sábado, 21 de mayo de 2016

Mi crítica de "La Academia de las Musas" (Cine)

"La academia de las musas" es una película pseudodocumental del gran director José Luis Guerín, del 2015 que pasó con gran éxito por el Bafici 2016 de nuestra ciudad. Es una clara muestra de como la ciencia puede ser absorbida por el cine y transmitida sin caer en lo retórico ni en el aburrimiento, siendo a la vez didáctica y apasionante. Dudo mucho que, por sus características esta obra se estrene en nuestra cartelera (digo yo usando la metonimia), salvo en alguna sala reducida de cine arte, aunque su llegada podría ser bien acogida por el público masivo.
El tema central son las clases y vida de un profesor de filología, el italiano Raffaele Pinto, dando clases en la Universidad de Barcelona, Facultad de Filología. Esta rama del saber es la ciencia que estudia los textos escritos y en ella la estructura y evolución de una lengua y su desarrollo histórico y literario, así como la literatura y la cultura del pueblo o grupo de pueblos que las han producido. En principio asistimos a las clases de este profesor (clases pobladas de mujeres jóvenes y de algún que otro varón, las que lo admirarán y hasta llegarán a compartir cama con él). También somos voyeristas de parte de su vida conyugal con una mujer mayor, de la edad de él, quien también se encuentra entre su alumnado y discute y lo enfrenta en su casa en sus hipótesis sobre el valor de las musas, y con él, el de la mujer en general.
Raffaele toma como prototipo de musa a la Beatrice del Dante y su descenso a los infiernos, en donde conocerá a Francesca, mujer inspirada por la literatura, en donde encontró a la reina Ginevra que le robara un beso a su amado Lancelot. Ella cometió el mismo "error" y por eso ahora está condenada al Infierno. Se suscitan polémicas en su alumnado en torno a ésto y se derivan ramificaciones que nos va llevando por los difíciles caminos de esta ciencia/arte. Dice el profesor que la función de las musas es la de despertar pasión, y eso es lo que despierta él en sus infatigables conferencias. Otra de las definiciones es que tanto el amor como el deseo es un invento de los poetas (y de los antiguos trovadores) y que somos prisioneros del lenguaje, ya que sin él no podríamos escribir, ni pensar ni comunicar.
Discute con su mujer el que las musas pasan de su condición de mito a historia, al trocarse de imaginaciones a seres de carne y hueso como la Beatrice de Dante (que no sabemos a ciencia cierta si existió). Otro de los mitos que se citan es el de Apolo y Daphne, que cada uno de ellos fue atravesado por una flecha que tenía el poder de hacerlos enamorarse perdidamente de la primera persona que vieran, y se vieron ellos y vivieron una loca historia de pasión. Se nombra también el mito de Orfeo y Eurídice, y con él la función de la música y la poesía en las musas, que sería la de conectarnos con los muertos. Una de sus alumnas (todas son muy calificadas en el tema a través de sus preguntas y opiniones) trae el concepto de "ninfa", término del cual se desprende el de "ninfómana", reservado sólo para las mujeres, y que en la mitología sería el anverso del sátiro. Estas mujeres expresan la voluptuosidad de la sexualidad desenfrenada y del deseo constante.
El profesor hace un viaje a Cerdeña acompañado por una de sus alumnas, la bella Emanuela, que habla sólo italiano (uno de los más serios inconvenientes de la película es que la mitad está hablada en italiano y no trae subtítulos -los subtítulos que yo tengo están en inglés- y al no ser ducho en esa lengua pierdo bastante de las tesis, aunque algo logro rescatar). Es muy sospechoso que  Raffaele complete su formación con alumnas en su auto, a las que parece conduce a algún lugar. Pero volvamos a Cerdeña. Allí, con el invalorable apoyo de Emanuela entrevista a unos pastores/filósofos/cantantes/músicos/poetas que ponen su hincapié en la fuerza de la palabra como propiciatorio para el amor, y cantan bellos tríos o entablan poemas difíciles de superar por poetas profesionales.
En otro viaje, ahora a Nápoles, se hace acompañar por Mireia, una joven hermosa que tuvo un romance por Internet que la ha dejado muy satisfecha, pero cuando se encontró en la cama con su amante, este le pide que no aspire tan bajo de sus posibilidades. Entonces no tiene mejor idea que convertirse en la amante de Raffaele.
Según el profesor dice a su mujer, que la poesía es la pregunta sobre qué hay detrás de la muerte y que eso es a lo que aspira él, y ella le recrimina que lo busca a través de sus alumnas, a lo que él asiente. Hay una mudanza de por medio en donde se expresa la tirantez e incomodidad del matrimonio por la disposición de sus libros. Finalmente la esposa se entrevista con Mireia y esta le reconoce en la cara que es la amante de Raffaele y que éste escribe sonetos dedicados a ella. La mujer le contesta que han hecho un pacto con su marido, que si él muere primero ella se encargará de publicar todos sus sonetos y él le promete que si ella muere antes él sólo se dedicará a escribirle sonetos a ella. La película cierra con una imagen de cada una de las mujeres que han desfilado por la vida de Raffaele en este breve pero apasionante istmo de su vida.
Más allá de la historia de amor, que puede (o debe) ser inventada, son sumamente interesantes todos los debates sobre mitos, lenguaje, poesía, musas, música, escritura y todo lo que constituye esta apasionante rama de la ciencia, es una pena no poder transcribir cada uno de ellos pero sería como contar la película en su totalidad, algo que no debo hacer y que además excedería mi espacio. Una maravilla de obra de arte bien elegida para el Bafici, y, para los que no la hayan visto, para no dejar pasar.
Gracias por leerme nuevamente hasta acá.
El Conde de Teberito (un crítico independiente).

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