domingo, 4 de agosto de 2019

Mi crítica de "Para Atrapar al Ladrón" (Cine-Alfred Hitchcock-1955)

Después de "La Ventana Indiscreta" completamente filmada en estudios, Hitchcock sintió la necesidad de respirar. Esta obra de "puro cine" -según la expresión del director- había sido técnicamente difícil de dirigir. Por eso recibió con grato gusto la propuesta que le hizo la Paramount para adaptar una novela que tenía por escenario la French Riviera. La obra de David Dodge, publicada seis años antes, contaba la historia de un hombre injustamente acusado de ladrón. Había confusiones, humor y toda una serie de otros temas familiares al cineasta. Y después, la idea de pasar algunas semanas en la Costa Azul, era en sí misma atractiva.
De pronto, el reparto se le impuso a Hitchcock: Cary Grant tendría el papel de John Robie, "el Gato", ex ladrón retirado en la Costa Azul. Ya había filmado con él dos veces, en "La Sospecha" y "Notorius". El actor estaba entonces en un compás de espera. Pensaba incluso en abandonar el cine. Pero ante el entusiasmo de Hitchcock, cambió de estado de ánimo y dio enseguida su acuerdo. Para Frances, la joven heredera norteamericana que caía bajo el encanto de un aventurero, no lo pensó siquiera, sería Grace Kelly, la heroína de "La Ventana Indiscreta". Grace también estuvo contenta por la propuesta de filmar en Francia. Pero, contrariamente a lo que dice la leyenda, no es durante esa filmación cuando Grace encuentra al Príncipe Rainiero, su futuro esposo. El acontecimiento organizado por un periodista del "París-Match" tendrá lugar al año siguiente, en 1955, en el Festival de Cannes. Grace se contentará esta vez con visitar el puerto del principado, jugar en el casino y admirar los jardines del príncipe pronunciando esta frase profética: "Será necesario que vuelva a verlos".
Al igual que para "La Ventana Indiscreta", Hitchcock confió la adaptación de la novela a John Michael Hayes. Era también la ocasión de darle un gusto a su colaborador: "Cuando Hitchcock se enteró que nunca había ido al sur de Francia -explicó Hayes- se las ingenió para que mi mujer me acompañara, con los gastos pagados por el estudio, con el fin de hacer allí las marcaciones". Estas fueron muy lentas. El director había decidido filmar en Tecnicholor y utilizar el nuevo procedimiento de VitaVisión. Puso un cuidado especial en las numerosas escenas nocturnas. Pero, en su deseo de innovar, chocó contra una serie de dificultades. "Intenté quitarme de encima el azul del Tecnicholor sobre el cielo en las escenas de noche -contó-. Detesto el cielo azul de ultramar. Entonces usé un filtro verde, pero no era en absoluto correcto para obtener un azul oscuro, azul pizarra, azul gris como una noche real".
Hitchcock otorgó gran importancia a los exteriores. No escatimó en los medios de producción -cosa rara en esa época- adquirió un helicóptero y las visiones panorámicas son numerosas.De hecho, sólo la cuarta parte de la película fue filmada en Francia. Para los demás planos, Hitchcock usó "transparencias" en abundancia. A pesar de esto, como lo destaca Claude Chabrol, "reina en este film un tono documental casi neorrealista que constituye su novedad".
Pero además siguió de cerca el trabajo de escritura. "Se interesó cada día en el guión -contó Hayes- que no había sido realmente el caso de "La Ventana Indiscreta". Él, que había considerado los diálogos un freno para la acción, puso en ello una atención muy particular. Hay que decir que el encanto del film reposa, en buena parte, en situaciones ambiguas donde cada palabra está llena de connotaciones a veces muy atrevidas. Como en general, las joyas sirven de vector para la seducción, por ejemplo , la escena en la que Frances invita a Robie a asistir a su habitación para ver los fuegos artificiales. Hitchcock nos ofrece entonces una brillante serie de deslizamientos de sentido. Grace Kelly, que en "La Ventana Indiscreta" se ocupó de encender todas las ludes de la habitación donde se encontraba James Stewart, aquí lanza de entrada a su nueva pareja:
"-Veremos mejor si apago la luz. El espectáculo va a ser fascinante... por supuesto hablo de los fuegos artificiales.
"-No lo dudaba.
"-Entonces, deje de mirar mis joyas. Incluso en los pensamientos puedo seguir su mirada.
"(Primer plano sobre el collar y los senos de la actriz).
"-Tóquelos, no podrá resistírseles mucho más tiempo.
"-Usted sabe que ese collar es sólo una imitación.
"-Y bien, no es asunto mío".
Mientras que la pareja se abraza en el canapé, estalla en el cielo de Provenza, un castillo de fuegos artificiales muy sugerente. Hitchcock afirmará más tarde haber tenido problemas con la censura por esa secuencia, le pidieron que atenuara un poco el efecto.
Si bien la heroína se lanza frente al héroe, ella no tiene nada de vampiresa. Al contrario: "Quise que Grace Kelly apareciera particularmente fría, medida -explica el director-. Acentué el clacisismo de su belleza filmándola a menudo de perfil. Pero cuando Cary Grant la acompaña a su hotel, ¿qué hace ella? Lo besa con todo en la boca". En su vida Grace Kelly era también muy natural. Cary Grant destacará muchas veces el humor y la naturaleza directa de su pareja: "Cuando ella se decidía a hablar -dice-, lo hacía sin vueltas". El actor y el director fueron también con sus mujeres. La estadía en Francia se pasará en una atmósfera totalmente cordial, familiar, mundana... y acentuada por ricas comidas. Hitchcock se había esforzado por adelgazar cinco kilos antes de partir hacia la Costa Azul. "Quería disponer de cinco kilos para poder engordar comiendo bien aquí -afirmará Grace Kelly-. Cuando llegó para filmar tardó tres días para ir de París a Cannes: se detenía en los mejores restaurantes".
El cineasta hizo trabajar a su equipo compuesto por numerosos franceses. Brigitte Auber fue contratada por sus cualidades físicas: anteriormente había sido acróbata. Eso facilitó mucho su tarea en la escena final en el techo, donde Cary Grant le hace explicar que ella es "el Gato". Charles Vanel interpreta el papel de un patrón de restaurante, un ex cómplice de Robie que se hace pasar por arrepentido. El director lo había observado en "El Salario del Miedo". Pero esta aventura no dejó buenos recuerdos al actor. Las escenas de interior, filmadas en Hollywood, fueron particularmente penosas: "Fue la peor de mis experiencias -recuerda-. Como no hablaba inglés no tenía futuro. ¡No comprendo mayor martirio que decir palabras cuyo sentido no se comprende! Una profesora fue la encargada de enseñarme mis líneas. ¡Qué pesadilla!"
Los críticos del Hexágono también se interesaron mucho por lo que pasaba en la Costa Azul. Los jóvenes lobos de la Nueva Ola iban a salir del bosque. Entretanto militaban en la revista "Cahiers du Cinéma", donde un debate estaba abierto. ¿Hitchcock era o no un genio? Para formarse una opinión, el gran crítico André Bazin, el mayor de la banda, se dirigió al lugar de filmación. Encontró al cineasta en el momento que filmaba la escena del mercado de las flores, donde Cary Grant, sospechado de ser el autor de un resonante caso de robo de joyas en los hoteles de gran lujo en la Costa, enfrenta a los policías lanzaos en su persecución. El crítico no creía en lo que sus ojos veían. "Observe a HItchcock durante una buena hora: no debió intervenir dos veces -contó-. Comprimido en su sillón, parecía aburrirse, y Cary Grant debía explicar a sus compañeros las tomas de yudo que tenían que hacer en el transcurso de esta escena de trifulca".
La entrevista se desarrolló durante la toma, lo que disgustó mucho al crítico francés. "Hitchcock no echó más que dos vistazos sobre el visor -escribió en "Cahiers du Cinéma"- Cuando lo vi levantarse, creí que se trataba de solucionar, finalmente, un punto delicado de la puesta en escena. Un minuto después vino hacia mí diciéndome: 'El contrato del señor Cary Grant prevé la interrupción del trabajo a las seis. Mañana lo retomaremos'".
De hecho, si Hitchcock no ponía el ojo detrás de la cámara, era porque todos los planes habían sido escrupulosamente diseñados con anterioridad. Y si daba la impresión de una perfecta tranquilidad, era porque tenía el film íntegramente en la cabeza desde hacía meses. Ningún detalle se le escapaba. ¿Una camisa de Cary Grant parecía demasiado norteamericana? La hacía cambiar en el acto. Sylvette Baudrot, la guionista, dio testimonio de ello: "Sus indicaciones son lo suficientemente claras y el cameraman bastante fiel como para que no haya necesidad de preocuparse  por verificar". ¡"Para Atrapar al Ladrón" obtendrá incluso un Oscar  en Hollywood por la calidad de su fotografía, firmada por Robert Burks! La escena del baile de disfraces requerirá una semana completa de filmación en Hollywood. Hitchcock quería lograrla. Primero, porque asumía ante sus ojos un carácter un poco irónico, a diferencia del tono de la película; luego, porque quería hacer brillar  por completo la belleza de Grace Kelly ofreciéndole un vestido deslumbrante.
A su llegada, la película deja una gran impresión de ligereza. "No era una historia seria", reconocerá Hitchcock. En el transcurso de la filmación, lo escucharon echar pestes incluso contra "este thirller mal hecho". La crítica también será severa: no verá en "Para Atrapar al Ladrón" más que un divertimento anodino. Además, Hitchcock había pensado otro final para el film que hubiera hecho desaparecer su aspecto de "todo lo que empieza bien termina bien". "En esa otra versión -revelara Brigitte Auber- Frances vuelve a los Estados Unidos prometiéndole a Robie regresar. John Williams (que interpreta el papel de inspector de seguros) decía entonces: 'Es encantadora esta norteamericana'. Robie responde 'antes de su regreso, mucha agua habrá corrido bajo el puente' Luego, había una escena extraordinaria de pasión entre Cary y yo. Le contaba que había nacido en la cárcel y que mi madre era una ladrona". De hecho, Hitchcock no dudó mucho tiempo. "No se puede hacer creer en una pareja para que después se derrumbe en el final" -estimó como profesional-. Y tuvimos derecho al beso final entre Robie y Frances, con promesa de casamiento de los dos héroes.
Hoy, sesenta y cinco  años después de la filmación, valoramos la importancia de "Para Atrapar al Ladrón". Esa película romántica y policial dio origen a un género. Stanley Donen se inspiró en ella para "Charada" y "Arabesque". Por otra parte, detrás de su aspecto de vodevil y su aire de comedia un poco nostálgica, el film contiene las mayores obsesiones de un cineasta: una pareja que huye, un personaje obligado a cambiar su identidad , una moral ambigua y algunos otros pequeños detalles iconográficos como ese cigarrillo que acaba estrellándose contra un huevo frito. ¡Estamos ante el mejor Hitchcock! Además, "Para Atrapar al Ladrón" es rica en escenas de pura acción que recuerdan a "Intriga Internacional" o "Saboteadores". Hay en especial una persecución en auto, filmada desde un helicóptero, en el transcurso de la cual, Grace Kelly corrió grandes riesgos. "Cary Grant estaba muy molesto porque soy miope -explicará-. Debía conducir un potente auto deportivo y frenarlo en un matorral, justo al borde de la cornisa. Estaba muy ansioso... y yo también" "Fue bastante desconcertante -dijo por su parte Cary Grant-. Le pregunté adónde iba de esa manera y me respondió: '¿Cómo quieres que lo sepa, no tengo mis anteojos?" En esa época, se divirtieron con ese incidente. Pero en 1982, en una pequeña ruta que domina un barranco sobre el Mediterráneo y que se parece en todo detalle a la que la actriz había tomado  con tanta vivacidad, Grace Kelly, convertida en Princesa de Mónaco, encontrará la muerte. Su Rover caerá en el vacío. Si bien la realidad se acerca aquí a la ficción, no habrá esta vez happy end.
Y gracias por leerme nuevamente hasta aquí.
El Conde de Teberito (un crítico independiente).

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