lunes, 23 de marzo de 2020

Mi crítica de "Sueños de Seductor" (Cine-Woody Allen-1972)

Allan Felix (Woody Allen), un cinéfilo empedernido, es abandonado por su mujer y encuentra consuelo en sus dos mejores amigos, el matrimonio Christie, Linda (Diane Keaton) y Dick (Tony Roberts). Estos le incitan a que busque una nueva compañera, pero a pesar de la ayuda del espectro de Humphrey Bogart (Tony Lacey), todos sus intentos fracasan estrepitosamente. Finalmente, se enamora de Linda, pero como ella todavía ama a su marido, Allan la abandona del mismo modo en que Bogart dejó a Ingrid Bergman al final de "Casablanca".
La película de Herbert Ross ("Momento de decisión", "La Chica del Adiós", "California Suite", "Footlose", "Flores de Acero") se basa en la obra de teatro que Woody Allen escribió en 1968, en un hotel de Chicago ("Play it again, Sam"), durante la temporada que actuó como cómico  en el club Mister Kelly's y que se estrenó -con un tremendo éxito- en el Broadhurst Theatre de New York, el 12 de febrero de 1969, con el propio Allen como actor principal junto a Diane Keaton y Tony Roberts, bajo la dirección de Joseph Hardy. En un principio, como ya había pasado con "Don't drink the water", Allen no quería actuar en la obra. Intentó conseguir a varios actores para ese papel, como Dick Benjamin, pero todos con los que habló ya estaban involucrados en otros proyectos y no lo pudieron hacer. Lo mismo le pasó con Dustin Hoffman, que en esos momentos estaba terminando de rodar "Perdidos en la Noche", de John Schlesinger (1968) y ya preparaba la película de Peter Yates "John y Mary" (1969), además de la obra de teatro Jimmy Shine. Así que una vez descartados todos los posibles candidatos, no tuvo otra opción que representarla él mismo, durante las 453 representaciones que estuvo en cartel.
La adaptación al cine también fue un proyecto ajeno. Sin ningún tipo de problemas le vendió los derechos cinematográficos a la Paramount por una bonita cifra y se desvinculó del proyecto. Pero fue el director Herbert Ross quien quiso volver a reunir al equipo artístico que había hecho funcionar la obra en Broadway. La versión de Ross aportó unas pequeñas pero significativas diferencias a la obra de teatro. "Play it again, Sam" comenzaba con Allan Felix viendo "El Halcón Maltés" en la televisión y acababa con Allan hablando de "La Reina Africana", lo que suponía un homenaje al mito de Bogart, más que a una sola película como "Casablanca" (principio y fin de "Sueños de Seductor"). Esto sugiere que mientras que Woody Allen homenajeaba al actor Humphrey Bogart, Herbert Ross dirigía su admiración hacia Michael Curtiz y su película "Casablanca" (1943). Incluso la escena final en el aeropuerto no existía en la obra de teatro. Si en "Sueños de Seductor", tras lograr vencer su adicción al espectro de Bogart, Allan Felix acaba solo, caminando entre la niebla, en la pieza teatral conoce a una chica linda e inteligente muy aficionada al cine. Lo que en la versión cinematográfica se intuye que pueda pasar, en la teatral se plasma claramente.
Otro cambio importante entre ambas versiones fue la ciudad donde se desarrollaba la acción, de Manhattan, se pasó a San Francisco. En principio los motivos fueron meramente técnicos: el personal de la Paramount en Nueva York estaba en huelga  y no se podía rodar allí. Herbert Ross eligió San Francisco por ser una ciudad mucho más romántica que Los Ángeles, que era la otra opción.
El estilo cinematográfico de Herbert Ross, un hombre de 45 años cuando se rodó la película, con una técnica ya formada, contrasta abiertamente con los inicios de Woody Allen, quien todavía estaba buscando su camino. Esto le dio un ritmo y una vitalidad muy diferente a la que el propio Allen le hubiera dado de haberla dirigido él mismo.
La cámara de Ross es bastante conservadora para el espíritu que necesitaba la película, ya que desarrolla en ésta diferentes escenas oníricas o imaginadas, no obstante utiliza en algunas tomas objetivos deformantes para el rostro de Woody o una cámara subjetiva o en contrapicado (de abajo hacia arriba según la línea de los ojos) en escenas en el aeropuerto entre Allen y Keaton. El vestuario parece un anticipo de lo que sería "Annie Hall", el cual marcaría toda una moda de los años 70, aunque aquí parezca un poco forzado. Y aquí tenemos también el triángulo actoral de ese film. Woody,, Diane y Tony Roberts, por lo que se puede identificar "Sueños de Seductor" como un anticipo de la gran película que sería "Annie Hall" cinco años más tarde.
En cuanto al guión, del mismo Allen, podemos decir que estamos frente a un prodigioso arsenal de frases cortas pero hilarantes, profundas observaciones sobre la incapacidad de la obra original, lo cual no impide que se respire un aire de libertad mayor que en la claustrofóbica obra de Allen. La actuación de los dos protagonistas es excepcional, lo cual convierte a Allen en un gran intérprete de sus propias obras, y revelando a la Keaton como una comediante nata, además de una actriz dramática de fuste -alternaba la filmación de esta película con la de "El Padrino", de Coppola en donde funcionaba en un rol dramático- Tony Roberts repetiría, más tarde su papel en todas las películas de las cuales participara, aunque no podemos decir que se trate de un mal actor.
Estamos aquí frente al primer gran hito de Woody Allen, aunque si bien ya había presentado "Toma el dinero y corre", "Bananas" y "Todo lo que usted siempre quiso saber sobre el sexo* pero no se atrevía a preguntar", éste es el primer trabajo en el cual se lo puede identificar como personaje/persona. En los antedichos films, el enclenque personaje ya estaba delineado pues se trataba de imágenes del perdedor, pero eran personajes atípicos -un presidiario, un revolucionario, un bufón, un espermatozoide-, y aquí se constituye como una persona normal y corriente, con un trabajo definido -es crítico de cine-, en el cual el espectador puede verse reflejado. Al mismo tiempo estaba construyendo un personaje que lo acompañaría a lo largo de toda su carrera, a punto tal que ya el público no podría separar al hombre, de la creación y a unir el "schlemiel" de Allen con su verdadera personalidad, involuntaria y erróneamente. Además el nombre de Allen para el personaje coincidía con su propio nombre: Allan Stewart Konigsberg, que aquí se llamará Allan Félix.
En síntesis, que "Sueños de Seductor" es el hito que impulsaría la carrera de Allen posteriormente, y un buen vehículo para acceder a su agudo y pulido sentido del humor.
Y gracias por leerme nuevamente hasta aquí.
El Conde de Teberito (un crítico independiente).

No hay comentarios:

Publicar un comentario