jueves, 5 de mayo de 2016

Mi crítica de "Liv & Ingmar" (Cine)

Acabo de ver un film maravilloso, al cuál sólo le debo agradecimientos. Se trata de "Liv e Ingmar" del indio Dheerj Akolkar, del 2012 pero estrenado el jueves pasado en el cine, aunque yo lo vi en DVD. Se trata de una revisión del pasado de una de las parejas más importantes del cine contemporáneo: la actriz y directora Liv Ulmann y el (para muchos, dentro de los que no me incluyo) mejor director de todos los tiempos, Ingmar Bergman. Es una historia de dos esposos que supieron quererse, maltratarse, odiarse y finalmente seguir como amigos en un período que duró 50 años. ¿Les suena? Es que la historia es muy parecida al argumento de "Escenas de la vida conyugal", del propio Bergman, que filmó muchos años antes de que todo esto pasara, con su actriz fetiche, Liv, y otro imprescindible de sus actores Erland Jhosephson. La historia de Johan y Marianne parece copiada de la pantalla a la vida real. "No estoy en contra del matrimonio", afirmó alguna vez Bergman, "por eso me he casado siete veces".
La película la dirigió un indio en Estados Unidos y es altamente valiosa la fotografía de Hallvard Braein que vuelve tangible cada cosa que hay en la casa de Ingmar en esa isla de Färo donde decidió pasar su vida, y que ahora recorre Liv junto con los recuerdos de su matrimonio de 5 años y su amistad de 50. Los fríos paisajes de Suecia nunca han sido mejor iluminados que en esta ocasión, lo cual es todo un logro del director y su iluminador. La estructura se basa en el libro de 1976 de Liv titulado "Senderos" y en el autobiográfico de Ingmar "Linterna mágica". Hay también fragmentos de películas que acompañan la voz narrante de Liv, como "Persona", "Vergüenza", "La hora del lobo", "Escenas de la vida conyugal", "Gritos y Susurros", "Sonata Otoñal" y su última película, "Saraband", también protagonizada por Liv y Erland Jhosephson, que es la continuación de "Escenas de la vida conyugal" 40 años después.
Acá asistimos a una Liv Ulmann octogenaria, con su rostro surcado por profundas arrugas, pero con sus ojos de ese azul turquesa que siempre la caracterizaron y su sonrisa franca dispuesta al recuerdo o a la anécdota graciosa. La película recorre toda la historia de esta pareja y se divide en 6 capítulos titulados: "Amor"; "Soledad"; "Rabia"; "Dolor"; "Anhelo" y "Amistad".
Todo empieza cuando Liv e Ingmar se conocieron filmando "Persona", ella con 25 años y él con 46. Se enamoraron instantáneamente y comenzó la relación. Pronto se casaron. El elogio más preciso que hizo Ingmar de su Liv es cuando le dijo "Tú eres mi Stradivarius"... Pero la paz no podía durar para toda la vida. Él comenzó a demostrar celos, cercó su gran casa de Färo con un muro alto de piedras para que nada ni nadie los molestara, le prohibió salir de la casa salvo para las filmaciones y empezó la tortura psíquica y hasta física. Una anécdota es que cuando estaban filmando "Vergüenza" en un bote en medio del mar y con 30° bajo cero de temperatura, ella tenía puesta sólo una capa muy finita e Ingmar la hizo permanecer junto a Max von Sydow (otro de sus actores predilectos) con quien compartía el protagonismo, en el bote hasta que el sol se escondió, helándose de frío ella. Algo que no se cuenta en el film es el hecho de que cuando filmaban "Cara a Cara" la hizo tener una sonda nasogástrica puesta por varios días, los que insumía la filmación de esas escenas.
Tuvieron una hija, de la que Ingmar se ocupó poco y nada y que se fue con su madre cuando, después de cinco años de matrimonio decidieron poner fin a la relación. Pero como sucede con varias parejas, resultaron mejores como amigos que como esposos.
Es un verdadero placer (voyeurista) internarse en los secretos de la pareja más productiva del cine (filmaron una decena de películas juntos, entre las cuales se encuentran las mejores de la filmografía del sueco). La placidez con que transcurre la película pone un toque de calma en la tempestad que hubo entre ellos. Pero ahí está la presencia de Liv (todavía hermosa) para emocionarse y llorar cuando encuentra un mensaje que ella le mandó a Ingmar y que éste guardaba dentro de un muñequito. Su "diario íntimo", la puerta con corazones que los dos fueron pintando es otro ícono de su relación de pareja. En fin, no quiero ahondar en detalles biográficos, tan sólo decir que para los amantes del cine de Bergman es un vehículo de emociones el recordar esta historia de amor y de amistad.
Todavía está en los cines, y sinó la pueden descargar por Torrent, pero les aconsejo verla porque es casi una hora y media de puro placer cinematográfico.
HIstorias como esta no se repiten muy a menudo.
Gracias por leerme otra vez hasta acá.
El Conde de Teberito (un crítico independiente).

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