domingo, 24 de febrero de 2019

Mi crítica de "Simplemente Eladia" (Teatro Musical)


Debió haber estado en un muy buen día Ana María Cores cuando se le ocurrió dirigir a Susan Ferrer en este unipersonal más cantado que hablado, de homenaje a la gran Eladia Blázquez. Por su bella voz, por la magia que irradia y por la emoción que pone en cada canción, igual lo debe haber entendido Teatrix para editarlo y hacer de este su último estreno de este caluroso febrero. Susan Ferrer se adueña de la escena con su impostura y le otorga a cada tema de la Blázquez su propia impronta, no trata de imitarla sino de evocarla según sus propias cadencias, ritmos, su propio estilo. Ferrer se inició en la comedia musical de la mano de Pepito Cibrián, fue una histórica de aquel "Aquí no podemos hacerlo", y se le nota su paso por las tablas, ya crecida y asentada como intérprete. Entre canción y canción hablará recordando el universo de Eladia o haciéndonos escuchar su propia voz, que se presenta en dos ocasiones, una de ellas para decirnos precisamente que nunca pudo escribir en los lugares denominados "bellos", una plaza, la playa, sino en sitios más alborotados. Susan está muy bien acompañada, con un dúo de piano y arreglos musicales (Diego Mano) y un bandoneón (Rodrigo Mercado), ellos son los encargados de acompañar con sus sonidos la bella voz de la cantante.
"Siempre se Vuelve a Buenos Aires" abre el programa, interpretado por maestría y voz tanguera de la Ferrer, para seguir con "Así Nació" y el primer tango escrito por Eladia "Sueños de Barrilete". Y explica que dentro de un mundo de hombres dedicados al tango, imponerse no le fue nada fácil para Eladia Blázquez, pero al fin lo consiguió, pasando a llamarse "la Discepolo con faldas". Toda la temática de Eladia gira en torno del amor, del dolor, el cariño por Buenos Aires o la nostalgia, pasando a revitalizar al tango, lleno de telarañas hasta su aparición y de amargura, ella abandona el devenir "bostálgico" para enunciar himnos del tamaño de "Honrar la Vida", que enaltecen la calidad y la cualidad humana. Eladia simplemente no se dejó abatir por la adversidad y puso en cada uno de sus tangos una cuota de optimismo que cerraban toda una historia tanguera dedicada al recuerdo rencoroso del pasado.
Susan explica que de aquí en más los puntos cardinales dejaron de ser cuatro, si bien los tres primeros permanecían, el Sur se dividió en tres: el Sur de Homero Manzi, el Sur de Borges y el Sur de Eladia. Y pasa a cantar "El Corazón mirando al Sur", otro gran himno de nuestra porteñidad.. Y explica que ella pensaba que en estos tiempos el tango estaba hecho más para durar que para vender. Y ahí nomás se despacha con "Cómo Somos", sigue con "Milonga de mi Ciudad", una milonga movida y alegre en la que prioriza al tango y a la milonga como ritmos urbanos, para seguir con "Como una máquina fiel".
Eladia se destacó entre las cantantes debido a su capacidad de pianista, guitarrista, compositora, intérprete y cantante, siendo una de las pocas (por no decir la única) mujeres que ejecutó tantos roles. Susan Ferrer explica que dicen las bailarinas que el tango es la única música que se baila más allá del cerebro y del corazón, que cabe en lo que cada abrazo amolda perfectamente su cuerpo al de su pareja, y es un instante que dura aproximadamente tres minutos que son como entrar a las puertas del paraíso, como besar el Cielo. Y arranca con "Prohibido Prohibir". Sigue con "A pesar de Todo" y culmina el tríptico con esa gran ironía que es "Argentina Primer Mundo". Y como remate ofrece "Y me dan por la Cabeza".
Sigue hablando loas y recordando con cariño a Eladia para seguir con "A un Semejante", luego continuar con "Contra Viento y Marea" y llegar a "Convencernos". Viene el momento más esperado de la noche, aquel en que desgrana los acorde de "Honrar la Vida", esa obra majestuosa y revitalizante dentro del extenso repertorio de Eladia, y seguirá con otro monumento: "Con las Alas del Alma". Para recordar luego que Eladia murió el 31 de agosto del 2005 y que será eterna, siempre se la recordará, no importa que pasen las generaciones. Y luego de presentar a sus músicos concluye con "Renacer en Buenos Aires", cantado por la propia Blázquez, a quien ella emula en articular la canción, pero sin sonido, sólo se oye la voz de la gran, emblemática y querida Eladia Blázquez.
Así, luego de una hora y cuarto de concierto, Susan Ferrer lo da por terminado e invita a su directora a subir a escena, la cual comparte con sus dos músicos. Un entrañable homenaje, plagado de emoción, recuerdos y las incomparables letras y músicas de una verdadera renovadora de eso que da en llamarse "música popular": el tango. Recomendable para toda la familia.
Y gracias por leerme nuevamente hasta aquí.
El Conde de Teberito (un crítico independiente).



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