viernes, 27 de marzo de 2020

Mi crítica de "Comedia Sexual de una Noche de Verano" (Cine-Woody Allen-1982)

La que para muchos es considerada una película fallida de Woody Allen, es para mí una obra maestra de ingenio y una vuelta más al tema de la imaginación del prolífico Allen, a la que yo llamo "Apropiación Creativa de la Imagen", ya que por primera vez logra desprenderse de sus tópicos de siempre que no le permitían ir más allá y funcionaban como trabas -la ciudad de Manhattan, el temor a la naturaleza, la no creencia en el más allá- y se anima a filmar algo que le aterra: la naturaleza en todo su esplendor y recrearla con belleza y ya no como algo amenazante. Aquí comenzará una nueva etapa de su carrera, si bien no tiene esta película la profundidad de su obra anterior con la tetralogía "Annie Hall", "Interiores", "Manhattan" y "Recuerdos-Polvo de Estrellas", tampoco olvidemos que después de esta vendría inmediatamente "Zelig", esa obra maestra de argumento, humor y puesta en escena.
También acá hay un homenaje, dos en realidad: 1) a Bergman, con su "Sonrisas de una Noche de Verano", en todo aquello que se trate de infidelidades y de escenas bucólicas, claro que estos personajes son más divertidos que los de la pesadilla bergmaneana; el otro homenaje es 2) a Shakespeare, por supuesto, con su magia de los bosques, incluidos duendes y espíritus que aparecen aquí y allá.
Un tema aparte es la falta de creencia de Allen en espíritus o en algo superior: aquí queda demostrado que su personaje (¿él?) cree. Por eso decimos que entra en una nueva etapa de su carrera, por primera vez puede empezar a despegar persona de personaje y adscribirse a causas que no le incumben.
¿Por qué "comedia" y por qué "sexual"? Como comedia no funciona tan bien como otras anteriores, pero igualmente contiene varios gags -sobre todo visuales-, como por ejemplo, los producidos por sus inventos. Nos entra la duda de por qué "sexual". Si bien todos los personajes viven obsesionados por el sexo -Adriana con su frigidez, Dulcy con su obsesión, Maxwell como un Casanova compulsivo, Ariel con su fama de "comehombres", Andrew con sus frustraciones y Leopold con su apuro por casarse-, no obstante, llegarán a concretarse dos relaciones, la de Dulcy (Julie Hagerty) con Leopold (José Ferrer), una relación tan intensa que Leopold muere haciendo el amor, un momento de relación sexo-muerte en Woody Allen (recordemos que uno de sus textos emblemáticos era precisamente "Amor y Muerte"); la relación sexual que podrían haber tenido Andrew (Woody Allen) con Ariel (Mia Farrow) cuando se conocieron quedó trunca, y la que mantienen ahora no deja satisfecho a ninguno de los dos. La sexualidad que Andrew no puede encauzar con su esposa, la sublima en sus inventos, ya que pasa su tiempo libre inventando cosas, como la bicicleta voladora, el pelador de manzanas o la esfera que atrae los espíritus del bosque. Woody que siempre fue escéptico en cuanto al más allá subordina su creencia a favor de su relato para hacer su película.
Para P. Agustí: "En el norte del planeta el verano es distinto, es más largo el crepúsculo y la noche se parece mucho al amanecer. Tales noches norteñas son buena excusa para la juerga si el clima es agradable. Woody Allen, con la "Comedia Sexual de una Noche de Verano" trata de llegar al fondo de las relaciones en una de esas noches, mostrándonos sospechosamente la facilidad de la relación amorosa. Sus personajes, hombres y mujeres, son racionalistas, pertenecientes a profesiones como las finanzas, la medicina y la psiquiatría, y son indiferentes ante cualquier innovación moderna, como volar en bicicleta. Y aún así, todos se reúnen fuera de su ciudad para pasar un fin de semana. Se reúnen en una cabaña fuera de Nueva York, llegando en carros o autos primitivos, y en principio ninguno manifiesta que está triste a causa de su vida sexual.
Durante el curso del largo fin de semana, surgen muchos temas, pero uno de los más comunes es el fantasma de los celos en el varón. La mirada de estos tres hombres, cada uno emparejado con la maravillosa mujer de sus sueños, delata sus preocupaciones. Allen en sus ratos libres es inventor y tiene una esposa (Mary Steenburgen) que apoya sus experimentos. Ferrer, un viejo con algo de monstruoso tiene una hermosa mujer que se cuelga de su brazo (Farrow). Tony Roberts, un sátiro insaciable tiene una enfermera núbil (Hagerty) que jadea con el deseo.
¿Son estos tres hombres felices y saciados? No en este momento. Es la cosa más inevitable del mundo que  cada hombre se consuma de lujuria por poseer las mujeres de los demás. No es suficiente con tener un pájaro en la mano, hay quienes tienen también otro pájaro enjaulado. O, como dice David Merrik, quien observó una vez: "no es suficiente con triunfar. Mis enemigos, deben fracasar".
Desde esta simple e intrigante situación, Woody Allen hila una comedia de frustración e intriga sexual.
Con una banda de sonido agradable y similar a otras que hemos escuchado (aquí se trata en su totalidad de Félix Mendelssohn y su suite para "Sueño de una noche de verano"), la "Comedia Sexual..." utiliza la depresión domo llave y la une al desprecio y al sexo, aunque hay varios momentos en que Allen parece feliz dirigiendo la película. Yo no estoy muy seguro sobre qué tuvo en mente Woody cuando concibió este material, pero además de los ecos de Shakespeare, en la película hay sugerencias de John Cheever Wapshots y Jean Renoir, especialmente cuando ambos afirman que hay mucha gente bonita que hace cosas bonitas pero de poco provecho.
Para algunos, no es una película normal de Allen, pero es que ninguna lo es, ya que todas son agradablemente diferentes. No es una comedia impetuosa ni contiene realmente a Allen como actor principal, pero lo más probable es que él lo quiso de esta manera, ya que siempre ha manifestado que quiere hacer cosas nuevas, evitando así repetir las mismas cosas.
De cualquier manera, mi opinión personal es que la "Comedia Sexual..." no es diferente a ninguna de las otras películas y lo único que hace es llevarla por distintos terrenos que las antecesoras, aunque para muchos eso constituya ir a la deriva. Lo que sí parece no estar bien definido es su trabajo como director y a veces el espectador se pierde un poco en el argumento y no entiende a dónde quieren llevarlo. También puede confundir un poco el título del film. Es una película que habla de problemas de insatisfacción sexual y de adulterios, pero no deja ver ni un gramo de piel que pudiera dar satisfacción a quienes hayan entrado a verla de manera equivocada.
Y gracias por leerme nuevamente hasta aquí.
El Conde de Teberito (un crítico independiente).



1 comentario:

  1. Yo asistí anoche a la representación de esta obra en el teatro Isabel la Católica de Granada. La representación fue un desastre, el sonido no funcionó. Los diálogos femeninos no se oían, por lo cual no se podía disfrutar de la obra. Los Santos en general fueron muy mediocres. Si se trataba de haber reír, aquello parecía un funeral. Al final de la obra si mis quejas a los encargados de sonido

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