sábado, 15 de octubre de 2016

Mi crítica de "Nativo" (Teatro)


Teatrix estrenó ahora "Nativo" una obra que no me atraía mucho, donde el baile y la música indígena y folklórica iban contando desde los albores de nuestra raza hasta la integración de los nativos con los criollos. Como propuesta no era lo suficientemente atractiva para mí... y no me equivoqué...
Aunque la letra y la música sean de Eladia Blázquez, esté por allí Valeria Ambrosio y la idea, el libro y la dirección general sean de Diego Romay sentía que algo me faltaba. Y lo que falta es la historia. Hay algunos rastros de libreto por ahí, pero es muy pobre y no alcanzan a satisfacer una propuesta teatral. Todo empieza con cantos indígenas interpretados por Suna Rocha (que juega a imitarle la voz a Mercedes Sosa) y que las ofrendas a la Pachamama y más cantos indios vayan de la mano de Tukuta Gordillo no le da el relieve de "superproducción" a esta puesta con 30 artistas en escena. El baile que ejecutan los indios está muy bien, pero les desconfío a estos indígenas demasiado blancos (me parece que son truchos) y no del color cobre de la tierra que los vio nacer... Luego llegan los conquistadores con cabezas de caballos que me parece una buena idea sino hubiera visto antes la puesta de "Equus" que hizo Carlos Sorín (mucho mejor logrados estaban los caballos). Suna Rocha se pone en su rol de coplera para informarnos que los indígenas son diezmados por gente muuuuuuy mala, y que queda sólo uno vivo, como para mantener el fuego prendido. (Ya sabemos que acá todos los enemigos de los indios será gente muuuuuuy mala). Pero por suerte hay una criolla que se enamora del indio (no sabemos sus nombres) y bailan una zamba. Después (como en las peñas) se viene la chacarera y el malambo y aparece un capitán del ejército. Parece que a los ideólogos de esta propuesta el malambo les lleva a pensar en el grupo "Malevo", ya que hay mucho malambo a diestra y siniestra... pero no se engañen que estos no son los "Malevo". Después se viene música del altiplano con Tukuta Gordillo y su sikus... y la queja indiana, que si de por sí es triste, acá la hace mucho más plañidera... todo un regocijo, vea doña... Por suerte que por ahí aparece la zamba "La tempranera" para ilustrar la relación del indio con la criolla, con quien se ama con gran variedad de desplazamientos... y en todas las posiciones.
Sigue una escena bastante más movida, con la percusión al rojo vivo, al igual que esas armas que están preparando en la fragua, se viene la lucha... ¿con quién? ¿con los de afuera, con los de adentro? Mmmm... veremos veremos después lo sabremos. Hay un nuevo malambo mientras el indio se pelea con todos los malos, que acá son militares, criollos y gauchos. Se le ofrece un arma para defender a la Patria, pero él se la devuelve al Capitán con el mismo énfasis que le fue arrojada. Como consecuencia de esto el indio es estaqueado. Entonces sueña. Sueña con conquistadores y caballos, sueña con su amada quien es violentamente arrancada de sus brazos y violada por el Capitán (no se priva de nada, ya que soñamos, soñamos con todo...). Suna Rocha interpreta la "Zamba de la Luna Llena" cortando el ritmo del relato (un relato que de por sí no tiene el suficiente ritmo). Luego de esto lo enrolan en el ejército al "nativo", quien se pone su chaqueta militar encima de sus deshilachadas ropas telúricas. Las criollas despiden a los soldados bailando una zamba agitando pañuelos. Y aquí nos enteramos que la lucha era... contra los indios (¿la campaña del desierto?, nada está claro aquí), y cuando le toca sacrificar a uno de los suyos sufre un remordimiento y ahí, justo... ¡zas, suena un disparo y lo matan! Justo cuando se deshacía del traje militar es finado. Llega entonces la coplera y luego el llanto indiano (Suna y Tukuta de nuevo). Cuando lo llevan (¿a dónde?) lo hacen en la posición de Cristo crucificado, en andas. Para cerrar con esto los indígenas y las criollas bailan un carnavalito como para reconciliarse y que todo quede en paz, ¿vio? Finalmente los percusionistas de la orquesta nos tocan... ¡otro malambo! (se lo creyeron enserio lo de "Malevo"). Y así termina este precioso cuento de como los nativos (que eran todos muuuuuy buenos) se enfrentaron con gente muuuuuy mala, ¡¡¡para que aprendamos, caracho!!!
En definitiva, una propuesta que de tan lavada resulta desteñida, con folklore acorde (todavía estamos esperando que se estrene la película "Folklore", de Saura, filmada en nuestro país con artistas nuestros) e indigenismo de ocasión. Qué quieren que les diga, me revientan las antípodas blanco/negro, donde unos son muy buenos y los otros son muy malos, prefiero toda la gama de grises...
Y gracias por leerme hasta acá. El que quiera verla tiene que sólo pulsar el click en "Ver obra" y ahí tendrá para confirmar o discutir todo lo que yo le digo.
El Conde de Teberito (un crítico independiente).

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