jueves, 26 de enero de 2017

Mi crítica de "Mujeres de Ceniza" (Teatro)


Hola. Pude ver en estreno exclusivo por Teatrix esta obra que ostenta dos autores a falta de uno, Sergio Marcos y Martín Guerra, que se nota que hicieron un brainsotrming o se rompieron bien la cabeza para ver de qué modo podían desempantanarla. La dirección es de Roberto Antier y le hace justicia a las mujeres con las que trabaja, todas de prestigio en una u otra época. Son ellas: Nora Cárpena (Clara), Mercedes Carreras (Estela), Adriana Salgueiro (Teresa) y Zulma Faiad (Isabel). El asunto es que una de ellas, Clara, ha quedado viuda hace un año exactamente de Ricardo, y en un arrojo desesperado escribe a sus tres amigas una carta ídem para reunirlas junto a ella en ese día. Una de éstas, Isabel, viaja desde Miami sólo para verla, viniendo directamente desde el aeropuerto a casa de Clara que es donde transcurre la acción. En el living, por supuesto. Lo cierto es que después del combo de "Brujas" se copió el modelo y pululan por nuestro ambiente comedias de mujeres reunidas para charlar, con una excusa mínima, y sacan a relucir viejas facturas y muchos trapitos al sol, echándose en cara con mayor o menor fineza todo lo que tengan para exponer. Nora Cárpena sabe de eso por haber sido socia fundadora de aquel club de fanáticos seguidores que perduró por diez años en nuestras carteleras, siempre amenazando con bajarse de cartel para volver al año siguiente (es ley del teatro que cuando tenés la vaca lechera atada no tenés que soltarla).
Y aquí transcurre algo semejante (es engorroso hacer la crítica sin contar el argumento ni develar detalles interesantes, pero trataremos). Al principio las tres amigas se saludan armoniosamente y con cariño, sin saber lo que se les iba a venir encima... cada una con sus manías o sus toc, muy bien marcados aquí. Clara es la que está saliendo del duelo, de a poco, aunque escribe esa carta en medio de una gran depresión, lo que las hace vaticinar a sus amigas un posible suicidio. Conserva en una urna las cenizas del finado con mucho celo (ésto es importante para el final de la trama) y no deja que nadie se siente en el sillón que correspondía a Ricardo. Estelita es un conjunto de tocs, mientras vive aferrada a su cartera todo el tiempo por miedo a que alguien se la robe, aún en la reunión de amigas, está también pendiente de las noticias de asesinatos, violaciones y robos que asedian la TV vernácula y el panorama nuestro de cada día, está exagerado, pero es un miedo que, al fin y al cabo, llevamos todos. Es la que está más estropeada, el tiempo ha hecho estragos con ella, gorda, envejecida, sin gracia para vestir, algo feucha, aún teme que los albañiles que trabajan en su casa, al verla en bata, intenten violarla... Teresa es todo lo contrario, alta, delgada, hermosa, joven, elegante, desprejuiciada, sin miedos a la hora de tener algún amante que no afecte su matrimonio, veloz, un torbellino de pasión y lujuria. Isabel tiene un cuerpo interesante a pesar de su edad (70 y pico), es pintora de cuadros, está casada con un marido que parece de 30 años menos... cuando toma el Viagra a la que no le vemos los ojos por tenerlos constantemente tapados por anteojos oscuros. Todas ellas parecen casadas felizmente, aunque alguna (Clara) no haya tenido nunca un orgasmo y Estelita haya tenido dos en toda su vida.
Lo que parece ser una tragedia es en realidad una comedia disparatada, sin pies ni cabeza, en donde todas las presuntas amigas de Clara han sido en su momento amantes de Ricardo; a Teresa la sedujo por su sentido del humor (algo que Clara no se explica), a Isabel por llevarla a conocer lugares del mundo y decirle que estaba enamorado de ella (algo que Clara tampoco se explica ya que con ella no salía ni a la esquina), y finalmente Estela, la más desvalida, por haberla sabido escuchar y darle sus tiempos para expresarse y para el amor (ahí nadie se lo explica). El descubrimiento de cada caso lleva su tiempo, aunque Clara lo tiene todo organizado, y las réplicas y acusaciones van de unas a otras, según sea el nivel de culpabilidad. Lo cierto es una única cosa: las tres se estuvieron acostando con el marido de su amiga, quebrando así su amistad. Clara parece no guardarle rencor a ninguna ya que no lo expresa ni con gritos ni con insultos, pero la venganza está soterrada y llegará al final. Sí, estamos también ante un thriller... Todos pensamos que las va a envenenar, ya que les sirve bebida displicentemente, o que las va a cuchillar, pues blande su cuchillo sin problemas... pero no, la venganza se sirve fría y ya está preparada de forma mucho más sutil.
La conversación dura la primera media hora entre cosas intrascendentes como amores, infidelidades, celos, sexo, fobias, amistad, etc. Lo que parece que nos va a conducir hacia un callejón sin salida de pronto toma el tinte de la primera acusación, a Teresa, con cartas probatorias de sus encuentros sexuales con Ricardo. No importa que ella lo niegue, Clara lo tiene bien comprobado. Hay un tiempo para que le lluevan los insultos de las otras y toda una serie de explicaciones por parte de ella. Amaga con irse, pero Isabel, la más virulenta, la apremia a que se quede. Luego vendrá la acusación a Isabel, ruegos, súplicas, perdones, y llanto incluido, finalmente a la "mosquita muerta" de Eselita y allí explotará todo.
¿Es buena o mala la obra? Camina por caminos transitados y parece inverosímil por su contenido de que las tres amigas se hayan encamado con el mismo sujeto. Pero más allá de eso resulta efectivamente cómica y hasta dramática por momentos (estos últimos muy  empalagosos, preferimos los primeros), pero están bien calculados los tiempos de risa y los de seriedad. Lo cual no quiere decir que la obra sea buena o mala per se. Se hace larga y endeble el argumento cuando empiezan a repetirse las situaciones, lo que nos estaría enfrentando con una pieza débil. En la exhibición hubo voces encontradas, hay quien la halló muy buena y quien no tanto (es mi caso). El resultado está a un solo click y los lectores podrán opinar. Agradezco las devoluciones.
Y gracias por leerme nuevamente hasta acá.
El Conde de Teberito (un crítico independiente).

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