jueves, 5 de mayo de 2016

Mi crítica de "Mundo Amado-Acuérdate de Agustín Lara" (Teatro)

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El estreno de este mes en Teatrix es el espectáculo de "Los Amados" con el que festejan los 25 años de carrera: "Mundo Amado-Acuérdate de Agustín Lara" y como reza el título está dedicado casi íntegramente a don Agustín Lara.
Yo confieso que no había visto ningún espectáculo de este grupo, más que alguna que otra canción en los premios Hugo o así, y no tenía idea con lo que me iba a encontrar. Me despabilé de que lo que ellos hacen es un espectáculo íntegramente musical, casi un recital de canciones sin más aditamento que el absurdo paródico que nace de sus vestimentas, pelucas, bigotes pintados, acentos y formas de desplazarse, sumada alguna pincelada de humor entre tema y tema y alguna que otra en el mismo tema. Pero no se trata de un espectáculo de humor al estilo Les Luthiers, sino uno que enfrenta muy seriamente sus canciones y descuelga el humor en la sátira, en insinuaciones, en pequeños gestos, en detalles, miradas, movimientos, es decir que para disfrutarlos hay que estar muy bien ubicado y pendiente constantemente de ellos.
Otra cosa que quiero remarcar es el buen gusto que tienen, no sólo en la elección de canciones sino en su manera de presentarse, en los chistes o bromas que nunca son peyorativas o de golpe bajo, en el buen gusto musical para interpretar esos exquisitos temas con precisión y rigor acústico. No son chabacanos ni de mal gusto, se ganan al público por su delicadeza y su simpatía. Acá desgranan una veintena de temas de Lara sumados a otros propios, entre los que se destacan los más famosos del compositor, como "Granada" (en un solo de piano por Aroma, su tía y maestra de piano, eminentemente "sensual"), "María Bonita", "Noche de Ronda", "Sólamente una vez", "Amor de mis amores" o "Azul", en el que el dúo compuesto por el Chino Amado y Soberbia Hidalgo bailan casi al estilo Fred Astaire-Ginger Rogers. Claro, hay figuras invitadas en este espectáculo, además del Chino Amado (Alejandro Viola), está también Mambo Méndez (Rubén Rodríguez, en canto y accesorios), Pocholo Santamaría (Fernando Costa, en batería y percusión), Cristino Alberó (Oscar Durán, en guitarras y guitarra eléctrica), Ángel y su trompeta (Hernán Sánchez, trompeta y coros) Wilson Ortiz, el "Anticuchito" (Wilson Ortíz, en baby bass y guitarrón mexicano), Soberbia HIdalgo (Dolores Ocampo, cantante invitada), Aroma (Carolina Alberdi, en piano y acordeón) y las mellizas de Chile Beba y Sharon Retamoro Baiman (Selva Rodríguez y Lila Fensiller, en saxo y trombón). La idea general y dirección corre a cargo de Alejandro Viola, a quien había visto hacer un papel "normal" en "La familia Addams" (cantando y actuando, también).
Los guiños son muchos, desde ese grupo de mariachis que presentan a don Lara, hasta esa soberbia Soberbia Hidalgo, una mujer hermosa y despampanante como intragable por su egocentrismo, pasando por la profesora de piano y tía de Lara, Aroma, una mujer tan encorsetada, de cabellos hirsutos, pintada para el espanto y sin una sonrisa que arrancarle, como eximia en el teclado y acordeón, que trata de seguir el ritmo bailando como puede.
Los ritmos son muchos y variados como el bolero, alguna guajira, algún corrido mexicano, canciones empalagosas y hasta cumbia mexicana (¡tan distinta de nuestra cumbia villera!) de muy buen sonido. Repito, es un placer para los oídos y para el espíritu presenciar un show de Los Amados, aunque más no sea por su selección musical. Tanto que hasta dejan un espacio entre las mesas para que el público baile, y éste acepta gozoso la idea y se lanzan a bailar rumbas, boleros o guajiras del modo más natural del mundo, sin tapujos ni vergüenzas. Es un espectáculo eminentemente para parejas, pero lo puede disfrutar gente mayor, jóvenes o incluso muchachos solos como yo.
Esta es otra de las ventajas de Teatrix, acercarnos a espectáculos a los que jamás habríamos accedido de otra forma y hacernos tararear y disfrutar un show no muy largo, por otra parte, no más de hora y diez. Larga vida a Teatrix y a Los Amados, por otros 25 años más de carrera y de entonación y cadencia musical.
Gracias por haberme leído hasta acá.

 El Conde de Teberito (un crítico independiente).

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