martes, 3 de julio de 2018

Mi crítica de "Doble o Nada" (Teatro)

Estoy muy salidor al teatro, pero no se aflijan, que ahora que viene el frío bravo se me va a acabar. El domingo pasado fuimos a ver la gran obra de Sabina Berman "Doble o nada", que yo ya había visto por la dupla Osmar Núñez-Viviana Saccone con el nombre de "Testosterona". Acá los protagonistas son Miguel Ángel Solá y su esposa, la jovencísima Paula Cancio. No voy a entrar en comparaciones entre los dos elencos porque ambos fueron inmejorables y no podría hablar de uno en desdén del otro, así que asunto zanjado... Ver a Solá en escena es una actividad sumamente agradable, sana, imprescindible, contrafóbica, distensora y sobre todo, completamente liberadora y adictiva. Porque ver trabajar a Solá en su ámbito, que es el teatro, produce sensaciones que no se dan en cualquier actor. El trabajo de él es diáfano, soberbio, amplificador, y sobre todo se lo ve tan natural, parece que hiciera todo de taquito, aunque hay un gran esfuerzo detrás de todo ésto. Paula Cancio es una gran actriz -ha sabido encontrar en ella la pareja perfecta- y lo acompaña muy bien, también con soltura, gracia, espontaneidad. Y la dirección de Quique Quintanilla (aunque no le conozco otros trabajos) es un lujo que sólo ellos se pueden dar.
El tema de la obra es conocido para quienes frecuenten mis páginas porque ya lo había revelado en la otra obra. Pero tratemos de sintetizar. El director de un prestigioso diario, Ricardo, tiene a su mano derecha en la redacción a Micky (Micaela), una joven treinteañera muy eficiente. La historia comienza en la noche anterior al aniversario de casado de aquél, a quien su esposa espera en su casa. Pero el mal tiempo quiere que éste se quede a pasar la noche en el diario. Junto a él esta Micky, a quien le declara que tiene un cáncer posiblemente incurable y que debe dejar el mando del diario en otras manos. Y ha pensado en ella. Pero también aspira al puesto un arribista llamado Beteta. Ambos poseen curriculas impecables e ideas muy innovadoras en lo que se refiere al nuevo rumbo a tomar en el diario. La propuesta es simple. Micky obtendrá el doble de su sueldo o nada (de ahí el título), porque si no es ascendida a jefa se queda sin trabajo. Ella admira a su jefe y mentor desde siempre, desde los tiempos de la facultad, en que lo oía hablar absorta, e hizo todo lo posible para llegar a él. Y éste le ofreció trabajo enseguida en su diario. Ella hubiese dado lo que fuera por tener un amorío o un amor con él, pero parecía la gran figura inalcanzable. Ahora está viviendo una etapa lésbica con su amiga símil de Juliette Binoche veinte años más joven. Pero igual acepta el desafío de convertirse en la mandamás de ese gran periódico. Y en la esperanza de llegar al gran amorío con su jefe... Ella considera a Beteta como un enano fascista fascinado por el poder y que es capaz de cualquier cosa con tal de obtenerlo, como de colocar micrófonos en todas las áreas de la redacción para descubrir cual era el soplón del diario. Pero acá llegamos al centro de la trama. El poder parece una cosa reservada a los hombres, y ella no se siente en desventaja sino que se ve excitada por lograr alcanzarlo. Ricardo le recomienda que se frote testosterona en crema así logra obtener "dos bolas" igual que cualquier hombre. Ricardo la invita a un whisky, más tarde abre una botella de champagne, y al mojarla con él trata de secarla rozando sus partes femeninas. Hasta acá todo normal. Sólo que cuando ella se va a ir a su casa, retrocede para pasar la noche allí y acostarse con su jefe.
Hasta acá el primer acto y donde parecen no surgir grandes dificultades. Pero a la mañana siguiente él ha salido, mientras ella se queda ordenando el despacho. Vuelve cargado de noticias. Ha visto a su médico, y a Beteta. En resumen, lo que le dice el médico es que tiene sus resultados y que puede salvarse o... morir. Ricardo le cuenta de su re descubrimiento de la pasión junto a la joven y hermosa Micky y el médico le recomienda que todo lo que pueda hacerlo rejuvenecer es bueno para sus defensas. Él llega pletórico de amor a proponerle casamiento a Micky y dejar atrás a su esposa e hijos. Pero también le trae otra noticia. Que ya ha nombrado a Beteta como su sucesor en el diario, y es justo, no puede la esposa del ex director ser jefa porque se sospecharía que hubo acomodo, sería inmoral y además hay un detalle... las fotografías que Beteta les sacó con cámara oculta (muy bien dispuestas por Ricardo) teniendo sexo la noche anterior. Son 36 fotografías que hará públicas si se consigna a Micky como nueva jefa, implicándola en su ascenso. Ella monta en cólera y le dice que apoya a Beteta porque es hombre, que ella se merece la dirección del diario y que no le importa publicar las fotos si con eso puede involucrar a el bajo (en ambos sentidos) de Beteta, que lo que hizo Ricardo la noche anterior fue emborracharla y seducirla para una posterior violación, con su complicidad para obtener las fotos. Que las penas por violación son altas y que hubo abuso de género. Como ven, la obra es muy actual. Pide que lo denuncie a Beteta y que la nombre a ella ya mismo directora del periódico -ante la posibilidad de quedarse sin trabajo- y que todas sus propuestas de casamiento y sus juramentos de amor ya no le interesan: ya había conseguido lo que se proponía, acostarse con él. El deseo desapareció. El enfrentamiento entre ambos es álgido y alcanza momentos de fuerte tensión y desconcierto. Finalmente, el nombramiento de Beteta ya está redactado, ella lo corrige cambiándolo por su nombre y subiéndolo a las redes. Ricardo promete ayudarla en todo lo posible y finalmente se va, derrotado. Cuando ella llama a su asistente para notificarle la buena nueva, ésta le contesta que eso se conocía desde la tarde anterior. Fin de la obra.
Como ven, las vueltas de tuerca son muchas, así como las manipulaciones de ambos lados, pero sobre todo las de Micky por alcanzar un puesto que estaría reservado sólo para los que tuvieran testosterona en su organismo. El poder de la mujer avanza y se encarama (redundantemente) a nuevos sitios de poder. Ahora, en un ámbito más nacional, con la futura ley del aborto y la de igualdad de sueldos para ambos géneros se está achicando esta diferencia a pasos agigantados. Pero lo que plantea la obra es eso justamente, las mujeres son más astutas que los hombres y no siempre llevan las de perder en las empresas difíciles. Tan sólo un poco de autodefensa y saber poner los pies en la tierra. A ella no le importaba que se divulgaran las fotos obscenas, sino que se hiciera justicia y reclamar por lo que para ella le estaba reservado (que por otra parte estaba todo preparado para que fuera así, aunque ella no lo supiese).
Solá trabaja con todo el cuerpo, es un ejemplo de dominio físico y de relajación total, es un placer verlo en escena, no por nada ganó el ACE a mejor actor el año pasado por esta obra. Todos lo recordamos en su brillante composición para "El Diario de Adán y Eva" (mi versión favorita) con Blanca Oteyza primero y con la Cancio después. Los más memoriosos no lo olvidarán en su actuación en "Equus", y de su paso por el cine nacional hay buenos ejemplos, la última de ellas la soberbia interpretación que hizo de un anciano en "El Último Traje". Es un lujo tener actores como este, sin desmerecer en nada el trabajo de Paula Cancio que también se luce. Fue una noche de teatro mágica, de esas que pasan a la historia. La recomiendo totalmente y apúrense porque no sé cuánto tiempo más estará en cartel.
Y gracias por leerme nuevamente hasta acá.
El Conde de Teberito (un crítico independiente).

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