jueves, 5 de mayo de 2016

Mi crítica de "Bésame, por favor" (Cine)

Conocí a Emmanuel Mourett (director, guionista y actor de sus propias películas) a través de mi profesor de cine, quien nos pasó "Cambio de dirección" (2006) en la clase. La película me gustó bastante, me incomodó más y me dejó un regusto amargo, de modo que decidí bajar la mayor cantidad de películas de este director porque me interesa su propuesta. Mourett, en principio, hace comedias románticas, con mucho tacto y delicadeza, tiene 45 años y tiene toda la pinta del antihéroe que se queda con la chica al final. Pero tanto en "Cambio de Dirección" como en "Bésame, por favor" (del 2007) sobrevuela toda la comedia un viso de melancolía, hay una tristeza no terminada de digerir, los finales son alegres pero siempre hay algo que se perdió en el camino inevitablemente (casi siempre un amor perfecto), que las vuelven, como decía al comienzo, incómodas. Es un no saber en dónde situarse, una descolocación del espectador lo que atrae y a la vez repele de su cine.
Ésta me gustó también y no podemos decir que sus películas sean simples comedias románticas. Hay un postulado ético filosófico detrás de cada uno de los personajes que suelen habitarlas.
La situación acá es muy clara. Una pareja de treinteañeros se conoce por casualidad en Nantes (él, Gabriel, ella Emily) y después de una azarosa cena él intentará besarla a lo que ella se resiste y va a explicarle el porqué. Allí comienza a contarle la historia de Judith y Nicolás. Judith (la siempre bella Virginie Ledoyen, convengamos que siempre sabe rodearse de mujeres bellas) y Nicolás (el propio Mourett) son los mejores amigos, ella está casada con Claudio y es bioquímica. Todo parece ir sobre rieles en su matrimonio. Hasta que Nicolás le cuenta, con infinita tristeza que está falto de amor físico. Ella le propone que visite a una prostituta y él le dice que lo hizo esa misma mañana, pero cuando fue a besarla ella se negó y todo acabó allí. Nicolás le propone a Judith que ya que son tan buenos amigos lo ayude ella. Sin enojarse, muy al contrario, con todo gusto, ella le ofrece hacerlo en el mismo momento. Van al dormitorio, ella se permite tocar por él y hacerle el amor... y besarla. Esa es la piedra de toque que los unirá para siempre. Nadie como él la ha besado tan bien y él siente lo mismo de parte de ella. Ya nunca más podrán estar sin besarse y sin hacer el amor a toda hora, aunque él esté en una relación paralela y ella sienta culpa por su marido. Después de mucho razonar y decirse mil y una vez que deben separarse, descubren que lo de ellos es amor y que deben ir a vivir juntos. Pero ella no puede lastimar a Claudio, así que piensan una estrategia. Caline, la novia de Nicolás, que él ya ha dejado, se presta al juego de seducirlo para que él se enamore de ella y sea Claudio quien deje a Judith sin sentir ella culpa. Pero el plan sale mal, Claudio descubre una conversación entre los amantes y opta por irse de su casa deshecho, pues su amor por Judith era inquebrantable. Finalmente Judith y Nicolás se van a vivir juntos pero ella no puede ser feliz hasta que Claudio lo sea. Finalmente Claudio termina casándose con Emily, la chica que cuenta el relato. No sabemos más nada de la vida de Judith y Nicolás, si siguieron sintiendo culpa, si continuaron con su atracción animal/sentimental, si vivieron felices.
La música acá juega un rol importante, como en "Cambio de Dirección", allí Mourett representaba a un cornista de la filarmónica y enseñaba corno a alumnos particulares, y lo que se oía eran conciertos para corno en toda la película. Aquí la ha reemplazado por música de ballet (hay bastante Tchaicovsky por ahí). Y sobre todo Schubert. Cuando empieza la película vemos en la casa de Judith un gran retrato de Schubert colgado en la pared, y como decía Stanislavsky, si hay un elemento tan potente en la escena, tiene que intervenir en algún momento. Él lo representaba con una escopeta, si había una escopeta colgada en la pared, tarde o temprano tendría que usarse ya que es un elemento de gran fuerza dramática. Aquí el admirador de Schubert es Claudio, que escucha su música todo el tiempo y lee cuanta biografía cae en sus manos. Por eso para tenderle la celada con Caline la hacen que ella lo conozca "casualmente" leyendo una gran biografía del músico y que le pida a él que la instruya al respecto... pero como dijimos anteriormente, el plan sale mal. Por supuesto que hay mucha música de Schubert en la película (sin llegar a las schubertiadas que se hacen en Villa Gesell).
Otro detalle importante es el color de la ropa. Judith viste siempre de blanco o colores claros, es que ella es la más clara en la película, la que siente el remordimiento por estar faltándole a su marido, aunque las ropas de Nicolás también son claras. Un elemento interesante es que no hay personajes "malos" en sus películas. Todos actúan con el mejor propósito, y si hieren no lo hacen intencionalmente. Cuando se separan hay comprensión de ambos lados y ninguno guarda rencor. El cine de Mourett es un cine de personajes puros, incontaminados.
Como les dije una gran tristeza acompaña todas las escenas (cuando hacen el amor Nicolás y Judith, en vez de alegrarse lo hacen con sigilo, con vergüenza, con culpa) y uno no puede sentirse plenamente feliz por el destino de los personajes. Pero bueno, esa es la intención del director...
Recomiendo fervorosamente esta película, así como "Cambio de Dirección", y para quienes estén interesados (ya que no se estrenó en nuestro país, donde Mourett es prácticamente un desconocido) pueden bajarlas del Torrent o del Emule y verlas en DVD.
Bueno, muchas gracias por leerme nuevamente hasta acá, no se dejen ganar por la tristeza, o la melancolía, que como decía Victor Hugo (no, Morales), es "la dicha de estar tristes".
El Conde de Teberito (un crítico independiente).

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