lunes, 31 de octubre de 2022

Mi crítica de "Delia" (Teatro)

https://www.teatrix.com/obras/delia/353/videos/obra


 Gracias a Teatrix pude ver esta estupenda obra escrita y dirigida por Sebastián Suñé. Como digo, la pieza me gustó muchísimo, y como todas las grandes obras, guardan en el fondo una simple historia de amor. Es la atracción que surge entre la Delia del título (exquisita Leticia Siciliani) y Mauricio (Julián Infantino) su compañero de oficina y aprendiz a su cargo. Los avances de la obra me prometían que "no iba a poder parar de reír", pero por suerte ese vaticinio no se cumplió, trocando la carcajada por un humor latente, un convite permanente a la reflexión y a la introspección, aunque debo destacar que el humor más neto se presenta allí donde impera la tragedia (la muerte de la hermana embarazada), parece ser que Suñé maneja mejor el denominado humor "negro". La obra es un prodigio de interpretaciones, donde los cuatro actores -salvo Delia- interpretan dos personajes totalmente diversos y diferentes entre sí, llevándose las palmas Karina Hernández, la compañera de oficina y la hermana lesbiana, de gran construcción actoral. No menos atractiva es Luciana Lifschitz, como otra compañera y otra hermana y por último y no menos importante Andrés Passeri, la madre y un "metalero" filosófico. La ronda de interpretaciones es verdaderamente jugosa y demuestra una hábil dirección de la mano de Suñé, gran conocedor de los matices del teatro y de los vertiginosos cambios de roles de una escena a la otra, sucedidas sin solución de continuidad. Lo que también suena atractivo es el cambio de dispositivos escenográficos por parte de los actores, como si de un grupo de teatro independiente se tratase (debo mencionar que la obra estuvo exhibiéndose en el Teatro Metropólitan).

Delia es una chica común, nada atractiva, que lleva una vida gris y que nunca ha tenido un pretendiente, con un padre que murió muy prematuramente y una madre absorbente y tres hermanas, siendo ella la cuarta en discordia, la apagada, la pobrecita, la que nunca pasará de ser una aburrida oficinista. Hasta que decide pegar el salto, que estaba allí donde menos se busca, dentro de uno mismo, lugar donde suelen estar las cosas más anheladas y más inesperadas. Todo es cuestión de animarse a dar el paso, parece decirnos la obra. Más allá de los cuatro psicólogos que traten a Delia, que terminan siendo igual de ineficaces y ridículos. Más allá de esas dos compañeras de oficina que la juegan de celestinas y se muerden los talones entre ellas. Delia ha encontrado a su príncipe azul en ese desgarbado muchacho llamado Mauricio que ha quedado bajo su tutela en la oficina, un hombre que está tramitando su divorcio y que parece igual de ineficaz como ella para las cuestiones del amor. Hasta que deciden animarse, y él le pide una oportunidad. Las oportunidades no se piden, se toman, le dice ella. Y él decide cruzar el abismo de la salida conveniente y la besa en el mismísimo entierro de su hermana. "La familia es el mejor espacio donde acomodar los cuerpos", le escuchó decir Delia una vez a una actriz de teatro, y desde entonces se le hizo carne esta definición. Pasó por la muerte de su padre llorando a moco tendido sin saber muy bien qué venía a decir esa frase, tiene que soportar a una madre que no le da tregua y a sus hermanas disfuncionales sin llegar a comprenderla. Hasta que sucede la revelación, y con el beso mágico todo adquiere valor de resonancia en su cabeza.
La obra invita al deleite, y no sólo porque detrás de esos anteojos de marco rojo se oculte una personita sensible y hermosa, sino porque es la historia de una antiheroína la que se nos narra. O de dos antihéroes, mejor dicho. Los perdedores siempre han funcionado bien en los terrenos de la ficción, y ésta no es la excepción. Decir que Leticia Siciliani es una gran actriz (¿será parienta de Griselda?) es una verdad de Perogrullo, pero la gran sorpresa está en sus compañeras de elenco, un lujo por donde se lo mire. Y una verdadera revelación de esas actrices y actores desconocidos de la escena independiente que siempre nos deparan felicidades.
Acá les dejo la obra para que puedan disfrutarla.
Y gracias por seguir leyéndome. Espero sus comentarios.
El Conde de Teberito (un crítico independiente).

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