desaparezca de sus vidas para siempre. Entre llantos y gritos de un amor desgarrado Dolores recoge sus cosas y se va. Las cuatro que quedan se convierten entonces en las viejitas que serán dentro de otros 25 años, cuando se vuelvan a reunir y visualizan su futuro. A Dolores ya la habrán perdonado y Ana desgrana la sentencia más sensata. Que no se habían dado cuenta que todavía eran jóvenes, atractivas, inteligentes y que tenían la vida por delante y todo por hacer, y que no tenían por qué quejarse de un pasado desastroso y aceptar el presente con toda la energía puesta en eso. Gran lección que ahora, 25 años después de esa actuación vemos cómo la vida les ha pasado por encima. Susana Campos, actuando casi ciega, se cayó en un hueco al costado del escenario y murió al poco tiempo. Graciela Duffau y Nora Cárpena acaban de perder a sus maridos mientras que Thelma BIral no sólo eso sino que tuvo una rotura de cadera muy fea. La única que sigue dando batalla es Moria. Todos los personajes son protagónicos y todos tienen sus momentos de lucimiento, es un gran regalo para una actriz encarar un papel en "Brujas". Se trató de revivir con otros elencos y en otros momentos pero no volvió a tener su instante de gloria como en esa década de los ochenta y noventa.
Finalmente, las brujas que quedan deciden darle el título y la medalla del egreso a Inés, las que no pudo obtener en ese momento y lo cual supuso una enorme frustración. Con la emotiva ceremonia terminan las cuatro que quedan cantando la canción de despedida de egresada.
Las cinco se unen para un aplauso final de pie, recontra merecido ya que pusieron todo lo mejor de sí, grandes comediantes y grandes personas las cinco (hasta Moria, que en su momento no se sabía cómo iba a calzar con esas actrices de prestigio).
"Brujas" marcó un antes y un después para la comedia vernácula y enseñó a muchas generaciones de dramaturgos por venir cómo debía construirse una excelente pieza reidera. Ahora la pueden disfrutar todos, aunque la calidad no es de lo mejor, pero queda el registro para el recuerdo. Sigan las instrucciones de aquí arriba.
Y gracias por leerme nuevamente hasta aquí.
El Conde de Teberito (un crítico independiente).

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