jueves, 19 de enero de 2017

Mi crítica de "Hitchcock/Truffaut" (Cine)

Acabo de ver la singular película "Hitchcock/Truffaut", imprescindible para todos quienes amamos y veneramos al séptimo arte, y que arrasara con la cosecha de premios en varios festivales internacionales (todavía no estrenada comercialmente en Argentina). Todo parte de la idea que tuvo el cineasta francés Francois Truffaut de realizar un libro de entrevistas a Hitchcock, y se reunieron en Hollywoood con una intérprete, durante una semana para repasar toda la vasta filmografía de Alfred Hitchcock, el maestro del suspense. Nadie puede negar la gran influencia que ha ejercido el gordo Hitch sobre todos los cineastas que vinieron después, se lo considera un verdadero maestro del cine de autor. Pero no todo fue así siempre... Hasta que Truffaut no tuviera la idea de hacer el libro (que terminó en 1962 y presentó en 1966) se consideraba a Hitchcock un cineasta menor, hecho sólo para el divertimento y ocasionarnos un par de sobresaltos. Cuando le preguntaban sobre sus influencias a Truffaut él siempre lo mencionaba a Hitchcock, lo cual era tomado un poco en broma. Pero el francés estaba convencido de la buena madera del inglés para confeccionar sus films. Y es por eso que decidió reivindicarlo ante el mundo. En la película que nos ocupa hay declaraciones actuales de otros talentosos como Martin Scorsese, Wes Anderson, Richard Linklater, Peter Bogdanovich, Olivier Asayas, André Desplechin, Kiyoshi Kurosawa y Paul Shcrader hablando de lo indispensable que ha sido para sus carreras la figura del gran Maestro Inglés. El libro de Truffaut "El cine según Hitchcock" es una publicación de culto y muy protegida por cada cinéfilo, es un libro en el que entendemos al cine como arte pero más que ello como ecuación matemática, imaginación y sobre todo trabajo.
Hitchcock y Truffaut (más la mujer que ejerce de intérprete) están siempre sentados a una mesa redonda, con sus habanos en la boca, charlando muy animosamente, y hasta se pueden oír sus voces registradas en un magnetófono de la época. Allí el gordo sádico con las mujeres que le apasionaban e impotente (se cuenta que sólo tuvo una relación sexual con su esposa Alma Reville y de la que nació su hija Patricia), de lo cuál por supuesto no se habla en la película, desentraña el mecanismo de cada uno de sus films, deteniéndose por varios instantes en analizar "Vértigo" y "Psicosis". Se cuenta que aunque en muy pocas películas aparezca su esposa como responsable de alguno de los rubros, él siempre consultaba todo con ella antes de ponerlo en práctica, era su norte y su punto de referencia.
Hitchcock recorrió todos los aspectos del cine. Empezó como cartelista de films mudos y trabajando en la producción, hasta que le dijeron: "¿no se animaría a dirigir un film?", "nunca lo había pensado", contestó él. Y así fue que se lanzó a su primera película (muda), corría el año 1923 y debutó con "The Lodger" ("El Inquilino") donde ya estaba presente el sello Hitchcock: para hacer ver los pasos del inquilino de arriba ideo un piso de cristal para que pudieran trasparentarse. Lo cierto es que Hitch no volvería a hacer una película igual a otra, siempre cambiaba su punto de vista, ya fuera por las máquinas que utilizaba, por la construcción del espacio, el diseño escenográfico, la posición de las filmadoras al rodar o los giros inesperados de guión. Del cine mudo pasó al sonoro, aún en blanco y negro (todavía en su período inglés), donde obtuvo grandes éxitos como "Los 39 escalones", "La Dama desaparece", "El hombre de la isla de Mann", "Sabotaje" o "Corresponsal extranjero". Del sonoro pasó a Hollywood, bajo el manto de David Selznick, uno de los más grandes productores de todas las épocas (en la época en que la estrella era el productor, antes que el director o los actores), que hizo entre otras cosas "Lo que el Viento se llevó", y acá había tentado a Hitchcock para dirigir "Titanic", proyecto que nunca se llevó a cabo por el costo y las dificultades de rodaje (esto no lo cuenta en la película) y en cambio le ofreció igualmente una obra de alto presupuesto: "Rebecca", que fue la entrada de Hitch a Norteamérica. Después vendrían otros grandes éxitos en blanco y negro como "Mi pasado me condena", "Extraños en un tren", "Saboteadores" o "El Hombre equivocado". Luego aparecería el color y en sus obras más refinadas encontramos "La Llamada fatal", "La Ventana indiscreta", "El hombre que sabía demasiado", "Cortina rasgada", "Los Pájaros", "Intriga Internacional" o "Marnie", por citar sólo algunas, descontando esa obra maestra que figura entre las 10 mejores del cine que fue "Vértigo". Cada uno de estos hitos permanecen indelebles en la memoria de cada cinéfilo.
Hichcock hablaba de un cine universal, él pretendía que reaccionaran igual ante una emoción o frente a una cuota de suspenso igual en Japón que en la India, y al parecer creemos que lo logró. Luego viene su diferenciación entre lo que es sorpresa y suspenso. La sorpresa es algo imprevisto, nos explica, mientras que el suspenso no necesita ser algo siniestro por excelencia. En la película "Vida Fácil" ("Easy Virtue") la chica le dice a su enamorado que le dará el sí luego de pensarlo, esa misma tarde. Lo que filma Hitch es la cara de la telefonista, intrigada en la declaración amorosa de la pareja, que pasa de serio desconcierto a una cara eufórica de alegría. Con un solo plano Hitchcock sabe resolver una situación de tensión. Para otras películas necesitará muchos más, como el caso del asesinato en la ducha de "Psicosis" en que debió montar más de 70 planos para tres minutos de horror. La lección en el libro es mucho más jugosa: supongamos que usted y yo estamos sentados a la mesa de un café y de pronto estalla una bomba y todo vuela por los aires, eso es sorpresa, susto. Pero si estamos ante la misma mesa y una cámara advierte que hay una bomba debajo de la mesa y que va a estallar dentro de 5 minutos y nosotros seguimos charlando como si nada. Plano a la bomba, quedan 4 minutos. Seguimos conversando. Ahora faltan 3. No la advertimos y continuamos en lo nuestro. Ahora 2... Ahí se produce la tensión y la sensación de suspenso.
En fin, que de esta conversación mutilada que abarca los 80 minutos de la película más aclaraciones en off en la voz de Bob Balaban más los comentarios de los directores, concluimos que "Hitchcock/Truffaut" es una película dedicada al aprendizaje, a un viaje de iniciación por los mundos de ambos directores (también se ven algunas escenas del cine de Truffaut). La recomiendo fervorosamente. La pueden bajar del U Torrent o del Emule (que son los servidores con que me manejo yo, pero estarán en muchos más) y disfrutarla cómodamente en su televisor. No la dejen pasar, me lo van a agradecer.
Y gracias por leerme otra vez nuevamente hasta acá.
El Conde de Teberito (un crítico independiente).

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